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Un Liderazgo Eficaz,  alternativa de solución al Bullying

Por Alejandra Moreno Valenzuela*

Uno de los problemas sociales que ha ido tomando gran fuerza entre la niñez y la juventud es el Bullying o también conocido como acoso escolar. La violencia ha estado presente en muchos ámbitos dentro de la sociedad e incluso en las mismas escuelas, en menor o mayor escala, pero las consecuencias a las que se han llegado en los últimos años, es preocupante.

En 2011, la CNDH reportó que el 30% de los estudiantes de primaria declaraban sufrir algún tipo de bullying. Para 2013, el porcentaje subió al 40%. Cabe destacar que gran parte  esta violencia es psicológica y hace referencia al hostigamiento verbal, amenazas, exclusión social y ahora también el ciberbullying (acoso a través de las nuevas tecnologías).

Del tipo de violencia que se ve es cuando se llega al abuso físico y en muchos de los casos, tanto padres como maestros, no se dan cuenta o lo minimizan, y no se le da la atención oportuna a este tipo de llamados.

Existen muchos factores que pueden ocasionar este tipo de violencia. Muchas de las veces inicia desde casa, por falta de comunicación, desintegración familiar, tradicionalismos como el “no te dejes”, “tú eres más grande”, en fin, faltas de respeto entre padres e hijos, de formación en valores, amor,  que en la mayoría de los casos causa baja autoestima y ser blanco perfecto para víctima.

Así mismo, existe una gran falta de información en la sociedad y por lo tanto no se atienden como es debido y no se presta atención a las señales que se reciben. Aparte de eso, en el ambiente escolar falta más capacitación y verdadera vocación de lo docentes, comunicación con los alumnos y reforzar en el aula la formación en valores.

Gran parte de la solución de este conflicto social está en que, tanto padres de familia, docentes y la parte correspondiente a las autoridades, se ejerza un verdadero liderazgo.

A los padres les corresponderá ser verdaderos líderes de sus hijos, sus guías, sostén y sobre todo reforzar la formación desde casa, infundir valores, buscar estabilidad en el seno familiar y sobre todo, amor y comunicación entre los miembros de la familia.

Por otro lado, está el liderazgo que debe ejercer el docente, cuya labor debe ser verdaderamente vocativo, que ame servir por la gran tarea que tiene, que es, poner su parte en la formación de la niñez y la juventud, que promueva la comunicación y que siempre predique con el ejemplo.

Está también la parte de las autoridades, a ellas les corresponderá tomar las medidas necesarias para que la educación se lleve de la mejor manera, preparar y capacitar a docentes en este tema y estar siempre pendientes y sobre todo alertas, para actuar rápidamente ante cualquier situación.

Si cada quien cumple con la parte que le corresponde y ejerce verdaderamente un liderazgo ejemplar, con bases sólidas y con la única misión de servir, se evitarían muchos problemas. La formación de la niñez y juventud se desarrollaría plenamente, cuyo resultando sería una mejor sociedad y en consecuencia mejor nación.

*Alejandra Moreno Valenzuela es Estudiante de la Maestría en Liderazgo Desarrollador del Instituto de Ciencias y Educación Superior (ICES).