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Azota a entidades caída en remesas

En cuestión de las remesas que envían los paisanos a México, los últimos cinco años han sido de vacas flacas.

A consecuencia de la crisis en Estados Unidos, los estados con mayor dependencia de estos recursos recibieron hasta 38 por ciento menos por este concepto, lo que ha afectado la economía de muchas regiones del País.

Esta situación ha deprimido el consumo regional y generado un círculo de pobreza, coinciden expertos.

Es el caso de Herminia Ocampo, quien vive en Cuerámaro, Guanajuato. Juan Pablo Martínez, su hijo, radicado en Texas desde hace una década, dejó de enviarle dinero hace un año.

«Recibía como 300 dólares al mes, pero ya tiene un año que no manda. Me platica que la situación es crítica. Ya no tiene empleo en una fábrica y debe sostener a su familia allá», cuenta la mujer, quien ahora vende comida para salir adelante.

Algo similar vive Perla Angulo, de la comunidad La Nueva Esperanza, cuyo esposo, Rogelio Bravo, partió en 2006 con la promesa de enviar dinero para terminar de construir la casa que tienen.

Durante dos años, Rogelio hizo llegar un promedio de 250 dólares a la semana, pero, a finales de 2008, perdió su empleo. Ahora, cuando puede, envía 150 dólares al mes, por lo que su esposa tiene que lavar y planchar para sostener a los hijos.

Comunidades enteras sufren los estragos de la caída de las remesas.

Hace 12 años, municipios del Estado de Puebla impulsaban obras y proyectos con el dinero que enviaban los familiares en Estados Unidos, pero hoy el panorama es muy distinto.

En San Martín Zoquiapan, comerciantes aseguran que, en la última década, la capacidad adquisitiva del pueblo bajó tanto que las ventas disminuyeron hasta en 50 por ciento y muchas obras quedaron paradas.

El mismo panorama se observa en Chilcuautla, Hidalgo, donde las ventas de materiales para la construcción, además de la herrería, la carpintería y los trabajos de electricidad, se vinieron abajo.

«Mi hijo nos mandaba hasta mil 500 dólares al mes, pero hace dos años empezó a bajar. Ahora sólo recibimos unos 6 mil pesos mensuales», lamenta Gloria, madre de un migrante del Valle del Mezquital.

Entre 2007 y 2012, los ingresos por remesas cayeron 13.9 por ciento en todo México al pasar de 26 mil 58 millones de dólares a 22 mil 445 millones, es decir, 3 mil 613 millones de dólares menos, según datos del Banco de México.

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Con información de Gonzalo Soto, Laura Ruiz, Verónica Jiménez y Jorge Escalante

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