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Contraste: Hermosillo, bien; en el resto del Estado, violencia

Ayer se echaban las campanas al vuelo por la expansión en turnos de la planta de Ford en Hermosillo pero en el resto del estado hay terror
Ayer se echaban las campanas al vuelo por la expansión en turnos de la planta de Ford en Hermosillo pero en el resto del estado hay terror

AYER SE echaban las campanas al vuelo por la detonación de la economía en el centro de Sonora, gracias a la expansión en turnos de la planta de Ford Motor Company en Hermosillo.

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Y no le falta razón.

Desde su llegada a Sonora, en 1982, esta ensambladora marcó un antes y un después en la vocación económica de Sonora. Ya no sólo se habló de agricultura y ganadería, sino empezó la era de la industrialización en el Estado.

Y en este año 2023, la expectativa era la generación de 13 a 15 mil nuevos empleos, sólo en esa transnacional, y la apertura de un tercer turno en la línea de producción, eleva la suma a 20 mil nuevos empleos.

Jesús Gámez, presidente de INDEX (industria maquiladora y manufacturera) confirmaba que, mínimo, ya en la planta Ford se han generado 13 mil empleos este año.

Es muy importante subrayar que además del detonante en trabajo de la ensambladora, se han reactivado las actividades de proveeduría, cuando menos en dieciocho empresas más.

Con este rostro de optimismo en el desarrollo económico de la capital de Sonora, se une también el ambiente de seguridad en la población, lo que convierte a la ciudad es un sitio muy bueno para ser habitable.

En este tiempo, hablar de Hermosillo es hablar de una ciudad donde se respira tranquilidad y sus habitantes pueden disfrutar sus lugares sin el temor de estar en el lugar y la hora equivocados, como sí ocurre en otras plazas.

Existen desde luego sus “prietitos en el arroz”, pero esperamos todo desaparezcan o, cuando menos, no se vuelvan recurrentes.

Panorama distinto el de Cajeme y, en particular, su cabecera municipal, Ciudad Obregón. Las cifras de homicidios dolosos superan los dos dígitos desde hace cuando menos cuatro años y no hay nada ni nadie que pueda detener esa ola de horror y de terror.

En ese lugar la gente sí inhibe sus actividades. Siente el temor de salir a disfrutar de unos tacos o unos hot-dogs, sólo por el miedo a presenciar una balacera.

Lo más triste, es que ninguna autoridad, ni federal, ni estatal, ni municipal, ha dado con la fórmula para recuperar la paz y la tranquilidad de esos paisanos.

Y el mismo fenómeno se vive en Guaymas, en Empalme, en Caborca, en San Luis Río Colorado y en la sierra, sobre todo en la región de Yécora y hacia el norte.

Es una realidad que hoy vivimos en Sonora. Hace unos cuantos años, fuimos testigos de noticias sobre violencia en otras regiones del país y para nosotros, eran cosas que sucedían en lugares muy lejanos. Esas pesadillas ya están aquí.

En el tema de homicidios dolosos, en feminicidios, estamos –lamentablemente- en el “top-ten” del país.

Esperemos que Hermosillo mantenga esa paz y tranquilidad para que continúe siendo un buen lugar para vivir.

Esperemos que el terror de la violencia desaparezca en nuestras regiones.

El desarrollo, el crecimiento y mejores niveles de vida, van aparejados a la paz social y orgánica.

AYER me di a la tarea de localizar a la encargada del Instituto Mexicano del Seguro Social en Sonora, o al dirigente sindical en el Estado de ese organismo, químico Enrique Ibarra… En el primero de los casos, se requiere autorización de oficinas centrales para poder emitir declaraciones… En el caso del líder sindical, ni siquiera respondió mis mensajes… Y todo sobre el sensible tema de la tragedia de la niña Aitana en Ciudad del Carmen, Quintana Roo… Sería bueno que los responsables del IMSS en el Estado, nos reporten si se están cumpliendo los protocolos de seguridad de un hospital de gobierno… Sería ingenuo no pensar que sus respuestas serían que todo está al cien y que se trabaja cumpliendo con todos los reglamentos… Pero hay un detalle muy importante: Al decirlo, se comprometen ante la opinión pública… Sobre todo ante los millones de usuarios del IMSS… Al no querer decirlo, puede significar que ante una tragedia (Dios guarde) no asumirían su papel de responsables.