De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Martes 03 de Septiembre del 2013

Los mexicanos y antimexicanos de siempre

LA HISTORIA de México registra a una primera generación de hijos de este país que –divididos en liberales y conservadores- fueron protagonistas de intensas luchas intestinas, pero una inmensa mayoría de ellos tomaron la decisión de anteponer a la Patria sobre cualquier otro interés personal o de grupo.

Incluídos aquellos mexicanos que abrazaron la primera y segunda monarquía en México, abrazaron ideales de hacer de esta, una gran Nación. Finalmente triunfaron sobre esos pensamientos, los de los liberales y conservadores, que hasta nuestros días podrían reflejarse entre los políticos del PRI, PRD y PAN.

Los constructores del México entonces reflejaron en la frase “Mi Patria es Primero”, pronunciada por el general Vicente Guerrero cuando su padre le pidió acceder a un acuerdo con el ejército realista, el motivo esencial de velar por el interés nacional.

En nuestros días, en esta Patria de la segunda decena del siglo XXI, continúan existiendo mexicanos y antimexicanos.

Los primeros son aquellos que aman intensamente a su país y que aún siendo de pensamiento liberal o conservador luchan por su causa y a través de la vía institucional buscan la transformación nacional buscando el bien de los mexicanos.

La evidencia se dio ayer, luego del mensaje pronunciado por el Presidente Peña Nieto con motivo de la entrega horas antes, del primer informe de gobierno a la Cámara de Diputados.

La historia que parece, no cambia. Un priísta en la Presidencia trae reacciones de priístas a favor, de panistas en contra y de perredistas eternamente inconformes.

Pero también existen los “antimexicanos”. Son aquellos que mandan al diablo las instituciones y que basados en las violaciones a la ley, se convierten en verdaderos delincuentes.

A ellos no les importa la transformación nacional para buscar el bien general. A ellos les importa sólo llegar al poder por el poder mismo. Es un “quítate tú para ponerme yo” y entonces sí, establecer el pensamiento dictatorial que llevan dentro.

A estos últimos no les importa hacer daño. Están destruyendo a la educación. A las nuevas generaciones de niños y jóvenes en las escuelas les están inculcando con el ejemplo las prácticas de corrupción, más oprobiosas que en el pasado.

“Destruir, no construir”, sería su lema. Es su viaje al pasado anarquista que busca colapsar las ciudades, los estados, las instituciones, las leyes, las personas.

Es el México de siempre. Es cierto, pero también son los mexicanos que en su inmensa mayoría evolucionan y transforman su pensamiento para buscar el bien.

Superan por cierto, en calidad y cantidad, a quienes desean ver un México en ruinas.

BERNARDO Campillo, el secretario de salud del Gobierno de Sonora, deberá enfrentar una recomendación que le impuso la Comisión Nacional de los Derechos Humanos al Gobernador Padrés Elías por una denuncia interpuesta por afectados que señalaron el fallecimiento de su hijo por erróneos dictámenes de médicos oficiales… Esta situación es una especie de gota que ha derramado el vaso de la ineficiencia e ineficacia que sólo lastima a las personas en el sector salud de la entidad… Para muchos, es inexplicable la permanencia de Campillo al frente de una dependencia del gabinete estatal tan sensible.

EN SENTIDO contrario al funcionario anterior, el aún nuevo secretario de infraestructura urbana y ecología (SIDUE) del gobierno estatal, arquitecto Enrique Torres, está poniendo en su agenda la fortaleza de su experiencia en el quehacer político y la firmeza como profesional para consumar una obra pública que sea detonante del desarrollo y progreso de las ciudades y pueblos de Sonora… Enhorabuena para el secretario Torres, sabedor de su papel al frente de una de las dependencias más trascendentes en un momento en que iniciará la tercera parte de este sexenio encabezado por Guillermo Padrés.

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