DE PRIMERA MANO

De Primera Mano | “Para bailar tango, se necesitan dos…”

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

rq-columnaMUCHO SE ha hablado acerca de la necesidad de no repetir la corrupción en el gobierno estatal, la misma que se ha acreditado y que mantiene en la cárcel al exgobernador Guillermo Padrés Elías.

Mucho, pero mucho se habló acerca de la existencia de dos hombres poderosos en el “padresismo”, los que curiosamente no tenían cargo público alguno. Uno era Miguel Padrés, el hermano del gobernador y el otro, Roberto Dagnino, el cuñado del gobernador.

Versiones iban y venían acerca del tremendo control que ejercía Miguel con la proveeduría. Ningún proveedor del gobierno estatal podía ofrecer su producto y participar en alguna licitación, si antes no contaba con la firma del poderoso hermano.

Versiones iban y venían de las “mochadas salvajes” que exigía Roberto Dagnino para todo aquel contratista que lograra una obra pública. Y fuese obra estatal o federal. Al contratista beneficiado con obra federal –decían-, le amenazaban con auditorías o ponerle “bola negra”, si no accedía a entregar el 20 por ciento del valor de la obra. Con algunos se accedió a que se les entregara sólo el 10 por ciento.

Mucho se dijo… Pero nadie denunció de manera contundente ante un tribunal. Existe el registro de valientes como el de un proveedor de servicios electrónicos, guaymense de apellido Valenzuela, que acreditó públicamente los depósitos que realizó a exigencias del secretario técnico, John Swanson, como requisito para que salieran los pagos. ¿Consecuencia? Ni le pagaron a Valenzuela, ni requirieron a Swanson.

Total, el control que ejerce el Estado es el de un tirano. Históricamente, cada gobernador ha impuesto su estilo en ese aspecto. Existen muchos testimonios que indican que cada gobernador ha tenido su contratista consentido, o hasta dos y hasta tres, pero no más. Con ellos hizo negocios pero el abanico de la obra pública era tan amplio que podrían beneficiarse muchos empresarios proveedores del Gobierno del Estado.

Existe un caso, quizá de excepción. El gobernador Eduardo Bours no dejaba que funcionario alguno exigiera “mochada”. Advertía a los contratistas de la obra grande “Si algún funcionario les pide algo, me avisan de inmediato para correrlo”.

Las testimoniales indican que la degradación se dio durante el sexenio 2009-2015. Cuando desde los medios de comunicación se le cuestionaba a Guillermo Padrés por las versiones de corrupción de sus funcionarios, su respuesta era con otra pregunta: “¿Tienes pruebas? Presenta tu denuncia ante el ministerio público”.

Ahora el exgobernador está en la cárcel y sus principales excolaboradores son prófugos de la justicia. Sin embargo, los empresarios, víctimas de las extorsiones, salieron beneficiados o perjudicados, pero se callaron. Inclusive, uno de los delitos adjudicados directamente a Guillermo Padrés, es el generado por las auditorías a modo a muchos de sus amigos empresarios. Y, sin duda, muchos de estos últimos continúan siendo proveedores del gobierno estatal.

Recojo la expresión del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Gustavo Arvallo Luján, quien me dijo en entrevista que en el tema de la corrupción, estaba consciente de que “para bailar tango se necesitan dos”.

Lo delicado sería que en los tiempos que hoy vivimos, reaparecieran los fantasmas de Miguel Padrés y de Roberto Dagnino. Por la experiencia vivida, no es muy recomendable por varias razones. Primero, porque la imagen y prestigio de la Gobernadora del Estado está de por medio. Segundo, porque si se dan irregularidades, trascenderán tarde o temprano. Ya no es como antes, ni el más soberbio puede darse el lujo ahora de presumir que “no pasará nada”, porque sin duda, ahora sí pasará. Tercero, porque los tiempos, distintos como son, pudiera contemplar ahora, como no sucedió antes, una denuncia abierta.

En cualquier momento podría surgir el “valiente” que se lance.

 

LAS REDES sociales han difundido un “corrido” compuesto e interpretado por el popular grupo “Los Tigres del Norte”, dedicado a la memoria de Orestes Beltrones Rivera, el ingeniero hermano de Manlio Fabio… Es un reconocimiento póstumo a este sonorense que falleciera hace unas cuantas semanas… En la letra de la canción, recuerda también a otro hermano Beltrones, desaparecido, a Alcide… Y remata haciendo mención del “licenciado Manlio Fabio”, a quien ofrecen su sentido pésame y subrayan como “un orgullo para la Nación”… Vaya pues!…. Qué manera tan popular de trascender en la vida, ¿no?

 

EL DELEGADO del Instituto Mexicano del Seguro Social en Sonora, Miguel Jiménez Llamas, anuncia que la construcción de la clínica número 66 del IMSS en Ciudad Obregón, lleva un avance cercano al 40 por ciento, apenas… Lo importante de ello es que ese organismo pone de manifiesto su voluntad para levantar esta clínica que ayudará a miles de derechohabientes en el sur de la entidad… Se subraya el hecho, porque en Nogales se construye un gran hospital del IMSS con una millonarias inversión, pero luego de años de lágrimas y súplicas de los derechohabientes y diversos sectores de aquella frontera, los que lograron finalmente que los altos mandos del Seguro, descendieran de la nube en que regularmente se ubican… Por cierto, el avance en Nogales de esa obra ya supera el 90 por ciento… Sí cambiará la vida de esa frontera.