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Donas Godínez: El sabor del esfuerzo y el éxito

Miroslava, Gustavo y Darlene Godínez Garner.

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

El sabor es inconfundible. Es una deliciosa mezcla entre lo ligeramente crujiente y suave; lo dulce, pero no empalagoso; lo sencillo, pero bien elaborado. Los recuerdos de la hora del recreo en primaria se agolpan con cada mordisco. El juego. Las risas. Los gritos. Niños apiñados en la ventana de tiendita escolar, extendiendo la mano con una moneda: ¡Doña, una dona!

La historia de las populares Donas Godínez comenzó hace más de 30 años. Una familia procedente de Jalisco llegó que a Hermosillo y se instaló por rumbos de la colonia Balderrama. Don Marcelino Godínez, conocido como “El Plateado”, había enseñado a su hijo, Eleno todo lo referente al oficio de panadero.

Don Eleno, buscando desarrollarse profesionalmente, entró a la Universidad a la carrera de Ingeniería Civil, hizo seis semestres y en una de esas decidió tomarse un año sabático para casarse pero ya no regresó, se dio cuenta que su vocación y pasión era la panadería. Fue allá en 1980 cuando abrió su negocio por rumbos del Sahuaro, dedicado a repostería en general, sus hermanos trabajaban con él, pero conforme creció la empresa cada quien decidió emprender por su parte. Sin embargo, Don Marcelino, siempre hizo mancuerna con Eleno, compartían el mismo gusto por hacer buen pan.

Al tiempo Eleno se especializó en la venta de donas y el mercado principal que atendía eran las escuelas. Hacía entregas a las tienditas de primarias, secundarias y preparatorias en el sector sur de la ciudad.

Con la llegada de la llamada “Ley Chatarra” en el año 2010 la panadería tuvo un revés económico, pues les cerraron las puertas en las escuelas debido a que su producto es frito con aceite. Las ventas bajaron y tomó la dolorosa decisión de recortar personal. Pero el reto lo llevó a buscar alternativas, así que comenzaron a elaborar empanadas, galletas y donas. Un trabajo intenso. Por las mañanas preparaban mermeladas y amasaban; a mediodía hacían las donas; en la noche orneaban empanadas, galletas y empacaban.

Para entonces, Miroslava, Gustavo y Darlene, los tres hijos de Don Eleno ya estaban involucrados en el negocio. Todos crecieron entre los estantes, sacos de harina, la atención al cliente… De niños veían como normal pasar las vacaciones de verano pintando paredes de la panadería, los exhibidores o arreglando las estructuras. Acudían a la escuela y el resto del día ayudaban en lo que podían.

Miroslava recuerda que para preparar el dulce de calabaza tenía que quitar una por una las semillas del fruto y de jovencita la visita con el novio era empacando empanadas. “Mi novio llegaba a la casa y le decía mi papá, si quieres que dure más la visita véngase a la panadería conmigo y pues sí duraba un poco más”, platica.

A sus 62 años y después de varias décadas de duro trabajo, Don Eleno ha decidido gradualmente hacer un relevo generacional. Es así que desde hace tres años, los hijos comenzaron a involucrarse de lleno en la operatividad del negocio que genera empleo a doce personas. Aunque aclaran, las decisiones las sigue tomado el señor Godínez.

¿Qué fue lo que les impulsó a entrar de lleno a este negocio?

Gustavo platica que hace cinco años decidió entrar de lleno al negocio de su familia. Después de estar trabajando en Canadá regresó a Hermosillo. “Creo que los tres coincidimos en que primeramente tiene futuro para poder vivir de esto, normal, con nuestras familias y aparte se ayuda mutuamente. Si yo trabajo ayudo a mis hermanas y mis papás, es una ganar-ganar. Y la segunda, como es un legado que tiene mi papá, vale la pena dedicarle el tiempo que dure para que siga siendo igual de conocido”.

Darlene explica que hace tres años tomó la decisión de dejar el despacho de abogados donde trabajaba y se incorporó, de inicio entré por deterioro de la salud de mi papá, confesó. Y es que menciona que su papá hacía de todo y solo. Ahora le quitó un poco su carga y ella ve todo lo referente a las obligaciones fiscales y lleva el control directo con los empleados. “La unión de los tres fortaleció a mi papá, porque mi papá con tanta tarea no delegaba y eso le quitaba tiempo para crear e innovar”.

¿Qué es lo que más le pide la gente?

Ahorita son los eventos de tipo piñatas, bodas, showers. Está de moda la dona, en lugar de pastel, donas. Son dos sabores: de vainilla y chocolate; y se pueden elegir con coco, grajea, cacahuate, combinado, lisa; y la tradicional de azúcar.

Antes no se hacía, pero tenemos dos años en que permitió las donas de colores por pedidos. Poco a poco la gama de color básico se fue abriendo.

¿Cómo es el proceso de elaboración de una dona?

Para empezar es algo que requiere un poco de paciencia. Comenzamos a las nueve y media de la mañana checando los materiales, para las diez de la mañana ya estamos con la masa, para las once de la mañana esa masa ya está lista para elaborase en la forma de la dona. Después se deja con la forma de la dona como media hora, para que se ensanche y haga efecto la levadura y luego se mete a cocer. Aproximadamente necesita tres horas. Para que a la una de la tarde, ya esté el producto. Y a lo largo del día se va amasando según vaya el flujo en el día. Las últimas donas que ven, esa masa se hizo a las cinco de la tarde.

Dice mi papá, las donas es muy sencillo de hacerlas, cualquiera las hace, pero las donas calientitas como lo hacemos aquí, no cualquiera se arriesga a hacer una masa sin saber si las va vender.

Cada día hacemos una estrategia para saber qué cantidad de donas y masa vamos a hacer.

¿Qué día venden más?

El sábado es el día más fuerte, aunque empieza un poco el repunte el viernes. Pero todo depende de temporadas, de día, de clima. No siempre hacemos lo mismo, ningún día es igual. 

¿Cuáles consideran que son los valores principales que debe tener un emprendedor, un líder de una empresa?

Mucha tolerancia, empatía, ser responsable, amor, pasión a lo que hacen, y confianza en la gente. 

¿Cuál es el mayor aprendizaje que les ha dejado su papá en este negocio y que hayan aplicado?

El amor al trabajo. Saber gastar el dinero. También la juventud del equipo, porque así lo decidió mi papá, quiere gente joven que esté estudiando, siempre les ha ayudado en tema de estudios. Y dice que la energía de la juventud da ánimos.

¿Qué papel tienen las redes sociales para su empresa?

Si las usamos, pero en realidad no dependemos de ella para que sea la venta.

¿Alguna recomendación para jóvenes emprendedores?

Estudia, de inicio es lo que nos dice mi papá. Segundo, haz el hábito de ahorrar, si ganas tres, gasta uno y ahorra dos. Aplica para todo. También no escuchar ideas maravillosas.

Finalmente ¿cómo les gusta comer las donas?

Miroslava: yo la disfruto sola o con leche bien fría.

Darlene: sabes que a mí no se me antojan, pero cuando llego a un evento que dejar donas, ahí es cuando se me antoja.

Gustavo: lo más gracioso de todo es que yo tengo más de un año sin probar una dona, porque soy alérgico al huevo y a la leche. Se me antojan pero no puedo. Desde hace cinco años se me diagnosticó, yo entro a trabajar aquí con pasamontañas guantes y toda la protección.

¿Cómo los contactan?

Para pedidos el teléfono es 6624-62-85-36. Ubicados en calle República de Cuba entre Av. Guadalajara y Tepic, Colonia Álvaro Obregón.