El Huachicoleo sigue imparable en Sonora

“Mientras las autoridades no se ponen de acuerdo con los datos oficiales, existe una coincidencia y es que el delito de Huachicoleo se sigue presentado en Sonora y hay indicios de que podría ir en aumento”.

Por Gerardo Moreno

Aunque una de las primeras acciones que emprendió el actual gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel

López Obrador, fue un combate directo contra el Huachicoleo, y que si hay una disminución significativa de este delito, aun en estos tiempos sigue presente en Sonora y cada día y cada mes se detectan más tomas clandestinas.

Según información obtenida por Primera Plana, en lo que va del 2020 en Sonora se han detectado ya 23 tomas clandestinas por la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex), la mayoría en el municipio de Guaymas.

Mientras que la Fiscalía General de la Republica (FGR) detectó un total de 32 tomas clandestinas de hidrocarburos en Sonora, igual la gran mayoría en el puerto de Guaymas.

Es decir, este delito se sigue presentando, aún hay bandas del crimen organizado que lo ven redituable y hay toda una cadena y un comercio ilegal alrededor del huachicol en Sonora.

Detalle de los datos

Con información obtenida a través de la Ley General de Transparencia, Pemex reconoció que en Sonora se han

detectado 275 tomas clandestinas de hidrocarburos entre enero del 2018 y agosto del 2020.

Se marca una significativa reducción de este delito en el estado, ya que en 2018 la empresa reportó el hallazgo de 213 tomas clandestinas en Sonora: En Guaymas fueron 89, en Bacum 68, en Cajeme 33, 17 en Hermosillo y seis en Empalme.

Mientras que ya para el 2019 solo se llegaron a detectar 39 tomas clandestinas: 16 en el municipio de Guaymas, 14 en Bacum, ocho en Hermosillo y solamente una en Empalme.

Y al cierre del 31 de agosto del 2020, Pemex reportó el hallazgo de 23 tomas clandestinas: de las cuales 20 se localizaron en Guaymas, mientras que en Cajeme, Hermosillo y Empalme solamente una en cada municipio.

Por su parte, la Fiscalía General informó que la delegación de Sonora de la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo (SCRPPA) reconoció que en sus expedientes hay registradas 244 tomas clandestinas detectadas en Sonora del 2018 al cierre del 31 de agosto del 2020.

Según el reporte de la FGR, en 2018 se detectaron en total de 176 tomas clandestinas en Sonora: de estas 84 se presentaron en el municipio de Guaymas, otras 81 en Cajeme y en Hermosillo fueron 11.

Durante el 2019 hubo una baja significativa en las tomas detectadas, ya que se reportaron solo 36 en todo Sonora; de las cuales 16 fueron en Guaymas, 14 en Cajeme y seis en Hermosillo.

Pero al cierre del 31 de agosto ya se han reportado 32 tomas clandestinas detectadas en Sonora, de nuevo Guaymas concentra el gran total con 28 casos registrados, luego esta Cajeme con dos y Hermosillo y Empalme fue una en cada uno.

Hay una diferencia significativa entre los datos proporcionados por Pemex y por la Fiscalía General, pero si hay una coincidencia y es que el delito de Huachicoleo se sigue presentado en Sonora y hasta hay indicios de que podría ir en aumento.

La estrategia se quedó corta

La estrategia contra el Huachicol del Gobierno Federal consiste en que los efectivos militares vigilen los ductos de Pemex y detecten y detengan a las bandas criminales que los perforan, ordeñan, luego transportan y venden en el país.

Aunque la estrategia se centró en los estados de Guanajuato, Hidalgo, Estado de México, Puebla, Veracruz y Tamaulipas; también en otros puntos del país se impuso esta vigilancia, incluido Sonora que tiene su foco rojo en Guaymas.

A pesar de haber logros a nivel nacional, donde incluso se han detenido a líderes del crimen organizado dedicados a esta actividad; este fenómeno del robo de hidrocarburos no ha podido detenerse y eso genera problemas económicos y sociales en las zonas donde se presenta, incluido a Sonora.

Un riesgo energético

El vicepresidente del Colegio de Economistas de Sonora, Marco Antonio Córdova, explicó que el delito de robo de

hidrocarburos conocido como huachicoleo, es un factor de riesgo para el sector energético del País.

“La seguridad energética es un tema que debe estar en el centro de las estrategias económicas, para lograrlo es necesario garantizar un Estado de derecho (para las inversiones en el sector energético) y comprender la compleja relación entre pobreza y criminalidad”.

El maestro de la Universidad de Sonora, informó que de acuerdo a una investigación del Dr. Semple en 2018, desde el año 2000 hasta 2018 se incrementó en importancia y en el nivel de violencia el robo de combustibles, también conocido como huachicoleo.

Sin embargo, dijo que esta situación se ha revertido, de acuerdo a lo señalado por el director de general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, en su comparecencia del pasado mes de octubre ante la Cámara de Diputados. Ahí informó que los ahorros estimados por el combate al huachicoleo ascienden a 71 mil 800 millones de pesos en dos años.

Durante su intervención resaltó que el robo de combustible ha disminuido. Sobre las tomas clandestinas, Romero Oropeza, informó que se tenían contabilizadas cinco mil 384 hasta agosto del 2020, contra 11 mil 615 en 2019, y 14 mil 689 en 2018.

“El robo si bien ha disminuido, aún persiste dicha práctica, la cual no sólo incluye la toma sino que es toda una cadena que pasa por la posesión, transporte, almacenamiento, distribución y comercialización no limitada a combustibles, sino también a hidrocarburos y petroquímicos”, dijo.

En ese sentido, Marco Antonio Córdova aclaró que el robo de hidrocarburos, petrolíferos y petroquímicos representa

múltiples efectos indeseables para la economía nacional y de Sonora, como la competencia desleal.

“Pues al momento en que expendedores formales los adquieren robados a un menor precio del que tendría si fuera legal, lo cual afecta a la industria al desincentivar la inversión y reduce los ingresos del erario público”.

Además de poner en peligro la satisfacción de las necesidades de consumo de la población en general, lo cual podría generar situaciones de crisis como desabasto o escasez, justo como la que se vivió en 2019.

Por otro lado, dijo que socialmente el riesgo hacia comunidades cercanas a los poliductos de Pemex, son muy grandes, por las explosiones inesperadas debido al manejo no profesional de la infraestructura, que pueden acabar en tragedias como la sucedida en Tlahuelilpan.

“Hacia adelante, de continuar esta estrategia de contención, el robo de combustible continuará a la baja, sin embargo a un menor ritmo por la reducción de recursos públicos destinado al sector energético”.

Sin duda, el que persista este delito en Sonora y en el País no es algo bueno para nadie, y mientras siga existiendo dejará secuelas económicas, energéticas, sociales y de seguridad, sobre todo en las comunidades donde más se presenta como Guaymas y Cajeme.