El reto principal es que nos escuchen a todas

Por Miguel Gálvez

En Sonora hay muchas organizaciones y asociaciones civiles que velan por el bien social. Una de ellas es “Cultura Verde”, la cual busca reforzar los buenos valores ecológicos para dejar un mejor mundo a las nuevas generaciones.

La maestra, ambientalista y líder de esta agrupación, Pamela Ibarra Dávila, es una mujer decidida con objetivos claros, reconocida por su labor social por el medio ambiente, trayendo a Sonora programas efectivos para combatir la contaminación en la ciudad.

El despertar de la “conciencia verde”

En 2017, el Ayuntamiento de la capital de aquel entonces, dio la noticia para toda la población hermosillense, que reduciría los días de recolección de basura en todas las colonias. Tras esto, varias personas entraron en pánico, lo que ocasionó que dejaran grandes cantidades de residuos en los principales parques de la zona, lo que sería nocivo tanto para el medio ambiente, como para la salud.

Pamela Ibarra, al ver esto, despertó dentro de ella ese espíritu de servicio y con ayuda de sus estudiantes, tomaron la iniciativa de organizarse para limpiarlos, preservarlos y cuidarlos, lo cual, obtuvo una respuesta muy positiva de la ciudadanía.

Fue así como en ese mismo año iniciaron con los parques del Palo Verde, donde los propios residentes de la colonia se sumaron para preservarlos limpios, y así se fueron escribiendo las primeras páginas de lo que hoy es la Asociación Civil Cultura Verde.

Instalan 30 centros de acopio de colillas

Poco después, esa pasión por la ecología provocó que Pamela, presidenta de esta agrupación, se informara más del tema, donde descubrió a un grupo de activistas de Ciudad de México quienes concientizaban del peligro de las colillas de cigarros en las calles y realizaban múltiples actividades para recolectarlas y reciclarlas.

Esta idea le encantó, sin embargo, en Sonora no existía nada por el estilo, por lo cual tomó la decisión de replicarla

“Me traigo esa idea para Sonora, empiezo con lo de las colillas, empezamos básicamente mis alumnos a salir afuera de los planteles donde más se encontraban las colillas para recolectarlas”, dijo.

Posteriormente, esta actividad despertaría el interés de varios medios de comunicación y de otros ecologistas de todos los municipios del estado, quienes se comunicaron con ella para en conjunto dejar huella en el planeta con la eliminación de estas colillas, donde lograron tener más de 30 centros de acopio.

En estos módulos, recogían estos desechos de cigarro y ella se hacía cargo de transportarlos al centro del país para que allá los reciclen, sin embargo, la huella de carbono que dejaba el transporte era muy grande, por lo cual buscó, se instruyó con expertos para buscar una solución desde lo local.

Activismo propositivo: Ley contra bachas

Tras casi tres años de lucha ecologista en contra de estas colillas en las calles y espacios públicos, Pamela Ibarra Dávila empezó a cultivarse en temas de política y derecho, lo que la llevó a incidir en una Nueva Ley para regular este mal habito de la sociedad.

Para el 2021, como agrupación lograron integrar una nueva iniciativa al Congreso del Estado de Sonora, misma que fue aprobada por unanimidad, la cual se hizo vigente para junio del 2022.

Esta Ley, estipula que todas las instituciones, ya sea públicas o privadas, así como los comercios que permiten fumar, deben de contar con un contenedor para tirar los cigarros, además de desecharlos de manera correcta.

“Anteriormente las colillas las echaban a la basura, lo que provoca un daño terrible tanto al ambiente como a la salud pública, debido a los químicos que este contiene”, explicó.

Agregó que, pese a ser maestra, es necesario equilibrar la pasión por la ecología con el conocimiento, para sustentar el mensaje con la ciencia.

Papel de la mujer

Dentro del mundo ambientalista, Pamela Ibarra menciona que es necesario hacer una unión más fuerte entre las mujeres, de esta manera tener un lugar seguro donde acudir.

“Yo lo veo muy bien, y me encanta que vamos caminando cada vez más, porque apenas unidas nos van a escuchar y esta unión que estamos teniendo todas las mujeres, todos estos caminares han hecho que nos escuchen y que empiecen a modificar muchas leyes y empoderarnos, sentirnos respaldadas de todo lo que hemos vivido”.

En el mismo sentido, la ambientalista menciona que dentro del gremio del medio ambiente y en la sociedad hay todavía un problema en común que no dejan avanzar a las agrupaciones impulsadas por mujeres.

“El Problema que se presenta es el machismo, el cómo se han educado a los hombres y las mujeres, creo que como madre se debe de empezar con la educación en casa y cortar con este machismo, romper paradigmas con las nuevas generaciones”.

Finalmente consideró el problema de los asesinatos de mujeres como un gran pendiente de las autoridades. “El reto principal es que las instituciones que les corresponde escuchen a todas las mujeres que están perdiendo la vida y que con hechos los han demostrado, que esclarezcan esos casos y tengan justicia”.