ColumnasPrincipales

En política el malestar crece…y ya lo sienten

Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena, durante mitin en Hermosillo.
Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena, durante mitin en Hermosillo.

Su candidata «de la esperanza», no plantea nada nuevo. No ha hecho ni una sola mención a las cosas que andan mal, solo se remite a prometer que seguirá igual que en el gobierno de AM

Por Bulmaro Pacheco


Marcelo Ebrard
afirma que sí ira en la boleta presidencial en 2024, y en Morena dicen que todo va bien, que se mantiene la unidad y que ningún interés personal estará por encima del interés general.

Pocos lo creen. El daño por la ruptura de Ebrard con el oficialismo ya está hecho y será difícil hacerlo volver al redil morenista, donde siente que le jugaron chueco. Por lo pronto anunció más acciones legales y políticas. 

Marcelo Ebrard, sigue esperanzado en aparecer en la boleta del 2024.

Morena y sus aliados apostaron a que su proceso interno saldría muy bien —en unidad y de acuerdo a las instrucciones recibidas—; pero le salió mejor a los del Frente por México porque no registraron fractura alguna, a pesar de que al inicio se registraron 33 aspirantes y en Morena solo 6. 
Ante eso, el presidente López Obrador presiona al gobernador de Nuevo León para que acepte la postulación de Movimiento Ciudadano y evitar así que ese partido postule a Ebrard. La presencia de Marcelo ahondaría la crisis en Morena y a la hora de los votos —sin duda— le restaría a Morena y sus aliados, por la fuerte presencia de cuadros ebrardistas en Morena, entre ellos 40 diputados federales que ya anunciaron medidas legislativas paralelas a la coordinación de Morena.  

Presidente López Obrador.


Ya Dante Delgado, dirigente nacional de MC, ante esas presiones dijo que ellos tendrán candidatura presidencial hasta enero del 2024 y que no excluyen a nadie, ni al propio Marcelo. 
El quebrantamiento de la unidad orilla a Morena ahora —como ayer, antier y desde su fundación— a buscar de nuevo a priistas y panistas para exhibirlos como nuevas adquisiciones, con el pretexto de que todos caben, y así poder decir que en su «movimiento» todo va viento en popa, porque ya tienen candidata. 
Presionan a los cuadros de los ex gobernadores del PRI que recibieron embajadas y consulados para que arrimen —»espontáneamente»— a sus allegados a la candidata oficial y dar imagen de desprendimiento: Los casos del ex presidente estatal del PRI en Sinaloa y las diputadas locales de Sonora han sido realmente patéticos. 
Su candidata «de la esperanza», no plantea nada nuevo. No ha hecho ni una sola mención a las cosas que andan mal e incomodan a la gente y solo se remite a prometer que las cosas seguirán igual que en el gobierno de AMLO y con eso toma distancia de quienes ansían un cambio, por lo mal que se sienten las cosas con el gobierno de la 4T y sus sonados fracasos en áreas tan sensibles como la seguridad y la salud pública. 
Ya se ve en los eventos que los dirigentes sindicales del área oficial se sienten presionados, y aparecen a fuerza en eventos públicos masivos con la candidata oficial. Como no les ha ido bien en la 4T, viven amenazados con las cuotas sindicales y el voto corporativo. No se atreven a hacer autocrítica y tratan de mantener la imagen de que votarán masivamente por la 4T y sus candidatos aparentando que trabajan en sus estructuras por la presencia regional que ostentan sus organizaciones. 
No parece que vaya a ser así. Se nota mucha inconformidad entre sus huestes por la poca atención que han recibido y por el desmantelamiento administrativo que han vivido a costa de romper con el pasado. Les han cumplido muy poco. 

Los servicios de salud no han mejorado y muchas familias de trabajadores del sector público han incrementado notablemente sus gastos en salud —ante la crisis—en hospitales y farmacias privadas.
Las corporaciones sindicales, que en un momento estuvieron con el PRI, después con el PAN ya ahora con Morena, por ahora se conforman con ser tolerados, más que ser atendidos en sus principales demandas. 
En Morena presumen de 23 gobiernos estatales y aparentan no estar enterados que más de la mitad de ellos han sido un fracaso rotundo, y por ahora la intención de voto a favor de Morena en esas entidades ha bajado sensiblemente afectando directamente a la candidata presidencial. 

Samuel García, gobernador de Nuevo León.


Por ejemplo: El estado de Guerrero luce ingobernable. Ahí ya no se sabe bien a bien quién manda; todo por fomentar relevos familiares sin la mínima capacidad para el servicio público. 
Veracruz es un fracaso total, con un gobernador que riñe a cada rato hasta con los de su propio partido, pero que cumple puntualmente papeles políticos ordenados por el centro. 
Chiapas está en una profunda crisis de seguridad e incendiado políticamente y, al parecer, es coto de caza para el Verde Ecologista después de la participación de Manuel Velasco en el proceso interno.

Zacatecas —otro estado donde una sola familia manda— está hoy en permanente crisis de violencia con un gobierno muy débil que también —of course—acusa al pasado de sus pifias. 
Morelos, un pésimo experimento con un deportista famoso cooptado por el PES para Morena, al que ya le dijeron que ni se emocione soñando con ser candidato a la ciudad de México porque ya hay línea. Un Estado también en constante inestabilidad política. 

Dante Delgado, líder de MC.

Tamaulipas, una entidad que comprueba que las segundas partes no son buenas con el hijo de ex gobernador Américo Villarreal, sin las prendas ni la formación política del padre, hoy es abrumado por problemas recurrentes y sin solución, en una entidad caracterizada por la violencia. 
En Michoacán las cosas tampoco se ven bien. ¿Qué decir de una entidad donde se han registrado las peores pérdidas económicas de las empresas por la toma de vías de comunicación y el dominio de la delincuencia organizada en las actividades económicas prioritarias? 
Campeche también tiene lo suyo. ¿Qué decir de una gobernadora que ha desempeñado el triste papel de golpeadora contra los adversarios del régimen?
Y en Sonora y Sinaloa, dos estados donde sus ex gobernadores fueron premiados con cargos diplomáticos desatando una serie de sospechas que contribuyen a la degradación política, al reciclamiento de lealtades temporales y la compra venta de afiliaciones tardías a cambio de expectativas no claras en Morena y sus aliados.
¿Con todo eso quieren ganar? No se ve cómo ni por dónde. Podrán tener dinero y acarreados a mítines políticos, pero no tienen claro cómo le van a hacer con la decisión del votante a la hora que esté frente a la casilla.
El malestar social con el gobierno de la 4T cunde a pesar de los informes optimistas. La narrativa oficial trata de convencer de que ya todo está escrito para la elección del 2024 y que van a repetir en el poder otros seis años, como si hubieran hecho muy buen trabajo para los mexicanos.
Quién sabe. Por ahora—Y a un año exacto del cambio en el gobierno federal— predominan más las dudas que las certezas sobre un proceso que de suyo será complejo, tenso y muy conflictivo. Es mucho, pero mucho lo que está en juego como para tratar de simplificar la realidad a favor del partido en el gobierno a 365 días del cambio.
 
[email protected]