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Explosión futbolera: el TRI venció a Croacia y hermosillenses al calor

Por Gerardo Moreno /

No importa calor, sudor, hambre o tener que trabajar, hay que hacer todo lo posible para apoyar a la selección mexicana de futbol que compite en el Mundial de futbol de la FIFA que se celebra en Brasil, y que está dejando satisfacciones a los aficionados que, sin importar nada buscan ver los partidos.

El pasado lunes de todos lados se veían personas que buscaban algún restaurante o bar dónde ver el encuentro, también en redes sociales pidiendo links dónde verlo por internet —pues no podían salir de la oficina—. Algunas autoridades o asociaciones atinaron en colocar pantallas gigantes dónde transmitir el partido. Las principales plaza de las ciudades, como en el Zócalo Capitalino estaban a reventar.

En nuestra ciudad solo Progreso Por Sonora fue quien aprovechó el evento y colocó pantallas gigantes en el Jardín Juárez y la Emiliana de Zubeldia. Los fuertes rayos de sol y la humedad hacían que las altas temperaturas, arriba de los 40 grados, se sintieran mucho más fuertes. En la plaza frente a Rectoría de la Universidad de Sonora el calor era mitigado por un par de enfriadores y algunas carpas.

Al principio pocas personas aprovecharon la oportunidad, pero conforme avanzaba el juego se sumaban más, alumnos de las Universidad, familias con sus niños, y trabajadores, hasta los ‘dogueros’. La sed era apagada por las botellas de agua que alegremente repartían edecanes de una compañía telefónica.

Juego de tensión

Pasada la una de la tarde se dio el pitazo inicial allá en el estadio “Pernambuco” en Recife, Brasil; el juego era seguido con atención desde de Hermosillo.

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En la plaza Emiliana de Zubledía siguieron la primera mitad del partido casi comiéndose las uñas.

Los nerviosismos no se escondían en la cara de los asistentes, se comían las uñas, tomaban agua, se paraban de repente ante un disparo cerca del arco, cerraban los ojos y hasta dejaban salir un grito de coraje cuando los Croatas se acercaban a la portería que defendía Guillermo Ochoa. Sabían que no había margen de error, si perdía México se despedía del mundial, y así se consumieron los primeros 45 minutos.

El segundo tiempo todo seguía igual, el apoyo no se hacía esperar de los que estaban en el estadio y los que quienes estaban bajo el sol en Hermosillo, un disparo de Héctor Herrera que se estrelló en el travesaño logró que todos se pusieran de pie, despertaba el ambiente, entró Chicharito por Giovani y le cambió el ritmo al juego.

Al minuto 70,  llegó Rafa Márquez con un remate de cabeza para meter el primer gol, haciendo que la emoción por fin estallará, y la ilusión del triunfo surgiera, apenas la gente se recuperaba del primer grito de gol cuando a los tres minutos entró el segundo, con un remate de Andrés Guardado después de una gran jugada entre Chicharito y Oribe Peralta.

Al minuto 81 Javier Hernández hizo lo propio con un remate de cabeza anotando el tercer gol, el entusiasmo no se escondió. Al 87 Iván Perisic anotó el gol de la honra para Croacia devolviendo la calma, pero casi a las tres de las tarde se dio el silbatazo final, todos brincaron de sus asientos, se saludaban, gritaban de emoción. La selección con ganas y buen futbol pasó invicta a octavos de final y sé enfrentará a Holanda el próximo domingo.

Festejo de locura

Parados en medio de la plaza, algunos jóvenes esperaron que la gente fuera a festejar a ese lugar, parecía que el calor había detenido a los aficionados, pero no, apenas unos minutos pasaron cuando empezaron a llegar carros con aficionados saliendo de ellos, las banderas tricolores ondeando, los claxon y los gritos de “¡México, México!” se oyeron por todo el lugar.

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El primer gol de la selección despertó los gritos y esperanzas de lograr ganar.

Varios jóvenes llegaron a las escalinatas del Museo de la Universidad de Sonora y la euforia se desató, seguían llegando más y más personas, llegaron a ser más de 100 quienes entre música, baile, espuma y hasta cerveza al aire, festejaban el triunfo.

Todos portaban la camiseta verde o naranja de México, brincaban, gritaban y bailaban, no faltó el Cielito Lindo, el polémico grito mundialista de “eeehh puto”, porras y hasta batucada; correr arriba de los escaleras y gritar en todo lo alto que México ganó y que ahora van por Holanda, con la ilusión de que “se le puede y se les va a ganar”.