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Fiebre futbolera invade el Estadio Sonora

Por Gerardo Moreno/

Desapareció la loma de picheo. El bullpen quedó vacío. Parches de pasto sintético cubriendo senderos y bases. Un par de porterías convirtieron al diamante en campo de futbol. El majestuoso Estadio Sonora, ahora estaba acondicionado para un juego de soccer, donde debutó el nuevo equipo local de la Segunda División Premier del futbol mexicano, Los Cimarrones de Sonora.

El equipo recién ascendido de la tercera división, ahora juega en el mismo escenario donde el pasado mes de febrero se realizó la Serie del Caribe 2013, donde se coronaron campeones los Yaquis de Ciudad Obregón. El inmueble que tiene la forma de un cráter de El Pinacate ―de un costo de alrededor de 480 millones de pesos―, ahora se viste naranja, colores del equipo local, quienes buscarán marcar su propia historia y darle un nuevo orgullo a la ciudad que representan.

En un principio estaba anunciado que Los Cimarrones jugarían en el estadio Héroe de Nacozari, pero este recinto no fue avalado por la Federación Mexicana de Futbol, por lo tanto se volteó la vista hacia el poniente donde el Estadio Sonora ―ya terminado al 100%―, estaba vacío pues aun no inicia la temporada de beisbol invernal de la Liga Mexicana del Pacífico pues ahí será la casa de los Naranjeros de Hermosillo.

Buena convocatoria

El debut de Cimarrones en el Estadio Sonora fue el viernes 16 contra el equipo de Dorados de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ya semanas antes una fuerte mercadotecnia en los medios de comunicación y en programas de radio y televisión, donde anunciaban el regalo de boletos, hacían pensar que tendría buena aceptación.

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El diamante del beisbol quedó cubierto totalmente por pasto, dando lugar a las porterías.

El partido estaba fijado a las 8:15 PM; desde antes los automóviles ya se veían circular hacia el bulevar Héctor Espino que conduce a la puerta del estadio; una larga fila de autos y un tráfico lento hicieron que llegáramos tarde al anunciado partido, algunos se quedaban en el camino y muchos llevaban sus bicicletas para dar una pedaleada hacia el lugar.

Ya estacionados y camino al estadio se apreciaba niños, jóvenes y adultos apurados a ver el juego. Ya en la entrada una gran fila esperaba entrar al Estadio. Los guardias para apresurar el flujo de aficionados pedían que “tuvieran el boleto en mano”, mientras tanto en el interior ya se escuchaba que anunciaban a los equipos y que el partido daba comienzo.

En su interior medio estadio estaba cerrado por un listos amarrillo, desde donde empieza la central numerada (mejor lugar para apreciar un juego de beisbol por estar atrás del cácher) hasta los bleachers.

La gente llegaba y se sentaba donde encontrara un lugar desocupado. El césped lucía un poco amarrillo salvo los parches de pasto sintético que colocaron donde estaba la loma de pitcheo y las bases que lucía un verde vivo. Hasta arriba de las gradas una lona grande con el logo de los cimarrones y su slogan “vamos con todo”. Al otro lado la pantalla gigante que a veces pasaba el partido, otras mostraba al público y la mayoría del tiempo solo decía el marcador.

El sonido local fue pocas veces utilizado por lo que no se sabía en qué minuto del partido iban, ni que jugadores realizaban las faltas, metían los goles o entraban al juego.

El partido se vivió con un ambiente fue 100% futbolero, alrededor de 4 mil 500 aficionados abarrotaron las gradas que estaban abiertas del Estadio Sonora, se veían camisetas de los más variados equipos, Atlas, Monterrey, Toluca, América, Barcelona, entre otros; muchos portaban la playera naranja de los Cimarrones que vendían en la tienda oficial que todavía tenía las calcas de la Serie del Caribe en las ventanas.

Varios vendedores de cerveza estaban repartidos en medio de las gradas ofreciendo su producto que no alcanzó a satisfacer a todos los aficionados que varias veces se mostraron molestos. También los vendedores de fritangas y sodas recorrían las gradas y hasta el quinielero hizo su aparición.

Un par de “batucadas” postradas hasta el frente de las butacas trataban de poner el ambiente y el clásico grito de “eeeeeeeee Put…” resonaba en todo el estadio cada vez que el portero contrario despejaba.

Termina con un mal sabor de boca

Mientras el ambiente crecía en el público, el juego continuaba en el campo donde los de casa tenían las opciones más claras pero sin concretar, dejando varias veces a los aficionados con el grito de gol amarrado en la boca. En una desconcentración defensiva en un tiro de esquina, los Dorados anotaron el primer tanto en el pie de René Loya.

Esto no amedrentó a la tribuna que seguía animando a su equipo a pesar que el partido se trabo en media cancha hasta terminar el primer tiempo. En el medio tiempo el público aprovechaba para ir al baño o buscar una cerveza que ya empezaba a escasear.

El segundo tiempo comenzó con más ánimos y dando más apoyo al equipo local. Al minuto ocho un disparo de fuera del área grande de Alfredo Vázquez dejó sin posibilidades al arquero empatando el partido y haciendo explotar al público que empezó a gritar “¡¡¡Cimarrones, Cimarrones!!!”.

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Aunque el primer partido terminó con un mal sabor de boca, no decayó el ánimo de la afición futbolera.

El juego continuó con su lucha en medio campo con mejores aproximaciones de parte de los locales, pero sin concluir en gol. El director técnico Enrique Ferreira empezó a hacer sus ajustes para impulsar más al equipo por el triunfo. Para este punto la cerveza ya se había acabado y los vendedores esperaban nuevos cargamentos, también el listón amarrillo se rompió y varios aficionados se movieron de lugar.

La oportunidad de oro vino después de una falta dentro del área rival que el árbitro no dudo en marcar el penal, con el público de pie viendo al delantero César García quien cobro con seguridad pero estrelló el balón en el poste dejando el festejo de los aficionados reprimido.

Los minutos finales Los Cimarrones se fueron con todo hacia el frente pero no encontraron el anhelado gol de la victoria y el partido terminó en empate repartiéndose los puntos. Al final se jugaron el título de campeón de penales en una tanda de tiros, donde Los Cimarrones perdieron cinco a cuatro, pues el cuarto cobrador estrelló el esférico en el poste.

El público se retiró del inmueble con un mal sabor de boca pues a pesar de haber vivido un ambiente de fiesta y se le volvía a dar vida al estadio de beisbol Sonora, Los Cimarrones no pudieron obtener la victoria. El día de hoy, viernes 23, tienen el segundo partido en casa, ahora contra el Deportivo Tepic.

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