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Gesta libertaria en Cuba

“Los cubanos están pariendo su libertad”

Dicho cubano.

Por Dr. Jorge Ballesteros

Somos testigos de algo inédito, histórico, con el corazón en la mano, contemplo asombrado el apoteósico despertar de las conciencias del pueblo cubano, oprimido por 63 años por la dictadura criminal y sangrienta del régimen comunista, miles de  gente toman las calles de varios lugares de Cuba, gritando ¡libertad, libertad, libertad! ¡Ya no tenemos miedo! ¡Muera la dictadura! ¡Patria y vida!

Este domingo sucedió lo que parecía imposible en una isla controlado férreamente por el aparato represivo de la dictadura comunista: miles de cubanos salieron espontáneamente a las calles de sus ciudades sin que el régimen pueda frenarlos ni que los intentos por censurar la difusión de imágenes prosperara.

El presidente, Díaz-Canel, salió en la TV sudoroso y asustado, convocó a los seguidores del gobierno a salir a las calles a “enfrentar” las protestas y varios videos en redes sociales y fotografías mostraron a militares y agentes vestidos de civil golpear a los manifestantes.

Díaz-Canel, en una transmisión televisada dijo, que en su gobierno estaban “dispuestos a todo y estaremos en la calle combatiendo”.

La policía trata de reprimirlos pero no puede ante el coraje de la gente, el asco que les inspira  esta dictadura que durante más de 60 años los oprimió. Palos y piedras contra los policías que salen corriendo y sus autos son volteados, la gente grita: Canel “chingao” (maricón).

El régimen temeroso lanza a su ejército y a las milicias o esbirros para reprimir al pueblo. Se ha empezado a disparar balas de verdad en contra de la gente, el primer muerto es un niño de 13 años, masacrado por los esbirros de Canel y al momento de escribir esto, lunes 12 de julio, ya van siete mártires de la libertad.

Testimonios en redes sociales afirman que ya hay otra víctima mortal en Palma Soriano, en la provincia Santiago de Cuba. Se trataría de un ciudadano de nombre José Ángel. Un audio que circula a través de grupos de WhatsApp asegura que murió como consecuencia de la paliza recibida por agentes castristas. “Tenía fracturas en las costillas y la cabeza desbaratada”, se escucha decir a una mujer.

Se ven las imágenes de camiones llenos de las tropas de “Avispas negras” que las han lanzado en contra del pueblo, sin embargo es heroica la resistencia de los cubanos, a pesar de los golpes, palizas, detenciones, balazos, gases, heridos y  muertos, no han cejado en su anhelo libertario.

Con la cara ensangrentada, hombres y mujeres, ancianos y jóvenes siguen protestando, es un mar de ciudadanos los que luchan en las calles contra la policía, ejército y milicianos comunistas.

Se oyen las balaceras de las fuerzas de represión, disparan directamente en contra de la gente y a algunos los siguen hasta su casa donde intentan refugiarse, ha empezado la represión y masacre del pueblo cubano. Militares vestidos de civiles también atacan a los manifestantes.

Esto es una noticia en desarrollo y en las horas que vienen, puede empeorar, no va a ser la primera vez que estos criminales dictadores se manchen las manos con la sangre del pueblo cubano.

La gente saquea los supermercados del régimen, años de hambre y privación, ya están hartos de las cartillas de racionamiento y del picadillo de soya, los cubanos carecen de pasta de los dientes, papel sanitario, leche para los niños, no hay medicamentos ni comida, solo se encuentra en los supermercados para los capitostes  o esbirros del régimen y para los turistas.

Han cortado la luz y el internet para evitar que la información salga de Cuba, pero algunos cubanos logran filmar con sus teléfonos y mandar la información que no sale en los grandes medios hegemónicos, sino solo por algunos sitios de internet.

Es que los cubanos están hartos, y a la represión del régimen castrista gobernado por Miguel Díaz-Canel, se le sumó una inocultable crisis sanitaria que colapsa los hospitales, el principal capital de propaganda de la dictadura.

El malestar se hizo evidente a finales de la semana pasada, cuando la provincia de Matanzas (al este de La Habana) se situó al borde del colapso sanitario por el aumento incontrolado de casos de covid-19, con más de 1,300 por cada 100,000 habitantes, situación agravada por la escasez de medicamentos, alimentos y productos de higiene, aparte de los cortes crónicos de electricidad y de agua.

Y este domingo, miles y miles de cubanos decidieron salir a reclamar, “Abajo la dictadura”, “Que se vayan” o “¡Patria y vida!” —el título de una polémica canción—, gritaron varios miles de manifestantes en San Antonio de los Baños, una pequeña ciudad de 50,000 habitantes a unos 30 kilómetros de La Habana.

Y este grito de “¡abajo la dictadura!”, “libertad” y “patria y vida”, se propagó en más de 20 localidades del país, hasta que sucedió lo impensado: en La Habana también se movilizaron. Un hecho muy poco común en este país gobernado por el Partido Comunista (PCC-único), donde las únicas concentraciones autorizadas suelen ser las del partido.

La protesta de hoy es la más grande registrada desde el llamado “maleconazo” de 1994.

Ciertamente el cambio de régimen no se va a dar de un día para otro, un régimen opresor como el castrista que gobernó con mano de hierro la isla, que sobrevivió a la caída de la URSS y a los bloqueos de EE.UU., que durante más de 60 años mantuvo a la población en constante terror, con la policía secreta, omnipresente en toda la vida de los ciudadanos, con el temor de las denuncias de sus vecinos que se convirtieron en sapos delatores.

La miseria y el hambre siempre presentes, que los oprime, que les roba las fuerzas, que les hace depender del régimen para recibir sus raciones de soya y poder llevarse algo a la boca, el miedo que como una sombra no los deja nunca, de ser detenido sin causa alguna, solo por una denuncia anónima, las palizas y vejaciones en la prisión, las condenas de varios años solo por expresar su opinión contraria al régimen, el paredón de fusilamiento manchado con la sangre de miles de cubanos inocentes.  

La falta de esperanza para los jóvenes, cuyo sueño es escapar de la isla, las mujeres que se tienen que prostituir para llevar algo de dinero a su casa y alimentar a sus hijos.

Realmente estos sátrapas infames de los hermanos Castro Ruz, crearon un infierno en Cuba, sin embargo no pudieron matar esa llamita en el alma del cubano, ese anhelo de libertad, que no pudo ser apagado ni por la más agobiante y cruel de las esclavitudes, la fe y la esperanza en una Cuba libre del comunismo, es lo que ha puesto de pie al pueblo cubano.

¡Viva la libertad, carajo!