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Hemodiálisis del IMSS: abusos y maltrato

Pacientes que acuden a tratamiento de hemodiálisis en la Clínica No. 14 del IMSS, denunciaron ante la CNDH que constantemente son víctimas de abuso de poder y los han amenazado con cerrar turnos para atenderlos.

Por Rigo Gutiérrez E.

Doña Alma tiene 86 años, todos los lunes, miércoles y viernes, desde hace dos años, llega puntual a las diez de la noche al área de Hemodiálisis de la Clínica No. 14 del IMSS. Fue diagnosticada con insuficiencia renal crónica. Sus riñones no están filtrando las toxinas, por lo que debe “recibir ayuda” de una máquina. Le conectan a su brazo una serie de mangueras que extraen sangre para pasarla por el “dializador” y regresarla a su organismo limpia. Cerca de las dos de la madrugada, después de terminado este proceso, la desconectan. Y así, con todo y lo complicado que resulta, acompañada de su hijo Raymundo, regresan a su casa en la oscuridad.

Sala de Hemodiálisis de la Clínica 14 del IMSS.

Abuso de poder y falta de atención

En total, el área de hemodiálisis de la Clínica 14 atiende alrededor de 180 enfermos renales, a los cuales los dividen en tres turnos: en la mañana, en la tarde y el turno nocturno, que es al que acude la señora Alma junto con otros veinte pacientes.

Este último turno, según comenta el señor Raymundo, comienza a las nueve de la noche y termina a las ocho de la mañana. Pero hasta hace unos meses ni siquiera existía. Fue debido a que los mismos familiares se organizaron y promovieron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para que el Seguro Social abriera el turno.

Sin embargo, el problema vino después. En los pasillos del hospital comenzó a circular el rumor de que cerrarían el turno. Los mismos familiares, descubrieron que esto se debió a una inconformidad laboral de tres enfermeros.

Según consta en una denuncia que familiares presentaron ante la CNDH, en agosto del año pasado, Azael Núñez, líder sindical de los enfermeros, ordenó que a partir del 1 de septiembre no conectaran a ningún paciente de hemodiálisis y que si había quejas, que las fueran a presentar a la Dirección del Hospital para que sirviera como medida de presión laboral.

Posteriormente tres enfermeras que atendían en hemodiálisis fueron enviadas a otras áreas y dejaron a cargo a un enfermero de nombre Héctor López, el cual los denunciantes señalan que lo mandaron para que este pudiera hacer horas extras en el turno nocturno.

En la denuncia a la cual tuvo acceso Primera Plana, establecen que el referido enfermero les genera “desconfianza” porque, según documentan, tiene historial de lo que llaman “eventos”, que son situaciones con pacientes que se han complicado precisamente por la intervención de esta persona. Incluso apuntan que hay quejas masivas en su contra.

Pero exponen que autoridades de enfermería del Hospital del IMSS, como Sandra Soto y Luis Salas, han minimizado y hasta hecho oídos sordos ante estas situaciones.

Para el señor Raymundo —independientemente de las situaciones laborales— la exigencia al Seguro Social es clara, quieren que se reconozca el turno nocturno de hemodiálisis como un turno más del hospital. “Los pacientes no son personas de segunda clase”.

Todo un viacrucis

Por su parte, la señora Denisse Morales, familiar de enfermo renal, también narra que en el área de Hemodiálisis se han presentado situaciones como la falta de un agua especial que se usa en el procedimiento, generando que por días, no brinden el servicio.

Señala que constantemente se les amenaza con mandarlos a otras clínicas como la 68 en la colonia Nuevo Hermosillo, cuando ellos viven en el sector norte.

Recuerda también que a raíz de una queja ante la CNDH, que lograron que no les haga falta el medicamento a sus familiares. “Uno tiene que irse hasta las últimas instancias, hasta Derechos Humanos para que nos puedan escuchar”, dijo Denisse.

Expuso el caso de una muchacha de nombre Karina Esquivel, discapacitada, con esclerosis múltiple, que va tres veces a la semana a hemodiálisis. El hospital le negaba el servicio de traslado —de hecho se lo tienen negado a todos—. Ella lo tenía que pagar cada vez para ir. Fue a través de CNDH que obligaron al IMSS a que concediera el traslado en la ambulancia.

Denuncia interpuesta ante la CNDH para que garanticen el turno nocturno.

Otro caso que también fue llevado hasta la CNDH es el de la señora Petra Salazar, con insuficiencia renal crónica. Vive en Bahía de Kino y dos veces a la semana viene a la Clínica 14 a tratamiento de hemodiálisis. En la denuncia que presentó el señor Héctor Martínez, esposo de la paciente, relata que ellos acuden al turno de la noche, entran a las diez y salen a la una de la madrugada. Le han solicitado a las autoridades del Seguro que los cambien de turno durante el día, porque cuando sale del tratamiento, deben esperar cinco horas en la central de autobuses de la costa, para agarrar el primer camión que los lleve de regreso a su casa al Poblado Miguel Alemán. “De continuar esta situación tendremos que dejar de inmediato las sesiones de hemodiálisis, por lo que urge su intervención”, apunta en el escrito.

En estos dos años los familiares de los enfermos renales se han tenido que organizar, actualmente ya son alrededor de 70 que se han conformado en un grupo y colectivamente se ayudan entre ellos. “Ha sido un viacrucis de los pacientes y de los familiares”, lamentó Raymundo y agregó con tristeza: “Que tiene que pasar para que los derechohabientes sean escuchados”.