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Isssteson va a la crisis; no alcanzará para pagar pensiones ni jubilaciones

Por René Morera /

Recientemente, el manejo de los recursos del Fondo de Pensiones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora (Isssteson), fue motivo de polémica pública e inquietud para los derechohabientes del Instituto. Según detractores del Ejecutivo, éste tomó para sus gastos alrededor de 2 mil millones de pesos.

El Gobierno estatal, con parsimonia, dilató su respuesta: sólo hubo un retraso en la entrega de sus aportaciones al Isssteson, por mil 100 millones.

Si se tomaron recursos o sólo se retrasó la entrega, el hecho en sí, incluso la cantidad, es lo de menos ante el problema de fondo del Instituto, que es su falta de sustentabilidad financiera, la cual lo llevará tarde o temprano una crisis de dimensiones impredecibles.

Empero, por el desaseo y la sinrazón que se observa en el caso, el monto de los recursos y la cuestionable garantía que se exhibe, cabe hacer previamente algunas precisiones:

a).- Desaseo. Aún si el supuesto desvío o retraso en la entrega no violó alguna norma, se trata de dinero que por elemental disciplina en el ejercicio presupuestal no debió tomarse o entregarse con retraso.
b).- Sinrazón. No se puede aceptar como razón, que la astringencia del erario estatal se haya agravado por la reforma fiscal federal pues, desde mucho antes, proveedores y contratistas del Estado se han estado quejando por la demora para recibir sus pagos.
c).- El monto de los recursos. Equivale al presupuesto anual de las Secretarías de Gobierno, de Economía, de la Contraloría General y del Ejecutivo del Estado en conjunto y es más de cuatro veces el de la Secretaría de Desarrollo Social.
d).- Efectividad de la garantía. Ciertamente hay garantía de que los recursos se cubrirán al haber disponibilidad en el erario o, se comercialicen los inmuebles entregados al Instituto.

Quizá venda fácil las casas de gobierno de San Carlos y Álamos, pero el Estadio Héctor Espino, si acaso como baldío y a un precio reducido por el costo de la demolición. ¿O habrá un Steinbrener o un Slim interesados en utilizarlo?

Ahora bien, sobre el problema de fondo, la sustentabilidad. Resulta que, a pesar de la reforma boursista a la Ley del Isssteson, que elevó al doble las cuotas, de todas maneras el Instituto va hacia la crisis, pues en pocos años el dinero del Fondo de Pensiones no alcanzará para pagar pensiones y jubilaciones de los actuales trabajadores del Estado, de municipios, de organismos y de universidades, aparte del magisterio estatal.

La revista ar., que a nivel regional es quizá la publicación especializada en economía y administración pública de mayor seriedad y contenido oportuno señala, en su edición de noviembre de 2013, que sólo 13 entidades federativas tienen asegurado el pago de pensiones y jubilaciones a largo plazo, esto, gracias a que hicieron reformas a sus sistemas tratando de hacer viables sus finanzas.

Añade que algunas tuvieron éxito, pero otras sólo lograron aplazar los problemas financieros, que empiezan de nuevo a vislumbrarse. Dichas entidades son Baja California Sur, Distrito Federal, Hidalgo, Quintana Roo —con sistemas afiliados al ISSSTE—, Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Sinaloa y Sonora.

Explica, la misma revista, que las últimas nueve entidades lograron hacer sustentables sus sistemas, pues aumentaron los años de cotización, subieron la edad de retiro, elevaron las cotizaciones, fijaron un salario regulador promedio y pusieron límites a las pensiones.

No obstante lo señalado por la publicación, el horizonte del sistema de pensiones del Isssteson se ve reducido por circunstancias como las siguientes:

1) Tarde o temprano, se reducirá la cotización que la reforma boursista impuso a los pensionados, con monto del 17% de la pensión, como quien dice la sexta parte de la misma. Para un trabajador en retiro, esto significa que cada siete años el sistema le paga la pensión con la parte que le descontó en los seis años anteriores.
2) El aumento constante en el total de pensiones, presionado al alza por males que son ya considerados problemas de salud pública, como diabetes, hipertensión, obesidad, etc.
3) La mayor esperanza de vida, que significa mayor duración de las pensiones existentes las cuales, a la muerte del beneficiario, pasan a la viuda o hijos menores, si los hay.
4) La política de todas las administraciones, de anunciar la reducción de la burocracia y del gasto (congelar vacantes, suprimir plazas, bajar sueldos) que si llegan a aplicarla, lo hacen poco tiempo y torpemente o con tibieza, pero aun así en algo frenan el crecimiento del ingreso que al sistema aportan los trabajadores activos.

La reforma boursista logró superaren cierta medida el esquema que tuvieron todos los sistemas de pensiones del país, consistente en pagar éstas con las aportaciones de los trabajadores activos. Pero, sin demeritar sus bondades, el Isssteson es muy caro. Basta comparar sus cuotas con las de otros sistemas como el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Así, parecería conveniente buscar alivio a la carga que representan para los trabajadores y el propio erario las cuotas actuales, pero si con éstas, la sustentabilidad del sistema de pensiones ya está en riesgo, reducirlas implicaría el retorno a los tiempos en que la hacienda estatal cubría año con año los déficits del Isssteson.

El no hacer nada como se acostumbró, quizá por temor, durante las administraciones anteriores a Bours, será encaminar al Instituto a reducir la calidad y oportunidad de sus servicios y prestaciones, lo que, puede verse, ya se está haciendo en la práctica, vía la cada vez mayor limitación de los mismos, como lo muestra la falta de medicamentos en farmacias o el aplazamiento de cirugías.

Sin duda, existen alternativas para fortalecer al Isssteson, pero lo que ha faltado hasta ahora para encontrarlas es sentido común, ya no digamos talento, a los legisladores y funcionarios responsables del sector Salud y del laboral, por no hablar de la voluntad política que se necesitaría para ponerlas en práctica.

Por ejemplo, podrían allegársele ingresos mediante la operación de un fideicomiso que permita aprovechar los inmuebles puestos en garantía, así como destinar instalaciones y recursos para ofrecer servicios con cuotas reducidas a población abierta, además de realizar inversiones financieras o en desarrollos inmobiliarios, pues en la estructura del Instituto está el Fovisssteson, con muchos años de no aprovecharse del todo. ¿Por qué no revisar también la forma en que operan las afores y el fondo de vivienda del Issste?

Comparativo de cuotas entre IMSS, Issste y el Isssteson.

Cotizaciones correspondientes a un trabajador con sueldo de $14,564.68
SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL – ISSSTESON – IMSS – ISSSTE –
Aportaciones del Patrón 1,898.02
Aportaciones del Trabajador 2,018.52 370.43 655.41
Aportaciones del Estado y/o la Dependencia 4,296.58 568.07 1,623.46
Más 5% de Infonavit o Fondo de Vivienda 728.23 728.23
Sumas: 6,315.10 3,564.75 3,007.10

*Fuente: Talón de Cheque girado por Tesorería Municipal de Hermosillo y cálculos determinados conforme a las leyes del Isssteson, del Imss y del Issste.