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La rebelión de los enfermos, un cambio en el paradigma del derecho a la salud

Por Imanol Caneyada/

El derecho a salud en México es una de las tantas tareas pendientes que tiene el gobierno federal y los estatales. Fraccionado en múltiples instituciones, IMSS, ISSSTE y sus versiones estatales descentralizadas, y el Seguro Popular, el servicio público de salud en este país se encuentra en una profunda crisis de calidad en la atención, abasto de medicamentos, infraestructura y cobertura universal, además de ser discriminatorio.

El concepto que tenemos los mexicanos en general de los servicios de salud no es el de un derecho, sino el de un favor, una dádiva que nos otorga el gobierno, por lo que no exigimos ni calidad ni inclusión.

Sonora Ciudadana A.C inició en 2008 una lucha de la mano de ciudadanos agraviados por las instituciones encargadas de otorgar salud a cambio de nuestros impuestos, que poco a poco ha logrado transformar el paradigma cultural, legal y social al respecto, creando conciencia en los usuarios de que lo que tienen es un derecho que no está a expensas de los caprichos del poder.

Encabezada por Guillermo Noriega, Artemiza Michel, Tomás Abarca, Betzabel García y el abogado de la asociación, Odracir Espinoza, esta iniciativa ha conseguido a golpe de amparos y de un arduo trabajo de concientización que el ISSSTESON no discrimine a sus asociados a pesar de padecer enfermedades crónico degenerativas, como era el caso hasta hace poco; que el cónyuge de un matrimonio gay, legalmente constituido en el Distrito Federal, obtuviera los beneficios médicos de su pareja, como cualquier matrimonio heterosexual; que el Seguro Popular incluyera en su catálogo universal de enfermedades el tratamiento a la esclerosis múltiple en beneficio de la joven Gicela; que en Nuevo León se reformara la ley del ISSSTELEÓN, que en Sinaloa se reduzcan los tiempos de atención en las clínicas del IMSS.

La Rebelión de los Enfermos no tiene antecedentes ni en México ni en Latinoamérica; es una iniciativa ciudadana totalmente sonorenses que ha logrado mediante un trabajo legal, político, social y mediático, sin marchas ni manifestaciones, un paulatino cambio de paradigma en los servicios de salud, bajo la premisa de que se trata de un derecho que no puede ser negado por reglamentos internos arbitrarios e inconstitucionales o el tan repetido argumento de las instituciones: la falta de presupuesto.

Este último aspecto ha sido clave: la exigencia de transparentar los recursos destinados a la salud para así demostrar que la negativa a otorgar los servicios o la falta de calidad en los mismos tiene que ver con una mala administración de los dineros o la corrupción rampante.

Los integrantes de Sonora Ciudadana no imaginaban hace siete años, cuando aceptaron impulsar el primer caso, el del profesor universitario Abel Montenegro, que se iba a convertir en un movimiento social, legal y político que traspasaría las fronteras de Sonora.

El maestro Montenegro llegó con ellos para exponerles su caso: a pesar de que le descontaban cada quincena el servicio del ISSSTESON, la institución le negaba la atención con el argumento de que cuando se incorporó al régimen de salud, era hipertenso.

Esto se derivaba de un reglamento interno aprobado en 1997 en el que se instruía a la institución para que no diera servicio médico a aquéllos contratados que presentaban enfermedades crónico degenerativas.

La lógica de Sonora Ciudadana en este caso fue que ningún reglamento está por encima de la Constitución, por lo que el ISSSTESON estaba violando una garantía individual. Después de un arduo camino, la I Sala del Supremo Tribunal de Justicia de la Nación les dio la razón y Abel Montenegro tuvo que ser atendido por la institución.

Entonces, la ONG decidió convocar a todos aquellos ciudadanos que estuvieran en una situación parecida y la respuesta fue extraordinaria. Comenzaron a impulsar múltiples casos y a ganarlos en los tribunales.

En 2011, con la reforma constitucional en la que las garantías individuales se convertían en derechos humanos y, de esta forma, el Estado mexicano se obligaba a respetar todos los acuerdos internacionales que garantizan los derechos humanos de los ciudadanos, se les allanó el camino.

Lo anterior, aunado a los precedentes judiciales creados desde 2008, hizo que los tribunales colegiados y los jueces de distrito otorgaran los amparos a los enfermos rebeldes de manera más expedita.

El último triunfo de Sonora Ciudadana fue el mes pasado, con el amparo en contra del Seguro Popular, con el que un juez federal le ordenaba al Gobierno de Sonora darle el tratamiento a una joven, Gicela, que padece de esclerosis múltiple.

Esta enfermedad no estaba en el catálogo universal de enfermedades que maneja el Seguro Popular, una práctica inconstitucional como ya quedó demostrado.

La Rebelión de los Enfermos tiene dos grandes retos por delante: que las instituciones de salud no dilaten al extremo de lo absurdo las órdenes de los jueces federales cuando conceden el amparo y abrirse a otros estados de la República que sufren las mismas violaciones al derecho a la salud.

De momento, al menos en Sonora, en Nuevo León y en Sinaloa, los enfermos pueden acudir a esta asociación y emprender una lucha contra la ineficiencia, la falta de calidad y la discriminación de la que hacen gala las instituciones públicas de salud.

Si es su caso, entre a la página www.rebeliondelosenfermos.org y www.sonoraciudadana.org.mx, en donde encontrará la información necesaria para reclamar un derecho inalienable.