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Los héroes del coronavirus, entre vocación y necesidad

Carmen Cecilia Amparano es guardia de seguridad en un supermercado.

Por Antonio López Moreno

En Sonora no todos los héroes llevan capa, algunos llevan un cubre bocas, guantes aislantes y portan gel anti-bacterial.

Con todo y las medidas de prevención ante la contingencia para frenar el índice de propagación del virus COVID-19, en Sonora existen personas para quienes quedarse en casa, simplemente no es una opción.

Desde la persona que despacha en la gasolinera, quien atiende en la farmacia, quien se dedica a lavar ropa ajena o quien vende desayunos, son muchas quienes arriesgan la vida propia para poder llevar un sustento a su hogar y amenizar un poco la situación que ha desatado la pandemia.

Carmen Cecilia Amparano Chávez, trabaja como guardia de seguridad en súper mercado de Hermosillo, de ella depende la seguridad de los clientes, empleados y de la tienda completa, sin embargo esa no es su mayor preocupación.

Carmen tiene cuatro hijas, una de ellas con síndrome de down, quienes tienen en ella su único pilar y sustento.

A Carmen le resulta prácticamente imposible ausentarse a sus labores y resguardarse en su casa junto a sus hijas, pues existen prioridades relacionadas a la economía.

“Tengo una niña con down y tengo cuatro niñas, entonces tengo que salir a trabajar a fuerzas. No tengo dinero extra, ni despensa extra”.

En la tienda donde labora, dice, la clientela no ha dejado de acudir, lo que la vuelve propensa a un posible contagio por la gran cantidad de personas con las que tiene contacto a diario.

Dicha situación le preocupa y le ocupa, pues al llegar a casa, abrazar a sus hijas ya no es una tarea tan sencilla.

“Claro que me da miedo llegar a mi casa y que la niña me quiera dar un beso”.

“Llego, me quito los zapatos, me quito la ropa que traigo encima, el abrigo antes de entrar a la casa. Llego y me lavo las manos, me lavo la cara y ya puedo darles un beso a mis niñas”.

Pistola en mano…

Dicho caso es parecido al de Karina Vela, quien despacha en una gasolinera y quien también es el único sustento de sus hijos.

Karen es madre soltera y trabaja con horarios rotativos, sin embargo, de decidir aislarse por completo y quedarse a salvo en su hogar con su familia, implicaría dejar de percibir el único ingreso en su casa.

“Soy madre soltera y llevo los gastos de mi casa, pago renta, tengo tres hijos”.

También a raíz de la llegada del virus epidemiológico a Sonora, Karen ha observado una baja en las ventas y además un comportamiento inusual en muchos ciudadanos de Hermosillo.

“He visto que han bajado las ventas debido a lo mismo, igual las personas con sus cubre-bocas, guantes… un poco paranoicos algunos”.

Comercios ven bajas

Viridiana García tiene un servicio de tintorería.

Otro ejemplo es Viridiana García, quien es propietaria de una tienda de planchado con servicios de tintorería en la capital de Sonora y a quien lo que más preocupa, es la situación económica de sus dos empleados.

La modalidad de pago en el mencionado sector, es por prenda planchada, lo que ha complicado la situación en su negocio a raíz de los dos casos positivos confirmados en Sonora, pues ha resultado difícil reunir el pago de sus trabajadores.

“Las personas que planchan viven del diario, si yo cierro, ellos se quedan sin dinero para su gastos en sus casas y sus familias. Ganan por lo que hacen”.

Viridiana aclara que desde que fueron anunciadas las medidas preventivas ante la contingencia, sus ventas han sido reducidas en al menos un 70%, misma situación que han demandado gremios de comerciantes en pequeño y cámaras empresariales.

Farmacias son indispensables en esta contingencia

Jorge Iván Morales, es dependiente en una farmacia.

Sin embargo hay un sector del cual es imposible cesar actividades: el farmacéutico.

Jorge Iván Morales, atiende en una farmacia genérica justo a un costado de una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en la capital sonorense, su labor se torna necesaria, pues lo adjudica a una necesidad de la ciudadanía el adquirir medicamentos en época de pandemia.

“Nosotros tenemos que venir a trabajar, porque es una farmacia, si no, ¿quién va atender?, siempre habrá enfermos, siempre vamos a tener que estar atendiendo y siempre habrá alguien a quien tendremos que brindarle el servicio al final de cuentas”.

José Antonio Muro, tiene una carreta de tacos.

De igual manera, José Antonio Muro, quien posee una carreta de tacos de cabeza, barbacoa y chicharrón, dibuja un panorama complicado ante la histórica contingencia, pues prescindir de sus actividades no será una tarea sencilla si la pandemia se agrava.

“Dejar de trabajar tanto tiempo es prácticamente imposible, porque vivimos del diario, de la venta diaria y es como manejamos el negocio”.

Hasta el momento, la Secretaría de Salud Pública (SSP) ha confirmado 8 casos positivos a COVID-19, con lo que la entidad aún se mantiene en la etapa 1 de la pandemia como el resto del país.