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‘Mini casinos’ a la vuelta de la esquina

Por Gerardo Moreno/

En Hermosillo cada vez es más común ver changarros con ‘tragamonedas’, fomentando la ludopatía

A pesar de que ya se sabe que las máquinas conocidas como “tragamonedas” son ilegales y no deben estar instaladas en ningún local de la ciudad en Hermosillo, aun continúan apareciendo como si se hubieran atomizado, principalmente se pueden ver en abarrotes de colonias populares, incluso algunos a metros de planteles escolares.

La autoridad encargada de regular la colocación de estos aparatos queda rebasada pues hay establecimientos que llegan a contar hasta con cinco máquinas de este tipo con total impunidad y sin regulación, convirtiendo las afueras de su local en ‘mini casinos’, una situación cada vez más común, donde las personas llegan a perder su tiempo y dinero, siendo sólo muy pocos los que logran “ganarle al sistema”.

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En colonias de la ciudad, ‘tienditas de la esquina’ albergan este tipo de máquinas ilegales, “enganchando” por igual a niños y adultos.

Por el bulevar Luis Encinas a una cuadra al poniente de la Central camionera hay un establecimiento que vende helados y aguas frescas, ahí cuentan con dos tragamonedas. Siempre sobre la banqueta y a la vista de todo el público. Más adelante, hacia el oriente a la altura de la calle Royal, y exactamente a dos cuadras de la escuela “Vicente Guerrero”, en el mismo lugar hay cinco tragamonedas y un juego de pinball. Niños, jóvenes, señoras, señores y adultos mayores van a pasar horas, dejando caer por la ranura de la máquina, una tras otra moneda.

Hermosillenses enganchados al azar

Primera Plana realizó un recorrido por el lugar. Llegamos a las seis de la tarde, lo primero que apreciamos es que las seis máquinas se encontraban encendidas, invitando a utilizarlas; una joven probaba suerte en tres aparatos al mismo tiempo, a veces ganaba pero la mayoría de las veces perdía. Al final se fue enojada diciendo que “la máquina no estaba dando nada”.

Un señor ya mayor entró a la tienda y salió con una bolsita con alrededor de 50 pesos de puras monedas de uno. Abrió el paquete y empezó a jugar en una de las máquinas que la joven había dejado; ganó y perdió por lo menos durante 20 minutos. Trató de explicar el sistema: “Le hechas el peso y le aplastas jugar, las figuras ―son frutas o herramientas― están pasando y te tienen que caer varias juntas para ganar”.

Sin apartar la vista del tablero de juego, el anciano continuaba explicando: “Luego tiene la opción de doblar la apuesta o multiplicarla y es donde a veces llegas a ganar hasta 300 pesos, algo que ya me pasó una vez”.

Siguió jugando por un tiempo más, hasta que decidió retirarse también un poco decepcionado con lo que logró recuperar. Al punto un joven llegó y se puso a jugar al pinball mientras otro lo veía, duró ahí varios minutos, entraba y salía de la tienda con más feria para echarle.

Otro joven llegó al lugar y salió con su bolsita llena de pesos y la echó toda en una máquina y se puso a jugar. Llegó a tener hasta 180 pesos de crédito en el aparato, pero seguía jugando. Bajando y subiendo las ganancias. Ahí estuvo hasta las siete de la tarde.

Una persona más se acercó al changarro, todavía portaba uniforme del trabajo, entró al establecimiento y salió igual con su bolsita de ‘feria’ para disponerse a probar suerte. Los que estaban en la máquina de pinball fueron a ver cómo jugaba; ya casi eran las ocho de la noche y seguían apostando. La señora que atiende el local comentó que ellos ganan un porcentaje ―sin especificar cuánto― por las máquinas y explicó que sí llega mucha gente a jugar y hay unos que obtienen hasta 500 pesos.

Ilegalidad a la vista de todos

El año pasado Primera Plana denunció cómo el Mercado Municipal se estaba llenando de este tipo de máquinas que “enganchaba” a los visitantes de este tradicional centro comercial, principalmente a personas de la tercera edad. Como consecuencia, el dos de octubre de ese año la Secretaría de Gobernación y el Servicio de Administración Tributaria llevaron a cabo un operativo para decomisar alrededor de 40 tragamonedas del lugar y clausurar los negocios que las tenían.

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El año pasado “Primera Plana” denunció que locatarios del Mercado Municipal operaban este tipo de aparatos, promoviendo la ludopatía entre los visitantes al centro comercial.

Este tipo de máquinas están prohibidas completamente por Ley Federal de Juegos y Sorteos, que señala en su Reglamento: “no serán objeto de autorización las máquinas tragamonedas en cualquiera de sus modalidades”. Y para dejar más clara su ilegalidad, la semana pasada el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, reformó mediante decreto estas normas en su artículo 12, para recalcar que las máquinas tragamonedas “son ilegales en todas sus modalidades”.

Ahora el reglamento señala que «se entiende por máquina tragamonedas todo dispositivo, a través del cual el usuario, sujeto a la destreza, realiza una apuesta, mediante la inserción de dinero, ficha, dispositivo electrónico o cualquier objeto de pago, con la finalidad de obtener un premio no determinado de antemano».

En cambio, el Ejecutivo, para legalizar las máquinas que se encuentran dentro de los casinos, agregó un capítulo a la sección de sorteos del Reglamento, señalando que se permiten los “sorteos de números o símbolos por medio de máquinas”, cumpliendo con los requisitos de ser permisionario de Gobernación, acreditar la fabricación en México o legal importación de las máquinas, y presentar la relación del número de éstas por casino.

El problema sigue siendo que no hay una autoridad encargada de hacer cumplir este reglamento y las tragamonedas se siguen colocando por todos los abarrotes de la ciudad y cientos de personas continúan visitando la tienda de la esquina a perder la feria que les queda.

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