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Monumento de injusticia: Grupo México construye presa de jales en Bacanuchi

Grupo México continúa construyendo su nueva “presa de jales”; La agrupación PODER denuncia que mientras el caso está enredado en los tribunales, la obra sigue en pie

Por Gerardo Moreno

Todavía no se cumplen ni cinco años de lo que fue conocido como el peor desastre ecológico del estado y del país, y ya se volvió a construir una amenaza aun más grande sobre la comunidad de Bacanuchi y todo el Río Sonora.

Se trata de una “Presa de Jales” de la Mina Buena Vista del Cobre, de Grupo México, que es ente tres o cuatro veces más grande de la que se derramó en agosto del 2014 y está mucho más cerca de la población, a solo 27 kilómetros de Bacanuchi. Algo que está generando miedo e incertidumbre a la población.

Una pedrada a los ciudadanos

La noticia de la construcción de una nueva presa de jales en Bacanuchi los impactó como “pedrada de indio zurdo”, comenta uno de los pobladores del Ejido. La nueva infraestructura se comenzó a construir desde 2016 y ya recibe los deshechos tóxicos de la mina Buenavista del Cobre. Nadie en los pueblos fue consultado previamente como dictan las leyes de medio ambiente.

“Primera Plana” platicó con uno de los residentes del Ejido Bacanuchi, quien por temor a represalias se reservó su nombre. Y aunque tiene toda su vida viviendo aquí, nunca imaginó ver tan afectado la zona tras el derrame de lixiviados de cobre de 2014.

Menciona que ahora es común ver que se les mueren animales sin razón aparente, la tierra ya no les da, incluso en las viviendas tienen que andar “lidiando” con garrafones de agua purificada que traen desde Cananea. Nada de esto tenían que hacer, pero ahora están obligados por salud de hijos y nietos.

“Estamos peor que antes”, lamenta. La nueva presa de jales, otra vez amenaza su seguridad.

Recuerda que fueron 42 personas las que tuvieron que inconformarse ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación porque la SEMARNAT autorizó a Grupo México la construcción del Proyecto sin consultar a los pobladores.

Una vez con el resolutivo a favor, esperan que probablemente este 5 de julio haya una reunión con autoridades de la SEMARNAT. Sin embargo no espera mucho de estos protocolos burocráticos.

“Mira, desde hace rato construyeron la presa, cambiaron los caminos de accesos, y ya están operando. No creo que la vayan a parar, aunque nadie en el pueblo la quiera ¿qué podemos hacer?”, cuestiona un tanto decepcionado.

Al amparo de las autoridades

Luis Miguel Cano, abogado de la organización Poder (Proyecto sobre la Organización, Desarrollo, Educación e Investigación) y representante legal de los Organismos de Cuencas del Río Sonora lamentó que sistemáticamente y de manera recurrente se estén violentando los derechos de los habitantes de esta región.

“El derrame está ahí, cinco años han transcurrido casi y la gente no ha recuperado ni su tranquilidad ni su forma de vida. A la gente del río le cambio completamente la vida y la empresa no cambió absolutamente nada, siguió con sus planes de expansión”.

Y ahora con esta nueva presa de jales es un monumento a la disparidad de la justicia, ya que por un lado a la gente se le cambió la vida y les truncaron su desarrollo personal y familiar, mientras la empresa sigue ganando de explotar el suelo sonorense y sigue creciendo.

Desde el 2017 comenzó la operación de esta nueva presa de jales con el permiso y el Manifiesto de Impacto Ambiental que dio la Semarnat sin otorgar el derecho de consulta de los ciudadanos.

Por eso, un grupo de 42 personas de Bacanuci presentaron un amparo que tuvo que llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que resolvieran a favor de los afectados y no de la empresa.

“Este caso es emblemático porque la segunda sala de la Corte decide, por vez primera, reconocer el derecho de participación en asuntos medio ambientales para comunidades que no se identifican como indígenas”.

Limitan y obstaculizan la justicia

El problema, señala, es que la sentencia es limitada. Ya que por un lado reconoce que es un derecho de los ciudadanos ser consultados para dar los permisos pero por el otro no invalida la autorización de la obra.

“Está muy bien que se diga que se tienen que tomar en cuenta a la gente, pero la corte no invalida la autorización y solamente ordena que se lleve a cabo una reunión informativa con la comunidad de Bacanuchi”.

Lo más grave, es que el responsable de velar porque se cumpla la sentencia es el Juzgado Noveno de Distrito con sede en Agua Prieta, Sonora, el cual fue quien recibió en primera instancia la denuncia y la rechazó y ahora sigue con un criterio en contra de la población.

Primero, aseguró la Jueza, que la reunión informativa no para toda la comunidad de Bacanuchi sino solo a las 42 personas que firmaron la demanda.

“Eso lo tenemos cuestionado con recursos que deberá resolver el tribunal colegiado de Hermosillo. Pero está mal porque es una disminución del ámbito de protección de la sentencia de la Suprema Corte y además, por decirlo, de cierta manera es un desacato de este tribunal”.

Luego la Juez dijo que la reunión será en un solo día y en ese momento los quejosos deben presentar dudas y propuestas, algo que limita a los ciudadanos a asesorarse con expertos en temas ambientales, mineros y de protección civil.

Y la tercera preocupación es que la Semanat dice que solo va a ir a informar de la autorización que dio a Grupo México, no de la construcción y funcionamiento de la Presa de Jales en sí.

“La verdad es que pensábamos que este asunto iba a ser emblemático, que se quería poner el ejemplo en las buenas prácticas para llevar a cabo estas reuniones… como se ven las cosas parece que no se hará así”.

La reunión se quería llevar a cabo el martes 14 de mayo, pero se logró frenarla para que inviten con tiempo a los ciudadanos y se reprogramó para el próximo viernes 5 de julio.

Posibles escenarios

En el peor escenario posible para el cinco de julio es que el solo permitan una reunión informativa con 42 personas y se les bloquee toda la ayuda. Algo que sería una simulación para cumplir la sentencia y los ciudadanos no lo aceptarán.

Sin embargo, en este escenario también se corre el riesgo que la autoridad diga que intentó cumplir y no se pudo y el tema quede ahí.

“Con esto la autoridad puede decir yo intente cumplir y no quisieron, y con eso la autoridad diga no quisieron y se dé por cumplida la sentencia. Pero ahí tendríamos otro recurso que se llama inconformidad y ese si lo llevaría un tribunal distinto”.

El escenario ideal es que Semarnat consciente de sus deberes intenta cumplir con los máximos estándares internacionales, toma en cuenta a la comunidad, se informa de la obra y la reunión es vinculante.

Pero aun así hay un riesgo, pues la autoridad puede decir que ya cumplió la sentencia de la Suprema Corte, que ya informó a Bacancuhi y al final no se tome en cuenta la opinión y temor de los ciudadanos.

En ese sentido, comentó que hay intentos de acercamiento con personal de la Semarnat para solicitarle que cumplan los estándares internacionales y de protección a los derechos de los ciudadanos durante la reunión, pero aun no hay respuesta positiva.

Señaló que esperan que con el cambio de Gobierno Federal y el cambio en el titular de esta dependencia haya también un cambio en la política donde se deje de proteger a las empresas mineras y se ayude a los ciudadanos y a la ecología.

“La comunidad está ahí, son muchos años de la afectación, la presa está ahí. Cómo no se invalido la construcción, la gente tiene toda la razón para decir con dudas para qué nos vamos a reunir”.

Mientras tanto ésta amenaza sigue en el aire, la obra está frente a sus ojos, generando un verdadero temor por la salud y el futuro de los habitantes de Bacanuchi y sus hijos, y ellos están pidiendo a gritos una ayuda que se les ha negado por casi cinco años.

“Este no es un caso individual, es un problema de toda la gente de Bacanuchi primero, es un problema de todo Sonora y es un problema de toda la gente del país. Porque si no volteamos, si no nos solidarizamos y estamos ahí hombro con hombro haciendo presencia, simplemente el mensaje es que se le puede hacer a cualquiera, hoy fue Bacanuchi y mañana será a cualquier otro lado”.