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Niños sin miedo a las matemáticas

Krupshupsky Ibarra, creador de “Círculos Mágicos Matemáticos”, un novedoso método para que los niños aprendan las tablas de multiplicar.

El sonorense inventó los Círculos Mágicos Matemáticos, un innovador método de enseñanza para niños de las temidas tablas de multiplicar basado en mnemotecnia

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Era verano del 2010, Krupshupsky trabajaba en la computadora de su casa cuando, su esposa se acercó y le platicó que su hija no terminaba de aprenderse las “tablas de multiplicar” —algo muy común en niños de primaria—. Aprovechando el periodo vacacional, le pidió le enseñara. Pasaban los días… y no le enseñaba. En el fondo el Licenciado en Informática se resistía a usar el anquilosado método cantadito de 2×1=2, 2×2=4… Se preguntaba una y mil veces ¿qué no habrá otra forma? Viendo que ya se aproximaba el regreso a clases, una noche se le vino a la mente una imagen: un círculo. Un círculo donde se acomodaba combinaciones de números, con las cuatro operaciones matemáticas básicas: suma, resta, división y multiplicación. Apenas era el comienzo.

Krupshupsky Ibarra no estudió pedagogía ni ninguna especialidad similar, la facilidad de explicar se le da por genes, su papá, el profesor Bassell Ibarra Villegas, fue un maestro muy querido en su natal Navojoa. Su inquietud por diseñar un modelo de enseñanza de las matemáticas lo fue llevando tan lejos que a casi diez años de estudios y pruebas, ha logrado dar con un invento que, además de educar, es divertido.

Más que “machetear”

Platica que está basado en la mnemotecnia, una técnica de memorización efectiva, que no es otra cosa que utilizar la forma natural del cerebro, que aprende, memoriza, graba cosas.

Explica que las personas tenemos lo que denomina memoria episódica, memoriza a través de imágenes, las cuales también tienen emociones, lo cual hace que el entramado de la memorización se haga más fuerte, teniendo muchos puntos de inicio, para la recuperación de la reconstrucción de los recuerdos.

Pero en el caso de los números no es así, dice Ibarra. “Tenemos diez dígitos o diez grafías que señalan números y con la combinación de ellos, tenemos infinita cantidad de cifras o cantidades que se puedan memorizar. Cuando tú le pides a un niño memorizar unas tablas de multiplicar, les estás pidiendo que memorice cien combinaciones de diez dígitos, la mente se confunde, no haya exactamente cómo acomodar ni nada, es tan abstracto que ni siquiera le estamos entregando al niño una estructura mental para que pueda colocar todo eso”.

Con esta idea en mente, decidió meterse a fondo elaborando la metodología y diseñando los dibujos. Pero antes, tuvo que hacer unas precisiones para enfocar mejor su método.

De entrada, revela que optó por eliminar la “tabla” del uno y del diez, además quitar las multiplicaciones que se reflejan, es decir 4×6, es lo mismo que 6×4. Así solo le quedaron 36 operaciones.

“Son 36 círculos matemáticos y a cada uno yo le doy una figura para que fuera única dentro de la colección, algo inconfundible, para que ya no se prestara a la confusión de los niños, por ejemplo sabremos que el 4×6 o 6×4 es el lobo”.

Sostiene que asociar una imagen con una operación es para crear precisamente esas áreas de recordación y memorización, así en el cerebro se colocan los elementos donde van y el niño tiene la seguridad y la certeza de que está resolviendo de manera correcta, porque lo está viendo, ya no hay manera que se pueda confundir.

Invento bajo licencia

Fue en 2013 cuando comenzó a investigar todo lo referente a derechos de autor, porque por más que buscaba no encontraba nada similar que se hubiera desarrollado. Al siguiente año se registró en el Consejo Nacional de Fomento Educativo y decidió imprimir un primer juego.

“Hice una lotería del juego y en un principio en la lotería convencional están acomodas cuatro números por cuatro números, así lo había hecho originalmente y aleatoriamente, así estarán aprendiendo mientras se divierten. Se me ocurrieron estos cartoncillos —dice mientras señala la carta—, además de las figuras para la memorización los acompaño con historias, lo que hace que estimule la atención”.

Por cada tarjeta o círculo, el niño puede leer ocho operaciones, el objetivo claro es ayudar a desarrollar la mente y su potencial.

Los primeros resultados

En 2015 comenzó con pláticas en la Secretaría de Educación y Cultura, les explicó y les gustó, sólo que les parecía todavía muy sofisticado. No se le vendió ninguno. Un año después se acercó con la Fundación Cano Vélez y les interesó el proyecto, para el 2017 le compraron 2 mil juegos, de inmediato ubicaron seis escuelas de Hermosillo para donarles las loterías. Capacitó a maestros y durante horas del recreo se ponían a jugar. De pronto, en una escuela sucedió lo que tanto esperaba:

“En la escuela de Villa Bonita fui con la directora y me dice “mira” y me muestra el resultado de exámenes de matemáticas el antes y después. Antes: 14 niños habían reprobado y ninguno con diez. Después: me muestra el examen diagnostico donde ninguno había reprobado”.

En esa primaria, los niños habían estado jugando a Círculos Mágicos dos sesiones a la semana de media hora, durante cinco semanas. Platica que los estudiantes pedían el juego, “ellos estaban jugando entusiasmados y no se daban cuenta que estaban aprendiendo, la maestra estaba fascinada”.

Para ese entonces, menciona, ya había completado la caja de juegos, además de la lotería, le agregó el famoso juego de memoria, y también unos penachos que llamó “Cabezón”, en los que tienes que adivinar la operación.

“Los niños juegan aprendiendo, aquí no hay frustración por no saberse la operación porque es un juego”.

Los círculos abarcan más

En 2018 la SEC aceptó que se aplicaran los Círculos Mágicos como una prueba piloto en una primara que está al final del Camino del Seri. Era una intervención en tres grupos, de tres grados. Inició en febrero y después le pidieron que siguiera un mes más. Al final, relata, hasta en los mismos maestros se ponían a jugar.

Fue la misma autoridad de educación que le pidió a Krupshupsky que tradujera el juego a lengua extranjera, porque también contenía historias. Además ya le han solicitado que se traduzca a lengua indígena.

Actualmente los círculos han estado presente en 250 escuelas de Sonora. Han jugado 35 mil estudiantes. Ha capacitado a 1,300 maestros. Y en próximos meses podría llegar a Jalisco.

Junto con el kit de juego, a los docentes se les entrega un libro explicativo con Plan de Trabajo, el cual contiene 20 dinámicas para las sesiones (con un objetivo por clase y desarrollo).

Método revolucionario

Más allá de ver las matemáticas cómo parte un aprendizaje mecanizado, Krupshupsky, anota que lo que está haciendo es un ensamblaje en la mente, una estructura poderosa para que puedan utilizarla al momento de querer razonar operaciones más elevadas.

Con este juego asegura, se da una combinación de elementos que desarrollan diversas habilidades del niño, desde las matemáticas, lenguaje, escritura, cognitiva, motrices, y habilidades sociales.

Como nunca, en los últimos diez años, a Ibarra las matemáticas le inquietan, le apasionan, son un reto que constantemente le despierta la creatividad. Ha encontrado y aplicado un método pedagógico desenfadado para revolucionar la enseñanza tradicional de las temidas tablas de multiplicar.

Para ver más de este modelo puede consultar la página web https://circulosmagicos.com/ y para adquirir el producto para jugarlo está disponible en Mercado Libre por 225 pesos (contiene: 9 cartoncillos de juego, 2 barajas con 36 cartas cada una, 9 penachos, 1 reloj de arena, 1 instructivo).