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Pancho Villa, el revolucionario de la cinematografía nacional

A José Doroteo Arango Arámbula se le recuerda mejor como Pancho Villa, y se le recuerda sobre todo por su labor durante la Revolución Mexicana, pero nunca como una estrella de cine. Sin embargo, el Centauro del Norte, ha sido uno de los personajes mexicanos que han fascinado a más cineastas, tanto mexicanos como extranjeros.

Hasta el momento se conocen 47 películas que giran en torno a la vida del revolucionario desde que William Chrisry Cabanne, realizó el filme mudo The life of General Villa en 1914 para la Mutual Pictures de Hollywood en la que el cineasta le da seguimiento a las batallas reales de Pancho Villa durante la Revolución Mexicana.

La cinta de corte documental, que fue producida por David Wark Griffith (quien figura como uno de los primeros cineastas de ficción), atrapó al caudillo a tal grado de convertirlo en una rutina que llevó a cabo hasta 1923, de los cuales la mayoría se encuentran perdidos y sólo se conocen algunas fotografías o fragmentos.

De la mano con la iniciativa de Pancho Villa, algunos personajes se dedicaron a documentar acontecimientos históricos que quedaron guardados en los que a mayoría de ellos en torno a las hazañas del Centauro del Norte.

Interés americano. En 1917 se lleva a cabo la primera personificación de Pancho Villa en un filme. El actor estadunidense Wallas Beery fue el encargado de interpretarlo en algunos capítulos en la cinta independiente Patria (1917) que codirigieron Jacques Jaccard y Leopold Wharton y que fue manejada como una serie de 15 episodios basada en la novela The Last of the Fighting Channings de Louis Joseph Vance acerca de la victoria norteamericana sobre la alianza de las fuerzas invasoras japonesas con los revolucionarios mexicanos de la frontera.

Hacia fines de los veinte, la zona fronteriza entre México y los Estados Unidos fue escenario de la realización de cuando menos dos películas referidas a Francisco Villa, de carácter mítico y legendario del líder de la famosa División del Norte: El Robin Hood Mexicano, producida y dirigida en 1928 por Antonio Fernández y La venganza de Pancho Villa (1930). Se sabe que la primera de ellas se exhibió en el Teatro Film Art de Hollywood mientras que la segunda recorrió muchos pueblos situados a los dos lados del río Bravo.

Años más tarde Hollywood produciría uno de los filmes de ficción con más éxito sobre el caudillo. ¡Viva Villa! (1934), basado en el libro homónimo, bajo la dirección de Jack Conway, llegó a los niveles más altos de la cinematografía en la que, una vez más, Wallace Beery (quien ganó el Oscar a Mejor Actor en 1932 por su papel en The Champ) dio vida al caudillo en su obra biográfica. La cinta fue nominada por la Academia a Mejor Película.

Producciones nacionales. Con la llegada del cine sonoro a México y en respuesta al interés estadunidense, en el país surgieron una gran cantidad de proyectos que tenían como tema principal la Revolución Mexicana, pero que al mismo tiempo estuvieron influidas por los westerns de Hollywood.

Fue el 17 de diciembre de 1933 que, en base a un relato que el zacatecano Mauricio Magdaleno había publicado en 1927 en el diario El Sol, se vio por primera vez la cinta El compadre Mendoza, bajo la dirección de Fernando de Fuentes que marcó una pauta en el cine nacional para que la industria fílmica se nutriera del tema revolucionario.

Tras el fallido filme de Prisionero 13 un año antes, El compadre Mendoza marcó el camino para que De Fuentes rodara una cinta memorable sobre el Centauro del Norte: ¡Vámonos con Pancho Villa!, en la que fue personificado por el actor Domingo Soler.

A esas se unieron otros filmes en los que apareció o se inspiraron en las hazañas del caudillo como: El tesoro de Pancho Villa (Arcady Boytler, 1935); La justicia de Pancho Villa (El gaucho Múgica), de Guz Águila y Guillermo “Indio” Calles (1938), insulsa comedia inspirada en un hecho real ocurrido en torno a la figura del Centauro del Norte, o Con los Dorados de Villa (Raúl de Anda, 1938), cinta que exaltaba el supuesto machismo de los integrantes de la División del Norte.

Entre 1956 y 1959 irrumpieron varios filmes de tema revolucionario, buena parte de los cuales se dedicaran a confirmar el mito de Pancho Villa (Así era Pancho Villa, Pancho Villa y la Valentina y Cuando ¡Viva Villa! es la muerte, trilogía de 1960 dirigida por Ismael Rodríguez con Pedro Armendáriz a la cabeza del reparto; El Centauro del norte, El correo del norte y La máscara de la muerte).

Últimos años. Durante las décadas de los 60 y 70 las cintas alrededor de la revolución disminuyeron su productividad, sin embargo, aún aparecieron algunos filmes destacados. En México sólo destaca la personificación de Antonio Aguilar en la cinta La muerte de Pancho Villa (1973), que repetiría la fórmula en 1993 con su participación en el filme La sangre de un valiente.

Pedro Armendáriz Jr. siguió los pasos de su padre y en 1989 se vistió del personaje de Pancho Villa en la cinta Gringo viejo.

En el nuevo milenio en la pantalla chica una de las producciones cinematográficas más caras de la historia: And Starring Pancho Villa as Himself (2003). La película cuenta sobre la filmación de la película perdida de 1914, The Life of General Villa, ya mencionada. En este filme es Antonio Banderas el encargado de meterse en la piel del personaje, retratando los problemas de ponerse a sí mismo ante una cámara, las peleas de los estudios, y toda clase de inconvenientes que surgieron durante la filmación.

Los últimos dos filmes publicados fueron Chicogrande (2010), bajo la dirección de Felipe Cazals, protagonizado por Damián Alcázar como Chicogrande y Villa por Alejandro Calva y Apasionado Pancho Villa, que se estrenó en el presente año dirigida por Lourdes Deschamps y Juan Andrés Bueno, basada en la novela Itinerario de Una Pasión. Los Amores de Mi General Villa, de Rosa Huella Villa, nieta del Centauro del Norte.

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