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Pánico a estar gordo; ‘Gordofobia’

Los estados de nerviosismo, ansiedad, decaimiento y tristeza suelen ocasionar que nuestro organismo requiera ciertos alimentos que nos permitan sensaciones placenteras

Los estados de nerviosismo, ansiedad, decaimiento y tristeza suelen ocasionar que nuestro organismo requiera ciertos alimentos que nos permitan sensaciones placenteras

 

El miedo y el pánico absurdos  a estar gordos y la necesidad de buscar la delgadez por medio de conductas perjudiciales para la salud: auto provocación del vómito, abuso de laxantes o diuréticos, tirar la comida a escondidas, evitar comer o mantener actividades de desgaste hasta extremos más allá de lo razonable, definen trastornos de la conducta alimentaria, un grave y preocupante problema de salud que va en aumento cada día como una consecuencia de tratar de imitar a ciertas artistas o mantener una  imagen que no corresponde a su tipología, estatura o complexión.

De acuerdo a Psiquiatras reconocidos afirman que los trastornos de la conducta alimentaria son patologías muy graves que tienen  consecuencias muy importantes para la  salud, que van desde diferentes enfermedades somáticas, merma de la calidad de vida, hasta la muerte por suicidio o por enfermedades concomitantes”. Son “patologías muy difíciles y muy duras a tratar y tardan mucho para llegar a los médicos psiquiatras, con lo que las consecuencias derivadas de dichos trastornos pueden estar muy avanzadas en el momento en que visiten al especialista.

En la actualidad se calcula que 1 de cada 150 chicas entre 12 y 18 años sufren de anorexia, mientras que de 1 al 15% sufren de bulimia. En su génesis entran en juego múltiples factores que hacen difícil su diagnóstico temprano entre los que se incluyen los hábitos alimenticios, las modas, costumbres un terrible culto al cuerpo. Al igual que sucede con la obesidad otro trastorno de la conducta alimentaria de carácter masivo, todo ello tiene mucho que ver  con la ansiedad y los trastornos de impulso, favorecidos por la sociedad de opulencia en que vivimos donde hay facilidad para conseguir alimentos rápidos sin ningún beneficio saludable donde se mantiene un ritmo de vida acelerado y competitivo, por lo que es muy importante la vigilancia de lo que consumen  los chicos tanto en casa como fuera de ella para evitar llegar a situaciones donde muchos de estos jóvenes pueden fallecer porque viven obsesionado con mantener un peso “ideal”.

 

Conoce los alimentos que te “enganchan”

Los estados de nerviosismo, ansiedad, decaimiento y tristeza suelen ocasionar que nuestro organismo requiera ciertos alimentos que nos permitan sensaciones placenteras. Un grupo de hormonas cerebrales son las encargadas de regular diversos estados de ánimo, y algunos alimentos, gracias a su composición son capaces de estimularlas. Esto se debe a que ciertos nutrientes son capaces de elevar los niveles de una sustancia antidepresiva que existe en el cerebro llamada serotonina. Pero la serotonina no es el único mensajero de bienestar, ya que están presentes otras sustancias como las endorfinas, la dopamina, y la norepinefrina que también son un recurso natural para experimentar bienestar.

Todas ellas tienen en común necesitar la presencia de glucosa y determinados aminoácidos (componentes de las proteínas) para elevar sus niveles y funcionar correctamente. Su secreción estimula la sensación de alegría, euforia y vitalidad. Son un auténtico recurso natural y endógeno para mantener y recobrar la salud. Su presencia en el organismo es imprescindible y constante, y en su flujo segregado se puede intervenir mediante la alimentación.

Por este motivo cuando se come un dulce, frutos secos, o helado se produce una rápida elevación de los niveles de serotonina cerebral y el estado de ánimo mejora porque se ha contrarrestado esa angustia con unos alimentos que nos dan placer. Como contrapartida, casi todos gozan de un elevado índice calórico, que es importante controlar si no queremos subir de peso.

Existen alimentos adictivos que no puedes pensar estar sin ellos, en particular el delicioso grupo de alimentos está formados por los que tienen en su composición unas sustancias químicas que actúan sobre el cerebro mejorando momentáneamente, nuestro estado de ánimo. La serotonina, la dopamina y la norepinefrina  son neurotransmisores químicos relacionados con el mecanismo de hambre, el humor y la saciedad, y la comida hace que varíen en su composición.

La sensación de hambre se desencadena por un proceso químico en el que interviene  el nivel de glucosa en la sangre, principal ingrediente que alimenta al cerebro. Para que no quede desabastecido  existe un complicado mecanismo apoyado por ciertas hormonas específicas. Si baja el nivel de glucosa, el cerebro emite la señal de hambre para que con la comida se estabilice. Sin embargo hay personas más sensibles que otras a esta señal y responden de manera más contundente. Esta respuesta es la que lleva a muchas personas a estar casi siempre hambrientas y preferir alimentos dulces antes que cualquier otro. Así por ejemplo cuando están bajos de serotonina, el cuerpo demanda hidratos de carbono, de ahí que se consuman productos de pastelería, chocolates o dulces.

 

Secretos del chocolate

Cuando se clasificaron los nombres de las plantas se le dio al árbol del cacao el nombre de Teobroma, alimento de los dioses. Fue venerado por los mayas y después  por los aztecas, pero quién lo probó y lo hizo saber en España fue Hernán Cortés y les hizo saber que esa bebida usada por los indios, tenía una acción beneficiosa contra la fatiga corporal y además se le atribuían propiedades afrodisíacas. En efecto hoy conocemos que la euforia que proporciona el cacao se debe a una sustancia llamada teobromina que ejerce una acción tónica sobre el organismo, activando la diuresis y estimulando la circulación sanguínea. Y además contiene teofilina, un estimulante parecido a la cafeína y anandamida, una sustancia que induce a un estado de ánimo placentero. Dicen que engancha más a las mujeres cuando presentan el síndrome premenstrual y no es de extrañar ya que los niveles de hormonas están alterados. La cantidad máxima recomendada son 2 onzas al día pero es mejor el chocolate negro, que tiene más del 50% de cacao.

Otro producto muy adictivo es el azúcar sobre todo desde que se sabe que su función principal en la nutrición es el que da energía. La sacarosa es el azúcar propiamente dicho y  en el organismo se transforma a nivel del intestino en azúcares simples;  fructuosa y glucosa que son transportados hasta el hígado. Este lo almacena de forma condensada (en glucógeno) y así puede verter continuamente la cantidad requerida  de glucosa en el torrente sanguíneo. La glucosa es el alimento de todas las células del cuerpo, pero tiene la particularidad de ser el alimento exclusivo de las células cerebrales. El cerebro es el responsable del consumo del 20% de la energía correspondiente al metabolismo basal y para ello emplea como fuente energética  normalmente la glucosa que es uno de los hidratos de carbono más esenciales.