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Para comprender la enfermedad

Diccionario de la Biodescodificación 

 

Por Dra. Marina Brauer

Cuando queremos saber el significado de una palabra se busca en un diccionario, por lo tanto, es lo mismo que se puede hacer para comprender el origen de nuestra enfermedad, pero recuerde nunca puede reemplazar un diagnóstico médico y recibir el tratamiento convencional.

También es importante aclarar que cada persona es única y como tal, reacciona de una manera diferente a las situaciones que vive, por lo que ofrecemos a continuación se debe ver como una guía preliminar y nunca pasar por alto las indicaciones del médico tratante y si le interesa conocer las causas concretas de una dolencia personal debe consultar a un especialista.

Primeramente, vamos a mencionar el desempeño de las bacterias para comprender mejor nuestros problemas de salud.

Las bacterias son el primer signo de vida en el universo. El ser humano como se ha dicho, contiene una cantidad de bacterias diez veces superior al número de sus células: vivimos en simbiosis con ellas y las necesitamos para transformar la materia. Así pues, son indispensables para la vida, pero son las primeras en ser víctimas de los antibióticos. Las vacunas impiden a las bacterias hacer su trabajo, y sin ellas algunos importantes procesos de transformación no pueden tener ya lugar. No tiene ningún sentido impedir a nuestros amigos colaborar. 

Con las vacunas lo que hacemos es crear el caos en nuestro cuerpo que no está en condiciones ya de distinguir entre lo útil y lo perjudicial: todo nuestro aparato de “reconocimiento” es puesto patas arriba y nuestro sistema inmune se debilita por dicha razón: de aquí a las enfermedades por inmunodeficiencia no hay más que un paso. Cada uno nace en un lugar y una época que están impregnados de un cierto número de microbios, a los que nos adaptamos durante toda la existencia. Si tenemos la costumbre de trabajar en el huerto o de caminar con los pies descalzos, nos sucederá que nos haremos a menudo pequeñas heridas, cada vez el organismo, en fase de reparación, activará sus defensas en su especie de “antitetánica” espontánea y poco a poco nos volvemos inmunes al tétanos y sus toxinas, a las que nos hemos habituado de forma gradual. Pero si nos permitimos el lujo de no vivir nunca en medio de la naturaleza, de no caminar descalzos, de no pincharnos o cortarnos entonces se volverá útil la vacuna antitetánica. Sigue siendo cierto, de todas formas, también en este caso, que cualquier reacción lógica se produce en una fase de reparación (vagotonía) la que por tanto presupone la existencia de un conflicto al inicio.

No es menos cierto que cuando viajamos en un avión para dirigirnos a tierras lejanas entramos en contacto con microbios que nuestro organismo no reconoce y a los que no está adaptado; entonces podemos contraer enfermedades a veces incluso mortales y en este caso se hacen necesarias las vacunas; los  viajes en avión, en efecto no están todavía previstos por nuestra biología; el “plano biológico” del hombre prevé únicamente lentos desplazamientos que le permiten adaptarse paulatinamente a las nuevas condiciones ambientales.

En cuanto a las epidemias, presentan todas ellas una misma adaptación: un inicio, un apogeo y un decrecimiento; si consultamos las estadísticas de la O.M.S. resulta evidente que todas las campañas de vacunación han sido emprendidas en el momento en que la epidemia estaba en fase decreciente y que, inmediatamente después del suministro de la vacuna, la enfermedad ha rebrotado con fuerza en vez de disminuir; ¡sólo después de cierto tiempo volvía a decrecer! Cada cual es libre de sacar sus propias conclusiones…

 

 

Una nueva mirada para poder comprender la enfermedad

Acné juvenil. Problemas para aceptarte a ti mismo, o miedo al instinto por la sexualidad que comienza a despertarse.

Adicciones. Vacío existencial y falta de amor. Oculta un sufrimiento profundo, una sensación de soledad y desconexión con su entorno inmediato.

Afecciones de piel. Angustia, nerviosismo y problemas para establecer relaciones.

Afecciones pulmonares. Miedo a existir, sentir que no es digo de vivir plenamente.

Alzhéimer. Negarse a enfrentar la vida. Desesperanza y desamparo.

Amigdalitis. Emociones reprimidas. Sientes que no puedes o no debes ser tú mismo/a

Artritis. Tendencia obsesiva a fijarte en el lado negativo de la vida. Sueles ser una persona muy autocrítica y no te sientes amado/a por los demás.

Artrosis de rodilla. Problemas ligados a la adolescencia, cuando existen mayores conflictos con los padres.

Asma. La atmósfera en tu casa no es la mejor, debido a conflictos familiares, lo que te impide respirar con tranquilidad.

Bronquitis. Conflictos en el entorno familiar debido a problemas de comunicación, ya sea a causa de gritos constantes o a que nadie se dirige la palabra.

Cáncer. Choque emocional no verbalizado o resentimiento.

Calambres. Estás aferrado a algo o alguien.

Cálculos biliares. Amargura y agresividad reprimida.

Cardiopatías o enfermedades cardiacas. Estás cerrado al amor y a la intimidad, pues prefieres que en tu vida prime la razón, antes que la mente.

Cataratas. Las imágenes que ves no te hacen feliz

Ciática. Temor al futuro y a las carencias materiales. También puede significar rencor o rechazo.

Diabetes. Deseos amorosos no aceptados, hasta que con el tiempo se desarrolle la diabetes: conflicto de resistencia + miedo=hiperglicemia (por falta de insulina); conflicto de repugnancia + miedo =hipoglicemia (por insuficiencia de glucagón).

Dolor de garganta (afonía y laringitis). Miedo que te impide hablar abiertamente.

Endometriosis. Miedo al parto o concebir, inconscientemente sientes que no tienes derecho de convertirte en madre.

“Toda enfermedad es una solución biológica a un conflicto emocional inconsciente, no resuelto. Descubrir, comprender y hacer consciente el código secreto del síntoma detiene la enfermedad”.