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¿Por qué debemos buscar entornos con iones negativos?

Por Redacción

El establecimiento de la noción de ion supuso en el ámbito de la investigación química un trascendental avance en el conocimiento de la estructura atómica. Su existencia permitió reconocer la naturaleza eléctrica de la materia y profundizar en tal sentido para dilucidar la más íntima disposición de las partículas subatómicas.

Los iones son partículas atómicas o grupos dotados de carga eléctrica no nula. Si dicha carga es positiva reciben el nombre de cationes y se denominan aniones cuando es negativa.

El aire está cargado de electricidad por lo que está repleto de partículas con carga eléctrica positiva o negativa. Si ambas cargas se encuentran en equilibrio, o la proporción de iones negativos es elevada, las personas que respiran ese aire se sienten bien y su organismo tiende a funcionar correctamente por lo que estar en la playa o las montañas es la manera ideal para obtener esa cantidad de iones negativos para disfrutar de una relajación y un bienestar total.

Cuando las personas viven en las ciudades contaminadas, por la sobrecarga de iones positivos provocados por los ambientes llenos de aparatos eléctricos y de superficies artificiales que tienden a cargarse electrostáticamente aumentan los estresantes iones positivos que van a provocar toda una serie de malestares como son todos los síntomas negativos: dolores de cabeza intermitentes, ansiedad, depresión, problemas respiratorios, y una serie de enfermedades que a pesar de una serie de estudios no encuentran la solución.

La existencia de iones positivos y negativos en el aire son indispensables para la vida. En un ambiente sin iones los animales enferman y las plantas dejar de crecer y mueren. El equilibrio iónico se da cuando en cada centímetro cúbico de aire hay aproximadamente 1,200 iones positivos y 1,000 negativos. Se considera que éste es el electro clima al cual está mejor adaptado el ser humano. De acuerdo a un gran conferencista dijo que el hombre más orgulloso de todos y un buen día unos elementos tan simples y tan sencillos y humildes que los pisamos con nuestros pies cuando vamos por el campo, unos elementos aparentemente tan inapreciables como son las plantas: las hierbas, los árboles, las flores de pronto se olvidaran de un milagro que se llama fotosíntesis, entonces todos los seres vivos del planeta moriríamos en pocos meses, porque los únicos seres que pueden transformar la energía solar en vida son las plantas.

El ambiente se carga de forma natural antes de las tormentas, porque el roce entre las grandes masas de aire produce iones positivos. Por eso muchas personas especialmente las electrosensibles una de cada cuatro y los niños se sienten inquietos e irritables. Otros generadores de iones positivos son los rayos solares y cósmicos y los vientos secos y cálidos. En cambio, tras las tormentas la atmósfera se llena de iones negativos gracias a los rayos, la lluvia y la humedad. Al pulverizarse el agua, las gotas más pequeñas se convierten, en iones negativos, que por eso abundan  junto a las playas y los saltos de agua, dos lugares que resultan muy atractivos.

En la naturaleza las cargas tienden a equilibrarse, pero en las ciudades se producen una sobreabundancia de iones positivos. Mientras en una cascada hay al menos 25,000 iones negativos en un centímetro cúbico de aire y en la montaña entre 1,000 y 5000, en el interior de una casa puede haber 500 y en el auto menos de 100. En la actualidad son varios factores que favorecen la multiplicación de iones positivos. Uno de los más importantes es la nube de la contaminación que envuelve a las ciudades y que se cuela en las casas porque está formada por partículas cargadas positivamente. Los materiales comunes de la construcción y la decoración convierten los edificios en acumuladores de iones positivos. Los sistemas de aire acondicionado que hacen circular el aire por tubos metálicos provocan que los iones positivos tripliquen a los negativos. Las superficies plásticas, los muebles, alfombras, también se cargan y liberan iones positivos. En las oficinas y todos los hogares proliferan los aparatos eléctricos que producen campos estáticos, generadores de iones estresantes. Las pantallas de rayos catódicos (televisión, computadoras) y los fluorescentes son asimismo fuentes de iones positivos.

Efectos sobre la salud

Una cuarta parte de la población es muy sensible a la ionización. Estas personas muestran sus efectos sobre los sistemas respiratorio, nervioso y hormonal.

Los iones negativos son en general muy beneficiosos para el sistema respiratorio. En concreto mejoran su capacidad para filtrar los agentes cancerígenos que pueden penetrar en el cuerpo, como los transportados por el humo.

La salud general, el apetito, el sueño mejoran después de 25 días recibiendo una exposición diaria de 15 minutos de iones negativos.

Los iones negativos influyen sobre las respuestas de los niños frente a las causas de estrés, mejoran su comportamiento y aumentan su capacidad de concentración.

Los iones negativos mejoran el trabajo cardiovascular y la termorregulación de los que practican deporte con intensidad y a temperaturas elevadas como es nuestro clima.

La depresión estacional se puede tratar con sesiones de alta densidad de iones negativos. El tratamiento se basa en la modulación del neurotransmisor serotonina.

Crear un hogar más saludable

Colocar pequeñas fuentes o circuitos de agua. Las partículas gaseosas que liberan las plantas durante la función clorofílica están cargadas negativamente es una buena razón tener plantas.

Coloque lámparas de sal, existen ionizadores domésticos.

Mantener el ambiente libre de polvo en suspensión mediante ventilación o filtros de aire, es una de las medidas más eficaces (los iones negativos caen en el suelo con el polvo)

Para no cargarse electrostáticamente y convertirse uno mismo en una partícula positiva que repele los iones negativos conviene renunciar al calzado con suela de goma o plástico. Mejor caminar protegidos por tejidos naturales o descalzo.