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¿Qué espera Marcelo Ebrard? ¿Un milagro?

Canciller Marcelo Ebrard…

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EL SECRETARIO de Relaciones Exteriores no es ningún ingenuo. Seguramente está consciente de que el Presidente López Obrador ha elegido a Claudia Sheinbaum como su sucesora en palacio nacional.

Pero ¿si no va a ser el candidato, si se va a quedar en la orilla, qué busca Marcelo Ebrard?

Alfredo Porras, el delegado especial para promover al canciller en Sonora, asegura que no hay un plan “B”. Esto quiere decir que si se confirma la postulación de la Jefa de Gobierno de la ciudad de México, tendrá el apoyo de las “corcholatas”.

Sin embargo, el titular de la SRE busca ser el próximo presidente de México. De eso no queda la menor de las dudas.

Sabe perfectamente, por toda la experiencia que acumula en el mundo de la política, que los escenarios pueden variar de una semana a otra. Incluso de un día a otro.

Y es que si bien es cierto que hoy por hoy la elegida es Claudia y la “cargada” está muy “pesada” a lo largo y ancho del país, eso es tan frágil como un castillo de naipes en una mesa.

En 1993, Manuel Camacho Solís, entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, estaba seguro de que el Presidente Carlos Salinas lo elegiría a él como su sucesor. Esto lo vivió muy de cerca Ebrard porque era el brazo derecho de Camacho.

Sin embargo, el domingo 28 de noviembre de ese año, los sectores del PRI “destaparon” a Luis Donaldo Colosio.

Y quien tomó posesión como Presidente de la República en diciembre de 1994, fue Ernesto Zedillo Ponce de León. La historia la conocemos todos.

Ebrard sabe perfectamente que en política, nada está escrito.

Conoce también la historia, por lo que seguramente tiene en su mente el recuerdo de la elección que obligadamente debió hacer el poderoso Presidente Lázaro Cárdenas en 1940, al hacer a un lado a su elegido, General Francisco Múgica y escoger a Manuel Ávila Camacho, con un perfil ideológico contrario al pensamiento marxista-leninista del grupo en el poder.

Por eso, el señor Ebrard sabe que la preferida es la Sheinbaum, pero también está convencido, de que no se ha escrito la última palabra.

A LA MEMORIA viene aquella anécdota, cuando el señor Henry Ford, presidente de Ford Motor Company, se vio en la necesidad de seleccionar a un nuevo gerente de relaciones laborales, porque quien ocupaba ese puesto, se jubiló… A sus gerentes les pidió le enviaran tres propuestas y, adjunto, el currículum de los candidatos… Cumplida la orden, los colaboradores del señor Ford presentaron la información de cada aspirante… El primero de ellos contaba con un doctorado en administración; el segundo de ellos tenía dos maestrías en el área de los recursos humanos y, el tercero, una gran trayectoria dentro de la compañía y además, al paso de los años, se había superado con estudios universitarios… Nadie como éste último, conocía los libros d la empresa… La respuesta del Presidente de Ford fue muy contundente… “Señores, si quisiera conocimiento, cuento con una enorme biblioteca, a la que acudo constantemente para salir de mis dudas; ¿Pueden presentarme a una persona que sepa tomar decisiones?… Un perfil así, es lo que requiero”… Ahora que han presentado ante la opinión pública la trayectoria académica de Gustavo Salas Chávez, el personaje propuesto por el Gobernador Alfonso Durazo para ocupar la titularidad de la Fiscalía General de Justicia en el Estado, se ha ponderado su doctorado en Derecho Penal y su capacidad para escribir cinco libros de texto sobre su materia… Pero en ninguna parte se ha podido constatar que sus decisiones o sus acciones, han sido acompañadas de la capacidad para combatir al crimen y que, con sus resultados, se haya recuperado la paz y la tranquilidad en el país o, cuando menos, en alguna región del país… Esperemos pues a los hechos, que en estos casos son los que ofrecen la mayor certeza sobre un servidor público.