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Tráfico de órganos: rabinos de Israel y EE.UU., implicados

El ‘modus operandi’ se realiza a través de las FSA (Ejercito Libre Sirio), formado por Estados Unidos para derrocar a Al-Assad, quienes llevan a los heridos civiles o militares al hospital

Por Dr. Jorge Ballesteros

Se destapó la cloaca de la criminal actividad de la venta de órganos desde el 21 de julio de 2009 con la detención de cinco rabinos ortodoxos de Nueva York y Nueva Jersey junto con numerosos funcionarios de Nueva Jersey. Esos líderes religiosos de largas barbas y vestimentas negras con solideos o sombreros negros y una red de políticos, se habían convertido en tramposos profesionales. Se dedicaban a masivos lavados de dinero y operaciones de comercio ilegal de órganos.

Desde hace tiempo se ha señalado a los israelitas como los principales responsables a nivel mundial de este infame tráfico de órganos. El diario más popular de Suecia, Aftonbladet, ha publicado un artículo que ha desencadenado una fuerte polémica en torno al Ejército Israelí e indignadas críticas en Israel. Según los testimonios recogidos por el periodista, Donald Bostrom, durante los años 90 la IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) secuestró a jóvenes palestinos, devolviendo los cuerpos a sus familias tras haberles extraído sus órganos para usarlos en trasplantes:

“Los palestinos son despojados por los israelíes no solamente de su país, sus tierras y su derecho a sobrevivir, sino hasta de sus órganos vitales, además de sus pieles, huesos largos, córneas y válvulas cardíacas con fines experimentales”.

Desde 1986 fue creado un banco de piel en Israel, cuyos tejidos, provenientes del despellejamiento palestino, fueron dados a los soldados israelíes que sufrieron quemaduras de guerra. No solo no lo agradecen, sino que cada nuevo día, van por más.

Ya en 2001, el periódico israelí Haaretz informaba que las autoridades israelíes habían puesto en marcha una investigación para verificar informaciones según las cuales a muchos niños de origen rumano, adoptados por ciudadanos israelíes, les habían quitado órganos después de salir de Rumania.

Las autoridades rumanas buscaron posibles relaciones entre agencias de adopción israelíes y una red mundial dedicada a vender órganos para trasplantes.

Haaretz informó que algunos médicos israelíes estuvieron implicados en trasplantes ilegales de riñón y en la venta de embriones en Turquía, Rumanía, y otros países del Este.

Alessandro Pagani documenta en Red Voltaire que el tráfico de órganos en Italia, Brasil y Palestina tiene un denominador común: la participación de ex funcionarios israelíes captados con las manos en la masa. La justicia no llega para un número indeterminado de familias que perdieron a sus hijos y cuyos cuerpos fueron encontrados abiertos, sin riñones; otros, con engaños, fueron trasladados a Sudáfrica, donde también fueron sacrificados.

Según otra investigación del New York Times sobre los más importantes casos de venta de órganos desde el año 2000, los israelíes han tenido un papel protagónico en el tráfico de órganos.

El autor y profesor ucraniano, Vyacheslav Gudin, afirma que existe una conspiración para importar niños del país y cosechar sus órganos en Tel Aviv. Se descubre que Israel se ha llevado 25.000 niños del territorio ocupado Ucrania entre 2007 y 2009. El profesor Gudin cuenta en una conferencia que se realizó una exhaustiva búsqueda y se encontró a 15 de los niños que habían sido claramente adoptados por centros médicos israelíes para usarlos como piezas de recambio.

En julio de 2009 Levy Izhak Rosenbaum, rabino en New Jersey, es detenido tras una larga carrera vendiendo órganos. Declaró que compraba los riñones a gente pobre en 10.000 dólares y los vendía a pacientes desesperados en hasta 160.000 dólares.

En ese año se realizaron las detenciones de 44 judíos en Nueva York y Jersey, entre ellos varios rabinos importantes y todos ellos miembros de las comunidades sirias judías. En el mismo año Interpol informó sobre una banda judía que secuestraban niños en Argelia para el tráfico de órganos. Los niños eran vendidos a israelíes y judíos norteamericanos en la ciudad marroquí de Oujda para la cosecha de órganos en Israel. Mustafa Khayatti, jefe del Comité Argelino de Investigación en Salud, declara que las 44 detenciones en Nueva York y Jersey están relacionadas con el caso de Argelia.

Actualmente el tráfico de órganos comienza en Siria, pasando por Turquía para acabar en Israel. El modus operandi se realiza a través de las FSA (Ejercito Libre Sirio), formado por Estados Unidos para derrocar a Al-Assad, quienes llevan a los heridos civiles o militares al hospital. Los hospitales de Siria como el de campaña en Al-Zarzour, están colapsados o destruidos por bombardeos de la coalición y al llegar les mandan a los de Turquía. En el hospital turco Mártir Kamal reciben a todos estos heridos y el doctor Murad Kozal uno de los responsables de las extirpaciones de órganos.

En el caso israelí, es importante tener en cuenta que dado lo sagrado de los cuerpos de la comunidad para la religión judía, la donación de órganos, voluntaria, es de las más débiles que se conoce entre los países del llamado Primer Mundo. En 1992  precisamente, Netanyahu llevó a cabo una campaña pro donaciones de órganos que coincide temporalmente con los primeros cuerpos de jóvenes palestinos devueltos con esos impresionantes costurones del mentón al pubis.

No se puede dejar de subrayar lo atroz de usar los cuerpos de los enemigos para quitarles órganos, y habría que agregar a ello la reluctancia a usar los cuerpos sagrados propios.

El testimonio de Kawther Salam una periodista palestina, nos corrobora que el tráfico de órganos es una práctica común en Israel y que están implicados, el ejército, los médicos y hospitales y autoridades. “Esto es lo que yo vi, observé y escuché durante mis 22 años de trabajo periodístico en Cisjordania y Gaza, bajo la ocupación militar israelí:

“La ocupación militar israelí comenzó a capturar y conservar los cadáveres de los palestinos que asesinaban a principios de los setenta. Desde entonces, centenares de palestinos han sido enterrados en tumbas secretas y numeradas del ejército israelí”.

Cuerpos vacíos, rellenos de algodón

“Los militares decían a las familias palestinas que “habían trabajado mucho para poder entregarles los cuerpos de sus familiares que se encontraban en dependencias militares”, sugiriendo que era un favor y que los jefes militares Shamni, Goldstein, Nagar y otros habían ordenado que los cuerpos fueran enterrados por la noche y que “no más de diez personas” podían asistir al funeral”.

“A menudo, los familiares de las personas asesinadas lloraban y gritaban cuando recibían los cuerpos vacíos y rellenos de algodón. Los oficiales y los soldados israelíes les obligaban a callarse”.

Toda esta actividad criminal no solo es una clara violación de los derechos humanos y un horrendo crimen contra la humanidad, sino también una falta de respeto a la santidad de la vida, que solo puede explicarse por el racismo y desprecio de la dignidad de los otros pueblos.