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¿Y si tu vecino tiene una mascota exótica?

Por Alberto Maytorena/

La función de las mascotas en la vida doméstica del hombre ha cambiado a lo largo del tiempo; de ser compañeros de caza y protectores del hogar, la estrechez del vínculo entre humanos y animales llevó a los últimos a cumplir la tarea fundamental de toda mascota, la de brindar compañía a sus dueños.

La casa de Elvia da asilo a los animales desprotegidos, independientemente si son silvestres o domesticados, que por azar se han cruzado con la familia. Vive al norte de Hermosillo y sus vecinos saben de “sus gustos” por estas singulares especies.

“Los animales que tenemos son porque a la mamá de ellos le pasó algo; están perdidos o alguna situación así”, aclara Elvia, mencionando también que una parte de ellos viene del rancho de su abuelo materno, y hablando del lado materno de la familia, es precisamente la madre de Elvia quien profesa el mayor entusiasmo por estos animales, a quienes cuida con paciencia y amor extraordinarios.

“He tenido jabalíes, venados, borregos, coruas, gallinas, gallos, patos, pavos, tortugas, ninfas, periquitos del amor, perros, conejos, cuyos, hamsters… algunos los he tenido al mismo tiempo, otros llegan después”, enumera Elvia, quien no se complica al momento de describir el espacio para tantas mascotas. “Caben”, menciona alegremente.

Sobre esto, un tío de Elvia que trabaja en “algo así como SAGARPA” frecuentemente les recuerda que no deberían tener esa clase de animales como mascotas, sin embargo, a pesar de todo, entiende que no los lastiman y los cuidan lo mejor que pueden, por lo que se hace de la vista gorda.

6 Mascota exoticasPor supuesto tener tantos animales diferentes conviviendo entre sí genera anécdotas muy particulares, tal es el caso de un cerdito que cuidaron durante un tiempo. La madre del cerdito aplastó sin querer a sus crías, dejando uno solo que quedó sin hermanos a dos días de haber nacido. Al notar la soledad del puerquito, la familia de Elvia decidió adoptarlo.

Instalado en la ciudad, el cerdito, debido a la constante interacción que tenía con los perros, terminó desarrollando costumbres caninas, lo cual provocó situaciones por demás extrañas, como por ejemplo, cuando salía la luna, podía escucharse un chillido porcino entre los aullidos de los perros del barrio, por lo que tampoco fue exactamente una sorpresa cuando el puerquito mordió a la hermana de Elvia, hecho que le valió al perruno chancho el regreso a la granja.

Por otro lado, la familia de Elvia se las ha ingeniado para tener cubierta la cuestión alimenticia de los animales. A pesar de todo, la alimentación de algunos de las mascotas más silvestres no era tan complicada, por ejemplo durante un tiempo tuvieron unas crías de jabalí que la madre abandonó; los alimentaron con leche hasta que llegaron a la edad adecuada para comer croquetas, poco después los regresaron al rancho.

Sin embargo no todos han sido igual de fáciles de alimentar. Elvia tuvo también una serpiente corua de dos metros que almorzaba animales vivos, lo cual naturalmente aterraba un poco a los miembros de la familia, salvo (por supuesto) a la madre de Elvia, quien se responsabilizó de alimentarla y darle los cuidados necesarios.

La corua llegó a ellos gracias al abuelo de Elvia y, aunque en un principio la familia le tenía miedo al reptil, pronto se adaptaron a vivir con ella.

“Debajo de mi casa las tortugas hicieron una cueva que abarca todo el pasillo hasta llegar al drenaje. Durante el invierno, la corua amanecía tensa por el frío y mi mamá la sacaba al patio, era como una manguera ―recuerda Elvia― después de unos días sin que hiciera nada decidimos dejarla a su voluntad y fue cuando usó la cueva como madriguera”.

Sin embargo, la perrita chihuahua de Elvia también era moradora habitual de dicha cueva y pareció no gustarle compartir espacio con la serpiente, lo que provocó la lucha entre los animales dentro del túnel. Elvia temía por la vida de su perrita, ya que sabía que la corua podría estrangularla, o algo peor… “‘se la va a comer’, pensé”, pero la perrita salió ilesa.

Tiempo más tarde lamentablemente la corua sucumbió por las heridas que sustrajo del enfrentamiento con la chihuahua.

A pesar de que admira el trabajo de organizaciones como Pata de Perro, la cual busca rescatar y buscarle hogar a perros callejeros, Elvia menciona que no es capaz de apoyarlos debido a que cuida a nueve perros, entre ellos pitbulls, los cuales se caracterizan por ser muy celosos con sus dueños, no obstante hace lo que puede desde su trinchera.

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