Preparar un invierno saludable para sentirse bien

En estos meses de días cortos, noches largas y temperaturas bajas, impera la energía yin, que se asocia con el frío, la quietud, lo femenino y el agua
Por Marina Brauer
El domingo 21 de diciembre del año 2025 a las 9:03 hora local inicia el invierno en el hemisferio norte de la tierra.
El invierno puede asociarse con frío, escasez de luz, tristeza y decaimiento, pero también con abrigo y lucidez, cariño, serenidad y una oportunidad para regenerarse. Disfrutar de un invierno saludable con alegría es posible. Únicamente escucharse y apreciar los elementos únicos que la naturaleza brinda a lo largo de toda la estación. Invierno viene del latín hibernum. Se trata de un periodo de latencia y regeneración, en que tanto la naturaleza como los seres vivos interiorizan. Disminuye la actividad vital, muchos animales hibernan y las plantas concentran la energía en sus raíces. Es época para el descanso y la reflexión, para que la naturaleza desprenda lo accesorio.
Un tiempo de restructuración interior previo al resurgir de la primavera. En estos meses de días cortos, noches largas y temperaturas bajas, impera la energía yin, que se asocia con el frío, la quietud, lo femenino y el agua. Los días son más oscuros y se acentúan las sensaciones de vacío y profundidad. Ante este panorama conviene reforzarse tanto física como interiormente.
Al igual que ocurre en el mundo animal, de manera natural el invierno invita a los seres humanos a recogerse y a pasar más tiempo en casa. Ofrece momentos y festividades para reunirse con los seres queridos, para dedicarles tiempo y afecto olvidando un poco la vida digital que ha creado grandes separaciones y cada uno se refugia en sus equipos y no hay convivencia alguna. Cultivar las relaciones humanas enriquece y aumenta nuestra energía. En las culturas agrarias ancestrales el invierno era una época para reunirse con la familia, junto al fuego, para degustar platillos nutritivos con la comida atesorada en los meses precedentes. Si se desecha energía durante la estación y se va en contra del ciclo que la naturaleza pauta, es posible que se sientan descompensaciones y desórdenes físicos o emocionales afloren los recuerdos de los seres queridos que ya no están con nosotros físicamente porque su recuerdo vivirá para siempre en nuestro corazón. Sin embargo, si se es capaz de vislumbrar las oportunidades que brinda el invierno la convivencia con los amigos y familiares con motivo de las fiestas navideñas de cada región se puede vivir meses de plenitud y alegría.
Según la medicina tradicional china, el invierno se asocia con el elemento Agua y sus órganos relacionados son el riñón y la vejiga, que tratan el agua en el cuerpo humano. El agua está en todas partes: en el aire, la tierra y dentro de ella, y es una parte importante de toda materia viva. El agua gobierna los huesos y la médula, el cráneo, la columna vertebral y la médula. El cráneo, la columna vertebral, los brazos, las piernas y los dientes también están bajo la influencia del Agua, además todo lo relacionado con el sistema auditivo, las secreciones y las funciones sexuales. El meridano de la vejiga recorre la espalda e influye en los nervios simpático y parasimpático. La acumulación de tensiones y emociones provoca rigidez y dolor conviene mantener la espalda destensada con estiramientos, yoga u otras técnicas corporales. En los riñones se concentra la fuerza vital. Filtran la sangre la mantienen limpia y equilibran el agua y Ph CORPORAL. En invierno deben protegerse del frío y la humedad. Su buen funcionamiento se refleja en la salud del oído y el cabello.
En el invierno el cuerpo humano precisa de una mayor reserva de energía. Esto no quiere decir que se deba ingerir más cantidad de alimentos y desequilibrar la dieta, pero sí puede ser útil modificar la naturaleza de los alimentos por los que se opta en nuestro país y en especial en nuestro estado, ya que se aumenta el consumo de bebidas, tamales, menudo, postres etc.
La gripe, la rinofaringitis, la gastroenteritis, las anginas son muy comunes estas patologías molestas que pueden agravarse y que corramos riesgos de los trastornos invernales severos.
Podemos empezar con una infusión de jengibre a la que podemos añadir un poco de pimienta cayena, o cúrcuma. Su eficacia probada ayuda a prevenir las pequeñas infecciones cuando llega el invierno. Además, tiene la ventaja de que resulta deliciosa, a diferencia de otras infusiones. Y gracias a sus efectos antisépticos, se viene utilizando desde tiempo inmemorial para evitar el resfriado, mareos, y problemas estomacales.
Si se mantiene una alimentación equilibrada y variada, en invierno también se encuentra una rica gama de frutas y verduras muy altas en vitamina C, que limita el riesgo de coger un resfriado y su duración, nos debemos concentrar en los frutos cítricos naranjas, limón, toronjas, mandarinas, guayabas, kiwi que son una de las fuentes más abundantes de vitamina C (93 mg por cada 100g) aporta también E, y K. La primera es un potente antioxidante que refuerza la acción de la vitamina C, mientras la segunda es esencial para el buen estado de los huesos y vasos sanguíneos.
En general, una alimentación equilibrada debe aportar suficientes nutrientes para reforzar el sistema inmunitario y se recomiendan especialmente los aceites ácidos grasos omega 3 aumentando el consumo de pescados azules, salmón, atún, y mariscos.
El consumo de caldos caseros (menudo sin grasa), las infusiones de plantas naturales, y el agua pura son importantes para mantener un buen funcionamiento del organismo.
Los probióticos ayudan a reforzar la microbiota intestinal, un ecosistema con miles de bacterias beneficiosas para el organismo. Cuando funciona bien nuestra microbiota es un formidable promotor del sistema inmunitario: una cura de probióticos puede darnos una buena protección contra las bacterias patógenas.
La miel posee una potente acción antiséptica unida a su dulce efecto favorable para la garganta. Puede ser consumida regularmente cuando lleguen los primeros días fríos. Las personas diabéticas deben evitarla si mantienen sus niveles correctos pueden tomar un poco de miel de agave.
Otros alimentos nutritivos para esta época del año son las semillas oleaginosas, ajonjolí, nueces, almendras, avellanas, castañas que proporcionan al organismo abundante energía. Consuma alimentos con cocciones lentas y acuosas, en sopas, caldos guisos horneados pues aportan calor al organismo y desnaturalizan poco los alimentos, añadiendo condimentos aromáticos como el ajo, cebolla, pimienta negra o clavo, se aumenta la sensación de calor en el cuerpo
No hay que olvidar que el frío provoca que la sangre fluya más lentamente por las venas y arterias, por lo que es aconsejable consumir bebidas calientes a lo largo del día, infusiones caldos, para estimular la circulación.
Disfrute este próximo invierno con sus seres queridos, amigos y demás familiares.
BUENA SUERTE Y MUCHA SALUD.
HASTA LA PRÓXIMA.







