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Alto índice de suicidios en las personas transexuales

Por Dr. Jorge Ballesteros

La ideología de “género” es hoy la punta de lanza de una Revolución Sexual que desde los años 60 se pretende imponer al mundo entero. Con ciega obstinación busca dar carta de ciudadanía al “cambio de sexo”, ignorando los innumerables estudios científicos que demuestran que tal cambio es una farsa y que los resultados de su práctica han sido desastrosos, refiere el periodista brasileño Jurandir Dias, del Instituto Plinio Corrêa de Oliveira.

El cambio de sexo nunca podrá ser completo ya que: Las operaciones quirúrgicas no son “curativas” sino destructivas. No se puede cambiar el sexo genético. La fecundidad se pierde. No siempre hay mejoría de los problemas psicológicos.

El plan de los lobbies LTGB Para destruir a la infancia a través de este proceso, es realmente criminal, ya que las personas que caen en este engaño intentan terminar su vida con el suicidio. Las terapias para “reasignación de sexo” incluyen tratamientos hormonales de por vida e intervenciones quirúrgicas mutiladoras de órganos sexuales, para semejar lo que no se es, cuando se pretende “cambiar” un hombre normal en una mujer o viceversa.

Estos activistas LTGB, verdaderos abusadores infantiles confunden a los niños para hacerles creer que se pueden identificar con cualquiera de los 112 géneros que han inventado y que son pura fantasía de la perversa ideología de género que asola a occidente. Les dicen que pueden cambiar su género con solo desearlo, ya que lo importante no es el sexo con el que nacieron, sino lo que sientan en ese momento.

Les adoctrinan en estas ideas desde el jardín de niños, vistiendo a los niños con ropas de mujer y a las niñas con ropa de hombre, les hacen jugar con juguetes de otro sexo y comportarse de forma contraria a su sexo, y les empiezan a enseñar el lenguaje inclusivo.

La biblioteca de estos lugares está llena de libros infantiles con promoción de la homosexualidad y el lesbianismo, de la masturbación, del coito anal y oral, del aborto, etc. Todas estas perversiones sexuales que les enseñan a los infantes le llaman “Educación Sexual Integral” (ESI).

La ESI, es implantada en los programas de la Secretaría de Educación por los regímenes de izquierda como el de MORENA, este narco-gobierno aberrante que padecemos y que está destruyendo a nuestra patria, sumiéndola en la pobreza, en al atraso educativo, en la destrucción de nuestras instituciones, en la inseguridad, entregando al crimen organizado grandes regiones del país, con la tasa de crímenes violentos mas alta desde la revolución mexicana, ya van cerca de 200 mil mexicanos asesinados en el tiempo que lleva López Obrador, el cacas.

La disforia de género fue descrita en el DSM IV como un desorden de la identidad de género y se diagnosticaba como un trastorno o desorden de aquellas personas que manifestaban una incongruencia entre el sexo biológico y el género experimentado.

Esta definición clínica era acertada ya que contenía en sí la doble naturaleza de este desorden, como explica el Dr. McHugh: Esta sensación intensa de ser transgénero constituye un trastorno mental en dos aspectos.

El primero es que la idea de desalineación del sexo es simplemente errónea, ya que no se corresponde con la realidad física. La segunda es que puede conducir a consecuencias psicológicas perturbadoras.

Este desastre se constata, por ejemplo, en la aterradora proporción de tentativas de suicidios a lo largo de la vida de los individuos transexuales, en cualquier edad. Nada menos que el 41% de ellos ha intentado suicidarse, según revela un importante estudio publicado en la prestigiosa revista trimestral “The New Atlantis”, de Washington, especializada en las relaciones entre sociedad, ciencia y tecnología.

El informe, intitulado Sexualidad y Género: hallazgos de las Ciencias Biológica, Psicológica y Social, tiene por autores a dos de los principales estudiosos sobre salud mental y sexualidad de los EE. UU., los doctores Lawrence Mayer y Paul McHugh.

A pesar de que las feministas, juntamente con los homosexuales, sean las propulsoras de esa ideología, ellas mismas son obligadas a reconocer el desastre que ha sido el ficticio “cambio de sexo”. La feminista australiana Germaine Greer, en una entrevista a BBC Newsnight, chocó a sus propios simpatizantes cuando, comentando el transgenerismo, afirmó que cirugía y hormonas no convierten “mágicamente” al hombre en mujer. Ella observa que “un gran número de mujeres no consideran que los hombres, después de la operación, se vean o suenen como mujeres, pero no se atreven a decirlo… A propósito, no todo el mundo se siente confortable en el pos-operatorio. Sé de varios casos, que me parece interesante notar, en que la persona que acepta el procedimiento [quirúrgico] siente después que ha sido un desastre”.

La feminista tiene razón, pues son innumerables los casos desastrosos de cambio de sexo que llevaron a sus víctimas al suicidio. Entre ellos, uno de los más impactantes fue el de Mike Penner, un columnista de “Los Angeles Times” que se tornó un transexual famoso, conocido como “Christine Daniels”, comentarista de deportes.

Mike Penner/”Christine Daniels”, periodista deportivo que acabó suicidándose

Penner tenía un blog en la sección digital del periódico, llamado “La Mujer en Progreso” que fue una gran plataforma del activismo transgénero. Sin embargo, en 2008 cesó de publicarlo sin dar explicaciones. Al mismo tiempo decidió dejar de ser “Christine” y volvió a llamarse Mike. Un año después apareció muerto en su departamento. Había cometido suicidio. Su funeral fue estrictamente privado, sin la presencia de la prensa y de periodistas.

“La operación es falsa, no te cambia el sexo”

Alan Finch, australiano, vivió durante 17 años como si fuese una mujer llamada “Helena”. Acerca de su cirugía, declaró: “La operación es falsa, no te cambia el sexo, eso es biológicamente imposible. Te mutilan los genitales y después te hacen creer que eres mujer, pero esto es falso. Interiormente, sigues siendo hombre”. Él define la operación de seudo-cambio de sexo como “hacerle liposucción a una persona anoréxica”, y dijo que después “el vacío es aún peor”.

Otro caso resonante fue el de “Renée Richards” (su nombre de mujer), cuyo verdadero nombre era Richard Raskind. Había sido campeón de tenis bastante famoso en los años 70. Su fama no se debió apenas a su destreza con la raqueta, sino a que fue una de las primeras personas del mundo que se sometió a la cirugía de “cambio de sexo”.

Richard Raskind/”Renée Richards” actualmente desaconseja los “cambios de sexo”

En una entrevista a la revista “Tennis Magazine”, en marzo de 1999, Richards, arrepentido de haberse sometido a esa cirugía, declaró: “Sé profundamente que soy una ’mujer’ de segunda clase. Recibo muchas preguntas de potenciales transexuales, pero no quiero que nadie me tenga como un ejemplo a seguir. Hoy en día hay mejores opciones, incluyendo la medicación para tratar la compulsión de travestirse y la depresión que viene de la confusión de género. Recibo un montón de cartas de personas que están considerando tener esta operación… a todos desaconsejo hacerlo”.

No quería ser un monstruo, por eso se suicidó

“Nathan” Verhelst nació mujer, en la ciudad de Sint-Niklaas, región flamenca de Bélgica. En 2009 comenzó su terapia para “cambio de sexo” y después se sometió a dos cirugías en 2012: una mastectomía y otra para “reconstrucción” del órgano masculino.

Nancy “Nathan” Verhelst: la frustración por no conseguir su esperada felicidad como “hombre” la llevó a pedir que le apliquen la eutanasia

A los 44 años, el día 30 de setiembre de 2013, “Nathan” optó por cometer suicidio. Pidió que le practicaran eutanasia y encontró indignos médicos que le aplicaron una inyección letal. ¿Qué motivó esta locura?

Antes de quitarse la vida, en entrevista a un periódico Verhelst dijo que había estado ansiosa por celebrar su “nuevo nacimiento” como hombre después de la operación, pero no le gustó la imagen que vio en el espejo. “Yo estaba disgustado conmigo mismo. Mi nuevo tórax no correspondía a mis expectativas y mi nuevo órgano sexual tiene síntomas de rechazo. Yo no quiero ser un monstruo”, declaró.

No podía esperarse otra cosa: los resultados de cirugías de pretendido cambio de sexo no corresponden a las expectativas de quien opta por esa práctica reprobable y antinatural; generan frustración, infelicidad, y por fin —en casi la mitad de los casos— desesperación seguida de intento de suicidio.

Tomen nota de esta conclusión, lobbistas LGBT y promotores y adeptos del “enfoque de género”: ella no es una fantasía perversa, tal como la ideología que ustedes propagan; es la cruda y estremecedora realidad de los hechos. Y, como decían los sabios clásicos (que son clásicos por ser sabios), contra facta non valent argumenta, “contra los hechos no valen los argumentos”: http://www.tradicionyaccion.org.pe

Las personas transexuales experimentan tasas extremadamente altas de conductas suicidas. Sin embargo, aunque la ideación suicida se considera un precursor importante de intento de suicidio, se ha prestado poca atención a esta problemática y al perfil sociodemográfico de este colectivo.  

Se recogió información sociodemográfica de 172 transexuales (58.7% mujeres transexuales, 41.3% hombres transexuales) de entre 18 y 61 años que acudieron a la Unidad de Trastornos de Identidad de Género del Complejo Hospitalario Carlos Haya.

 Los resultados revelan una tasa de ideación suicida del 61% y en el 56.2% de los casos la ideación suicida actuó como precursor de intentos de suicidio. Los pacientes con ideación suicida parecen presentar un amplio historial en salud mental, aunque menos ingresos psiquiátricos y un menor consumo de psicofármacos, pero no de cocaína y marihuana.

La ideología de género contraria a lo que muestra la biología, presenta la noción de la identidad de género como un concepto social y psicológico. Sin embargo, dicho concepto de género no está claramente definido y no existen pruebas científicas que corroboren la identidad de género como una propiedad biológicamente innata.

Como la biología lo ha demostrado, el sexo biológico, (es decir las categorías por las cuales clasificamos a toda persona como hombre o mujer) es un aspecto bien definido de la naturaleza humana.

La disforia sexual, es cuando un niño rechaza su cuerpo y de identifica con el sexo opuesto. Las causas que llevan a un niño a percibirse como del sexo opuesto y las posibles intervenciones terapéuticas muchas veces erráticas son basadas en ideologías más que en el bienestar del paciente.

Es un hecho que la mayoría de los niños que se identifican con un género que no corresponde a su sexo biológico logran superarlo con el tiempo y el tratamiento adecuado. Por eso, es alarmante que la educación sexual aliente procedimientos que en sí son muy peligrosos e irreversibles.

Gran cantidad de estudios han demostrado efectivamente que todos aquellos que son sometidos a cirugías de reasignación de sexo continúan sufriendo problemas mentales y físicos, por lo que tal intervención hormonal y quirúrgica no soluciona un problema más profundo.

Esa es la razón por la que cada vez más personas buscan dejar atrás su transexualidad, convirtiéndose en verdaderos sobrevivientes de una ideología mortal.

El sexo no es algo que se asigna al nacer.  Por el contrario, el sexo del bebe es algo que los padres reconocen incluso ya desde el vientre de la madre. Es algo que se impone biológicamente, ya que se encuentra inscrito en la misma estructura genética de la persona, por lo cual no se puede alterar de ninguna manera, ni con bloqueadores hormonales y posteriores tratamientos hormonales sintéticos, ni con operaciones que busquen maquillar el cuerpo de la persona de tal o cual manera.

Cuando se habla de género, no se puede afirmar que es definido socialmente, como si no tuviese ninguna conexión con el sexo biológico y fuese totalmente independiente de este.

La ideología presenta al género y la identidad de género como algo flexible y fluctuante, de tal manera que no son necesariamente binarios, como afirman varios grupos LGBT según los cuales hay 112 géneros posibles. Este es el fruto de ideologías propuestas por el feminismo radical marxista, al exponer las teorías pseudofilosóficas de Beauvoir, Firestone y Butler.

No hay rectificación de sexo con la cirugía, no se trata de ningún tipo de “rectificación de sexo” sino simplemente de una castración, esterilización, mutilación o privación de una verdadera función sexual que de suyo es perfectamente sana, el problema es de orden psicológico.

La creencia de una persona de que él o ella es algo que no es, constituye, en el mejor de los casos, un signo de pensamiento confuso. Cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal.

La transexualidad es un problema psicológico, ¿No será mejor afrontar el tema de la transexualidad no desde una perspectiva quirúrgica sino de una perspectiva psicológica?

Estamos ante un problema que es más competencia de los psicólogos y de los psiquiatras que de los cirujanos.

Aquí la pregunta clave es: ¿Qué es lo que fundamentalmente hace que alguien sea hombre o mujer? No son sus cromosomas, como comúnmente se cree, ni los roles que cumplan en la sociedad (como afirma la ideología), sino la función reproductiva en la propagación de la especie.

El fundamento más profundo de la distinción entre masculinidad y la feminidad es la distinción de las respectivas funciones reproductivas, es decir, en los mamíferos como en el caso de los humanos, la hembra gesta la prole y el macho fecunda a la hembra, así de simple. El macho es el que fecunda los óvulos que le proporciona la hembra.

Es una gran mentira cuando la ideología de género afirma que si un varón se comporta como mujer es señal de que está atrapado en “el cuerpo equivocado”. La única variable que sirve de base fundamental y universal para distinguir el sexo es la reproducción y no otros rasgos biológicos o de comportamiento. Cualquier otra cosa es ideología.

La teoría de género carece de un funcionamiento serio, ya que se basa en definitiva en la propia autopercepción, la cual puede estar de hecho gravemente afectada por traumas psicológicos y graves problemas de la percepción que requieren tratamientos psiquiátricos.

Parte del material utilizado en este artículo fue tomado del libro “Atrapado en el cuerpo equivocado” del Dr. Pablo Muñoz Iturrieta, libro que todos los padres de familia deberían de leer, para conocer el gran peligro en que están sus hijos con esta nefasta y perversa amenaza que es la ideología de género.