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Crónica de una elección robada

Por Iván Ballesteros Rojo/

Una conferencia de Cuauhtémoc Cárdenas sobre las elecciones 1988 en el marco del XX aniversario del CEE

El pasado 21 de octubre comenzaron los festejos por el XX aniversario del Instituto Federal Electoral. En un acertado ejercicio por parte de esa institución, en Hermosillo el Consejo Estatal Electoral ofreció mesas de análisis y reflexión en torno a la democracia mexicana, sus aciertos y horrores. La mesa que abrió la celebración era, sin duda, una de las más interesantes de los tres días marcados en el programa. El tema, escabroso: las elecciones a la presidencia de México en 1988. El invitado para dar la conferencia, uno de los personajes principales de aquel momento histórico: el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Agradeciendo a las autoridades y al CEE por la invitación, el ingeniero, líder moral del partido de “izquierda” PRD y una de las voces más sobrias de la política mexicana, comenzó su discurso sin muchos aspavientos. Con una breve semblanza histórica sobre lo que se vivía en el país por aquellos días, una dictadura de facto impuesta por el partido hegemónico, el PRI, que en ese momento tenía en el poder, hacia el final de su mandato, al presidente tricolor Miguel de la Madrid, mismo que pretendía pasar la estafeta al abanderado del partido, Carlos Salinas de Gortari. Don Cuauhtémoc fue entrando en el tema de fondo elegantemente, pero no sin dejar de señalar un hecho: la gran estafa que se había gestado en contra de la democracia mexicana en aquel momento.

Cárdenas Solórzano manifestó que por más que aquel tema sea tratado de manera subjetiva, a él le resulta un tema personal: el fraude cometido por los poderes del estado contra la ciudadanía. “En aquel momento los funcionarios faltaron en sus cargos. En una autorizada confirmación del robo del 6 de julio de 1988 (una biografía del expresidente publicada en Estados Unidos), Miguel de la Madrid, ese presidente pusilánime, explica el modus operandi del fraude”.

El entonces aspirante a la presidencia de México explicó, con lujo de detalles, cómo funcionó aquella noche la maquinaria del estado que terminaría por aplastar los resultados de la elección. Violencia, asesinatos y más de 19 millones de votos robados fueron tres de los aspectos más notorios. “No sólo fue la famosa caída del sistema, el sistema se calló pero de callar. Antes de que eso pasara las tendencias iban de la siguiente manera: el 34% de la elección favorecían al candidato del PAN. El 26 % al del PRI y el 40 % al del PRD.

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Durante su exposición el excandidato a la Presidencia de México en 1988, Cuauhtémoc Cárdenas.

Una de las preguntas que ha flotado durante 25 años en el aire es contestada por Cárdenas sin que todavía nadie la pregunte. ¿Por qué no se actuó de manera enérgica, si las mayorías estaban con él, en aquel momento? “Nadie propuso una revolución. La revolución no se da por las vías viscerales. Llamar a revelarse hubiera sido irresponsable y provocador ante aquel régimen. Tal vez se habría presentado un derramamiento de sangre que muy probablemente hubiera derivado en una dictadura más represiva. Una revolución se planea, se discuten los riesgos y los saldos que arrojaría un movimiento como ese. Quiero creer que ese momento sirvió a los mexicanos para que participaran de manera más dinámica en la democracia de su país y que finalmente llegara la alternancia al poder”.

En una nutrida dinámica de preguntas al conferencista, la primera estaba encaminada a conocer la opinión que el exjefe de gobierno del Distrito Federal tiene sobre las asignaturas más urgentes del IFE a 20 años de su creación.

“La principal asignatura es limpiar las elecciones del dinero sucio que entra en ella. Urge garantizar que ese dinero no llegue a los procesos electorales. También es necesaria una educación cívica que vendría de la mano de una elevación sostenida de los ingresos familiares. Otro aspecto es que se acabara con el corporativismo y el clientelismo. Se tendrían que revisar cuestiones como la segunda vuelta y la reelección de autoridades municipales”.

El fundador del PRD es actualmente uno de los críticos más fundamentados de la reforma energética presentada por el actual gobierno de Peña Nieto. En ese tenor se le cuestionó sobre dicha reforma y cuáles eran sus puntos débiles.

“En esa reforma lo único que se quiere hacer es suprimir tres palabras de dos artículos de la Carta Magna, el 27 y el 28, en los cuales se indican áreas estratégicas para la nación, como los hidrocarburos y la electricidad. Con la eliminación de la primera se permitiría contratos a particulares en materia de extracción de bienes como el petróleo. Del segundo se pretende eliminar las palabras petróleo y electricidad, para dejar de considerarlas como áreas estratégicas de la nación. Lo cual es inaceptable”.

Sobre las marchas y las manifestaciones que están asolando al Distrito Federal, el hijo del legendario presidente, Lázaro Cárdenas, estimó que son los medios los que hacen ver a las manifestaciones más agresivas de lo que realmente son. Que manifestarse en la vía pública no es un delito sino un derecho y en ocasiones, es el único medio que algunos sectores tienen para expresar sus inconformidades. La última pregunta que respondió el político fue ¿Si usted hubiera llegado al poder, si lo hubieran dejado, el país estaría diferente?

“Tengo que decir que sí, no me queda de otra (risas). Creo que sí porque este sistema neoliberal no ha logrado que la economía crezca y estamos estancados. Yo hubiera impulsado una política de crecimiento sostenido, impulsando sectores productivos como el campo y la industria. Hubiera apostado por la educación”.

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