Dardos | Revocación de Mandato: la telaraña de engaño

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

La consulta para la Revocación de Mandato planeada desde Palacio Nacional parece una compleja telaraña confeccionada para atrapar a una presa muy deseada: el Instituto Nacional Electoral.

“Al diablo con sus instituciones”, espetó hace 16 años quien hoy ocupa la Silla del Águila y parece que la amenaza se vuelve sentencia definitiva.

Pero vamos por partes, primero hay que establecer que la Revocación de Mandato, no es un mecanismo nuevo, lo han aplicado otros populistas como Hugo Chávez en Venezuela que lo tomó como bandera y lo uso para perpetuarse en el poder.

Como candidato López Obrador lo prometió, después como presidente cambió la Constitución para contemplarlo, el año pasado le aprobaron las reglas, después vino el estira y afloja por el presupuesto, y ahora siguió con la Promoción (incluso le aprobaron un “decretazo” para borrar la veda electoral). Este tema ha sido una pieza clave en su tablero político y es por dos razones:

De entrada, porque le permite seguir en campaña —sigue siendo el eterno candidato—, y segundo, porque le inyecta oxígeno a la golpeada imagen de su Gobierno. Actualmente la calificación de AMLO es de 58% (Encuesta Oraculus Febrero), otros presidentes a 38 meses en el cargo también tenían cifras similares, pero a partir de ahí viene la estrepitosa caída. Solo que recordar que el tabasqueño inició con una popularidad muy alta (arriba del 75%) y a estas alturas tras los escándalos de corrupción y falta de resultados, sumado al desgaste natural de gobernar.

Pero volviendo al ejercicio democrático del 10 de abril, algunos especialistas consideran que López Obrador ya tiene el resultado de su triunfo en un cajón del escritorio presidencial, solo le faltan los números. Y quizá sea muy cierto, pues no dudamos que el Gobierno Federal romperá un Record Guiness en la categoría de acarreo.

La Ley dice que para que sea vinculante, es decir que se Quite al Presidente. Debe tener una participación del 40% de la lista nominal, aproximadamente 36 millones de votos. Así que si el gobierno pretende pegarle a esa cifra, ya imaginará cuántos millones de pesos están dispuestos a mover y ni se diga los operativos de “call centers” para presionar. Bueno, eso lo menciono por es lo que pasa en otros países, no en México…

En ese sentido, todo apunta que mañosamente el ganador sería López Obrador: si participa poca gente, AMLO gana al hacerse la víctima del INE; si los gobernadores le hacen buen operativo de acarreo, también ganará y legitima el ejercicio. Es decir, las condiciones para aplicar este ejercicio no son lo suficientemente limpias.

SPOILER: En una segunda parte, revisaremos cómo andan los números de participación electoral ¿imposible sacarlo? y la polarización social lograda con la Revocación.