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De Primera Mano | Los diez gobernadores, “alianza” que equilibra el poder

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

 

A CASI DOS años de haber llegado a Palacio Nacional, “las mañaneras” del Presidente López Obrador comienzan a pesar negativamente en su imagen personal, a pesar de que él defienda esa estrategia y la califique como “la mejor manera de defenderse de sus adversarios”.

“Si no tuviera yo este ejercicio diario, los medios ya me hubieran tumbado”, se atrevió a decir hace unos días. Sin embargo, son tantas las contradicciones en las que cae, que el registro histórico de sus fallidas expresiones podrían hundirle en su minada ya, credibilidad.

Un simple botón de muestra, basta. Un día dijo que su gobierno será vigilante de las elecciones, para evitar las prácticas fraudulentas del pasado. Días después, se contradijo al asegurar que su gobierno no intervendrá para nada en los próximos comicios.

Pero así como estigmatiza a quienes considera sus adversarios, llamándolos “conservadores”, “fifís”, “prensa alquilada” o “pasquín inmundo”, así también podría él ganarse con suficiente mérito, que le llamemos no precisamente un liberal –como él cree serlo-, sino un “ultraconservador”.

Y así puede quedar para la historia. A esa misma a la que tanto le teme y en la que quiere que las nuevas generaciones lo veneren.

¿Por qué “ultraconservador”?

Por varias razones. Una de ellas, el querer colocarnos, no el pasado, sino en el antepasado. Constantemente insiste en redefinir la historia removiendo heridas del siglo XIX y XX, trayendo aquellas luchas fratricidas entre hermanos mexicanos y revivirlas en los tiempos actuales.

AMLO no habla del futuro. Siempre remueve el pasado en un constante afán de colocarse la vestimenta del Presidente Benito Juárez, de Francisco I. Madero y de Lázaro Cárdenas, sus grandes personajes de la historia.

Al Presidente se le detuvo el reloj de la historia. Por ello insiste en el desdén por las energías renovables y lo justifica asegurando su defensa de la Comisión Federal de Electricidad y PEMEX, “las empresas públicas, no las empresas privadas”. Es un moderno “echeverriato” de los años setentas.

López Obrador también es un “sofista”. Es decir, es un demagogo cuyas mentiras las repite constantemente (como lo hizo Lenin en la URSS y Goebbels en la Alemania de Hitler) buscando establecerlas como verdad.

“La cuatroté” –dice- es una transformación, un cambio de régimen que busca separar el poder político del poder económico y poner en práctica el pensamiento de que “por el bien de todos, primeros los pobres”.

En los hechos, ese cambio de régimen es un pase al comunismo, socialismo o populismo. Los tres significan lo mismo.

Sus programas asistenciales conllevan el propósito de empobrecer a la población, desaparecer la clase media, evitar que los mexicanos sean exitosos y, finalmente, que la inmensa mayoría de ciudadanos de este país dependan de las dádivas que les otorga la mano del Presidente.

Esa transformación conlleva el objetivo final de concentrar todo el poder político y económico en las manos del Presidente y si, luego de los comicios del venidero 2021, logra dominar de nuevo la Cámara de los Diputados, la promulgación de una nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, será “pan comido”.

Pero por supuesto, la nueva Carta Magna incluiría la posibilidad de mantenerse en el poder.

La dictadura, sería un hecho.

López Obrador, es un “sofista” porque la “cuatroté” es un sofisma. Una mentira que bajo sus argumentos quiere hacer aparecer como una verdad que conducirá a mayores niveles de bienestar al pueblo.

La única verdad y de manera muy contundente, es que el régimen que está poniendo en práctica el mandatario mexicano, ya ha sido vencido por la historia. Lo mostró con la caída del Muro de Berlín y la revolucionaria “Perestroika” de Gorvachov en la Rusia.

Sólo los latinoamericanos que continuamos envueltos en los “ismos”, seguimos debatiendo por la esclavitud que se ha implementado durante 60 años en Cuba y el desastre económico y moral de Venezuela.

Lo que indudablemente ocurrirá será el fracaso del nuevo régimen establecido por AMLO. Ya a estas alturas, a menos de dos años en el poder, los registros históricos en materia de economía nos están avisando del colapso que se avecina y dentro de poco tiempo.

La incapacidad para el manejo de la pandemia por Covid-19 (90 mil muertes en números oficiales no puede provocar ninguna sonrisa a nadie), el abandono a niños con cáncer, abandono en el sector Salud, la frialdad e indiferencia para retirar apoyos a grupos vulnerables y de creatividad en el país al pulverizar 109 fideicomisos, la tijera en los presupuestos estatales y, el repudio constante a los líderes empresariales y sociales, así como a los gobernantes que no piensan como él, han consolidado una férrea oposición a su régimen.

Por eso, el Presidente ha convertido cada “mañanera” en un moderno “coliseo”, desde donde lanza darnos envenenados buscando dos cosas: Escandalizar para desviar la atención de la agenda de verdadero interés para la gente y designar a sus adversarios como futuros responsables de su estrepitoso fracaso.

Al tiempo.

 

“Alianza Federalista”, una oposición que equilibra

 

NO EXISTE en el país ninguna fuerza más poderosa que la que se desprende de las instituciones de gobierno… De ahí la seriedad con la que debe tomarse el crecimiento de la confrontación del Presidente con diez gobernadores que han integrado la “Alianza Federalista” y que están dispuestos –según lo han anunciado esta semana- hasta romper con el Pacto Federal… Esta sí es una real oposición y centra su actitud en el mal trato que reciben desde Palacio Nacional, la centralización del poder y el recorte de recursos para la obra pública… ¿Pero, qué significa romper con el Pacto Federal?… ¿Qué cada entidad federativa se manejaría en forma independiente?.. ¿Que no llegaría a Hacienda Federal un solo cinco de lo recaudado de impuestos en cada uno de esos estados?… ¿Qué serían retiradas todas las fuerzas federales de cada una de esas regiones?… ¿Qué?… Y habría qué reconocer que el Presidente no sólo ha originado este escenario de confrontación, sino que abona a su crecimiento… Porque no oculta sus diferencias y le pega –por ejemplo- al gobernador de Chihuahua, Javier Corral y el conflicto en las presas de esa entidad, las evidentes diferencias con Enrique Alfaro, de Jalisco y sus inocultables señalamientos del pasado domingo al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca… Todavía AMLO se dio el lujo de retar a estos gobernadores, enviándoles el mensaje de que “si tuvieran espíritu democrático, le solicitarían la opinión al pueblo”… No pasaron ni cinco horas para que recibiera una contundente respuesta de Alfaro, de García y de Jaime Rodríguez, en Nuevo León, quienes anunciaron “tomarle la palabra” e implementar esas consultas, con resultados que todos podemos adivinar… Más allá de todos estos “rounds” de esgrima política, lo más trascendente es la gran de polarización en la que el Presidente ha hundido a la República y la solidez de una oposición que a diferencia de las populares y de otros organismos de la sociedad, sí cuentan con dinero para enfrentar las batallas… Y no habrá qué ir muy lejos para recordar que en los movimientos revolucionarios del México de inicios del siglo XX, la caída de los tiranos se dio en la construcción de un camino de la provincia, al centro.

 

¿Y la Gobernadora y los gobernadores del PRI?

 

PRIMERO, partamos de la base de que históricamente, el PRI no sabe ser oposición… Siempre busca ir sentado en el camión de quien conduce el poder… Y aún está sobre la mesa la duda de “posibles pactos ocultos” del actual dirigente nacional de ese partido, Alejandro “Alito” Moreno y el Presidente López Obrador… Salvo Miguel Riquelme, el mandatario coahuilense que tomó la decisión de aliarse con sus homólogos de la “Alianza Federalista”, el resto de mandatarios priístas ha decidido guardar silencio y hasta abrazar al Presidente… La evidencia más clara la dio hace unos días en la lectura de su tercer informe de gobierno, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, quien externó un gran reconocimiento a Andrés Manuel López Obrador… No podemos saber si este silencio y esta entrega forman parte de un plan preconcebido o si cada mandatario ha asumido esa actitud de manera autónoma… En el caso de Sonora, no es ninguna novedad que Claudia Pavlovich Arellano tomó una decisión a partir de su convicción de que a Sonora y a ella le pudiera ir mucho mejor siguiendo el camino de la institucionalidad… No ha pasado siquiera por su mente la idea de romper con el Pacto Federal… Así lo ha manifestado públicamente… En una entrevista para mi noticiario  “De Primera Mano” en “Primera Plana Digital” lo dejó establecido y hasta lo remarcó al decir “A mi, el Presidente sí me ha cumplido”… Esa “espléndida” relación se puso una vez más de manifiesto en la última visita presidencial, en Hermosillo, cuando López Obrador hizo referencia “lo bien que nos llevamos con Claudia”… Ahora, todo eso, habría ahora qué transportarlo a la realidad que vive el Estado: Recortes presupuestales que han limitado de manera importante la obra pública, la cancelación de un fondo minero, esencial para que varios presidentes municipales atendieran demandas populares, el retraso en algunas participaciones federales, la asignación de cero pesos al Fondo de Fortalecimiento para la seguridad pública de los municipios y, sobre todo, la ineficiencia en la estrategia federal contra la violencia exponencial que mantiene aterrorizados a los habitantes de varias regiones de la entidad.

 

¿Huelga general en Sonora?

 

ESTA SEMANA entrevisté a Jesús Padilla Zenteno, el concesionario del transporte público en Hermosillo y manifestó su voluntad de dialogar con la CTM buscando llegar a acuerdos que conjuren los emplazamientos a huelga que semiparalizarían al Estado a partir del próximo 10 de noviembre… Sin embargo, los dirigentes del sindicato de choferes del transporte urbano y líderes obreros ya no le creen a este empresario, porque aseguran que ha habido pláticas en las que se ha comprometido a cumplir con los términos del contrato colectivo de trabajo y simplemente no las cumple… Javier Villarreal Gámez, el secretario general cetemista, ha tenido qué soportar un alud de ataques en redes sociales y de críticas por parte de representantes de la iniciativa privada, porque consideran que sería criminal hacer paros laborales en un momento en que la economía está tan débil por efectos de la pandemia del Covid-19… Y Javier responde que la autoridad está obligada a hacer cumplir la Ley al concesionario que se niega a hacerlo… ¿Por qué el obrero está obligado a agacharse?… Es más que evidente que en este problema el gran reto es para los operadores políticos del Gobierno del Estado… Este problema laboral se une a varios más que han permanecido por años como parte de una agenda política pendiente de resolver, que nomás no encuentra salida… Lo mismo con los yaquis en el sur, que la contaminación del Río Sonora, tan sólo por poner dos botones de muestra… Finalmente, la historia se está escribiendo.

 

Difícil, la alianza PAN-PRI

 

HASTA AHORA quienes están trabajando para evitar a toda costa que se concrete una alianza PAN-PRI para buscar la gubernatura de Sonora en el 2021 están teniendo éxito… ¿A quién no conviene esta alianza porque sería mucho más competitiva en los comicios del 2021?… Evidentemente a MORENA y sus aliados… Pero entre estos últimos, no hablamos necesariamente de sus aliados orgánicos, como el PT o el Partido Verde… Podría haber fuerzas al interior del PRI, al interior del PAN (se habla del grupo “padrecista”, ya aliado con Alfonso Durazo) y a poderosas firmas de peso en la política de Sonora, que pudieran estar moviendo el tablero.