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Entonces, sí hay “influyentes” que ayudaron a conductor a huir a los EU

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EN ESTE mismo espacio escribimos horas después de que la Fiscalía de Justicia anunciara haber descubierto el automóvil con el que se atropelló a una mujer adulta y dos niños en Hermosillo el pasado 5 de marzo, que tarde o temprano se descubriría al autor, -que se mantenía oculto-, si es que no había alguna “razón de Estado” o influyente que desviara las investigaciones.

Al paso de los días, podríamos decir, que sí hay influyentismo en el caso. Eso significa que la sombra de la impunidad empieza a asomar su rostro.

Claudia Indira Contreras, titular de la Fiscalía, ha sido puntual al informar que no sólo se confirmó la información del automóvil participante en los hechos, sino que se había identificado plenamente al responsable y, además, que había huido a los Estados Unidos.

Los padres de Nathan Karim (algo así se llama el irresponsable autor del atropellamiento) una señora de apellido Esquer y un señor de apellido Meléndrez, citados por la autoridad, se han acogido al Código de Procedimientos Penales para el Estado de Sonora, en lo referente a negar datos sobre el paradero de su hijo, ante la relación familiar que los une.

Ella tiene 25 años laborando en la Defensoría de Oficio del Gobierno del Estado. Es decir, es abogada y, mínimo, sus ojos han revisado las líneas de los códigos.

El papá es hermano del pastor cristiano Julio Meléndez (así, sin la letra “r”, considerado en la familia como un error de dedo al momento del registro de nacimiento) superintendente de la Iglesia de Dios con representación nacional.

Aparte, en el Consejo Internacional de Iglesias Cristianas que regularmente se reúnen en una ciudad del este de los Estados Unidos, Meléndez cuenta con un asiento.

No sólo eso, la presunción de que los contactos y relaciones amistosas y políticas del pastor Julio, son conocidas por casi todas las 351 iglesias cristianas, que tan sólo están registradas en la capital del Estado de Sonora.

Aparte, el titular de la oficina de asesoría jurídica del gobernador Alfonso Durazo, -Gradiel Córdova Pimentel- declaró ayer a los reporteros que mientras alguna autoridad no le ordene separar de su cargo a la madre del joven prófugo de la justicia, ella continuará laborando y cobrando en la nómina estatal.

Luego entonces, hay tres caminos dibujados en este panorama. Uno, el estrictamente jurídico, al que están atenidos los padres y familiares del también acusado por la Fiscalía de haber cometido un homicidio culposo en grado de tentativa.

El segundo camino, es el de la moral. Y la moral Cristiana. Los valores de congruencia, honestidad, mesura y piedad, dentro de la inteligencia, le dicen al oído de los familiares que lo correcto sería que Nathan Karim, o como se llame, debería entregarse a la autoridad, admitir su responsabilidad y ver por los heridos en el percance. Así lavará en parte su conciencia.

El tercer camino es utilizar el tráfico de influencias. Conectados en el gobierno estatal, con buenos “contactos” que se interesan en quedar bien con algunas iglesias cristianas, estarían dispuestos a apostarle al olvido.

De todas formas, los miembros de la Iglesia de Dios están muy inquietos, porque saben que la actuación de sus guías no es el correcto.

Por parte del Gobierno del Estado, su obligación es hacer justicia. Si se le presenta la oportunidad, la aplicará. Podría ordenar una “ficha roja” para detener en cualquier lugar al prófugo.

Lo otro es tratar de arreglar las cosas buscando el acercamiento, la negociación, la política.

Lamentablemente vivimos en Sonora un tiempo en que no existe la operatividad política, porque simple y sencillamente no hay operadores políticos.

¿Qué sigue?

Alguno de los factores mencionados, se moverá.

De eso no hay duda.