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López Obrador, en la mira de las agencias antidrogas de EEUU

La DEA insiste en su gran cruzada del siglo XXI, el tráfico de fentanilo, potente opioide que se fabrica principalmente en México

Por Dr. Jorge Ballesteros

La tensión entre Estados Unidos y México se ha elevado desde el asesinato a principios de marzo de dos estadounidenses en el norte del país.

Algunas voces de la Administración de Joe Biden han sugerido que México debería hacer más en el combate al narcotráfico, mientras que legisladores de la oposición republicana han pedido declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas e intervenir militarmente en México, algo que ha descartado la Casa Blanca.

La política pública de combate al narcotráfico emprendida por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, de «abrazos no balazos», no solo ha causado estragos palpables en las calles de México, sino que es motivo de análisis y preocupación en el gobierno de Estados Unidos, la primera potencia del mundo y el principal socio comercial de México.

Por un lado, existe un deficiente control de precursores químicos en México, lo que permite fabricar drogas letales como el fentanilo y contrabandearlas a los Estados Unidos.

Y por otro lado, empresarios y comerciantes de China, que envían los elementos para la producción de drogas sintéticas, para evadir controles en este país, ahora han pasado algunos de sus laboratorios a India, y mandan a México los precursores vía África.

El secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken, señaló hace unos días, ante el comité del Senado que el consumo de fentanilo también “está matando a mexicanos” y que este es “un problema que va en aumento” en el país latinoamericano.

El titular de Exteriores explicó que ha analizado la posibilidad de declarar a los cárteles como organizaciones terroristas, pero opinó que ello no daría a su Gobierno “nuevas herramientas” para combatirlos.

La DEA insiste en su gran cruzada del siglo XXI, el tráfico de fentanilo, potente opioide que se fabrica principalmente en México. En una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, la directora de la agencia antidrogas de aquel país, Anne Milgram, ha señalado al vecino del sur por no hacer lo suficiente para detener el trasiego. Milgram ha pedido al Gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que “haga más” por detener la fabricación y el tráfico del opioide.

“Este caso debería enviar un mensaje claro a cualquier líder extranjero que abusa corruptamente de su poder para apoyar a los cárteles de la droga. Si toma dinero de drogas para su elección, si acepta sobornos de cárteles de la droga, si trafica con drogas mortales, si protege a los cárteles criminales de la droga, si permite que la violencia y el asesinato florezcan a manos de los cárteles, entonces la DEA no se detendrá ante nada para hacerle responsable de sus crímenes. Si cree que puede esconderse detrás del poder de su posición, está equivocado”, fue el durísimo mensaje el pasado 24 de mayo de la titular de la Drug Enforcement Administration (DEA), Anne Milgram, en clara y abierta referencia a los vínculos públicos y a la complicidad y consentimiento de López Obrador para con el crimen organizado mexicano y su brazo más poderoso: el narcotráfico.

El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los EE. UU.

Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína. Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las drogas se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y peligrosas.

La respuesta de López Obrador, como siempre simplista, insuficiente, denota una gran ignorancia del problema por su falta de información, que al igual que toda su política, solo trata de salir del paso para callar la boca de sus detractores, simulando atacar el problema, poniendo solo parches.

Su ocurrencia fue: “Voy a pedir a médicos y científicos mexicanos que analicen la posibilidad de que podamos sustituir el fentanilo con fines médicos por otros analgésicos para dejar de usarlo”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa del pasado miércoles. “Hay que ver esa posibilidad”, agregó.

Su propuesta ha despertado un fuerte debate sobre los alcances y la eficacia de esa medida en el combate a la adicción a los opioides que golpea a la región, especialmente a Estados Unidos. “No va por ahí”, resume Raúl Martín del Campo, director adscrito en el Instituto Nacional de Psiquiatría y antiguo miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de Naciones Unidas. “La intención del presidente no es mala, pero no sé si lo asesoraron mal o si se confundió porque el problema es complejo”, agrega el especialista.

La lógica presidencial es que prohibiendo la sustancia médica ya no se tendría que importar legalmente y se resolvería el problema del uso ilegal. Cuando en realidad el uso médico no tiene nada que ver con el recreativo.

López Obrador no considera que con su idea les quitaría opciones a mexicanos con cáncer, a millones que viven con dolor crónico y pacientes terminales que reciben cuidados paliativos y de soporte.

El uso médico del fentanilo está bien regulado y vigilado en México, igual que los demás estupefacientes incluidos en la fracción 1 de medicamentos —como metadona, fentanilo, morfina, oxicodona o codeína—, que precisamente por la excesiva vigilancia sanitaria vienen escaseando desde hace meses en el país.

Sí es delicado que el mandatario del país plantee la desaparición del fentanilo médico, y más aún que lo secunde la titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Alvarez-Buylla, quien dijo que ella coordinará esos esfuerzos con todo empeño.

El fentanilo puede ser hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Estados Unidos se ha llenado de consumidores de esta sustancia adictiva. las muertes por sobredosis de fentanilo dominan sobre cualquier otra droga, y las estimaciones más conservadoras dicen que 200 estadounidenses fallecen cada día por consumirlo.

El especialista señala que el fentanilo, del cual sus componentes primarios provienen de China, se produce cada vez más en México por la rentabilidad de esta droga; debido a que su producción no está sujeta a ciclos agrícolas, no requiere grandes porciones de tierra, es más fácil de ocultar (al realizarse en laboratorios) y una distribución más discreta.

Proponen incluir detección de fentanilo en pruebas toxicológicas

• Debe considerarse un opioide de acción prolongada, aseguró Carlos A. Galicia Galicia

• Es de 50 a 100 veces más potente que la morfina, suprime la respiración lo que puede causar daños cerebrales, estado de coma o la muerte, indicó

En México no hay forma de detectar la presencia de fentanilo en pruebas de drogas o antidoping; el único sistema que existe actualmente en Estados Unidos son tiras reactivas, las cuales permiten identificar si un producto está contaminado con la sustancia, comentó en la UNAM el asesor en salud mental y trastorno por uso de sustancias, del Consejo Consultivo de Nuevo León, Carlos A. Galicia.

El especialista en conductas adictivas y movilización social ofreció la charla “Fentanilo, de lo molecular a lo social”, en el Seminario Internacional sobre Neurociencias y Adicciones organizado por el Laboratorio de Cannabinoides de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, dirigido por Óscar Próspero García.

“El fentanilo debe incluirse en todas las pruebas de toxicología de drogas, los reactivos que existen en este momento en el mercado para hacer antidoping no incluyen el fentanilo y, por supuesto, se encarecerían porque necesitarían una serie de reactivos que son bastante costosos”, aseguró.

Agregó que a lo anterior se suma que los análogos del fentanilo no se identifican fácilmente porque requieren pruebas toxicológicas especializadas, por ejemplo, el carfentanil es 10 mil veces más fuerte que la morfina y se suele utilizar en elefantes africanos.

Destacó que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, registró el incremento de fallecimientos por sobredosis de fentanilo año con año, así como 91 mil 238 muertes en 2021 por sobredosis de ese opioide.

En EUA se estima que en México hay un subregistro, porque oficialmente solo se tienen reportados cinco casos, cuando ellos han perdido a más de 91 mil personas por esta causa, detalló el también consultor de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC).

La UNODC refiere que en 2017 fallecieron 53 millones de personas en el orbe por el uso de opioides con fines no médicos, lo que representó 1.1 por ciento de la población mundial de 15 a 65 años.

Potente opioide

Para entender la dimensión del fentanilo, abundó, imaginen un grano de arroz y pártanlo en cinco porciones, la dosis letal es del tamaño de una de ellas, su potencia es gigantesca. A esto hay que sumar que existen análogos que no sabemos qué contienen, porque son fabricados en laboratorios clandestinos y solo quienes los elaboraron saben el tipo de precursores que usaron.

Galicia Galicia recordó que según un estudio de Angélica Ospina, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, sobre el consumo de drogas en la frontera norte, una gran cantidad de mujeres son usuarias de fentanilo en México, principalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua; San Luis Río Colorado, Sonora; y Tijuana, Baja California.

El problema es que el fentanilo no farmacéutico se fabrica ilegalmente y a menudo se combina, en forma de polvo o líquido, con drogas ilícitas (cocaína, metanfetamina y heroína).

Al igual que sus derivados activan mecanismos que provocan euforia asociada al “viaje”, además de alivio del dolor que rápidamente genera dependencia, suprime la respiración o el reflejo respiratorio, lo que puede causar daños cerebrales, estado de coma o la muerte, además de sensación de calor y estreñimiento.

Otros efectos secundarios son la depresión, cambios en el comportamiento que incluyen episodios de llanto, ansiedad e irritabilidad, ideas de suicidio y alucinaciones; boca seca, trastornos en la memoria a corto, mediano y largo plazos; variaciones y descenso en el ritmo cardiaco, contracción pupilar, infecciones renales y urinarias, así como depresión respiratoria.

Al igual que con otros opioides, destacó el psiquiatra, la sobredosis de puede causar pupilas pequeñas en forma de puntitos, asfixia o gorgoteo, piel fría y/o húmeda, y pérdida de consciencia.

Actualmente, para tratar a los pacientes con sobredosis de fentanilos, se aplica con éxito la abstinencia precipitada. De esta manera los médicos controlan los síntomas.

° En México el cultivo de amapola y la producción de heroína han caído, pero desde 2019 ha aumentado la generación de fentanilo, según la DEA estadounidense.

° Después de que entre 2017 y 2019 se suavizara la grave crisis de sobredosis en EEUU, a comienzos de 2021 se dio un nuevo récord de muertes registradas en el último año.

° Los carteles están elaborando una heroína más pura y poderosa, antes solo disponible en Asia, y su mezcla con productos sintéticos puede derivar en fatales sobredosis.

El fentanilo fabricado ilícitamente (IMF, por sus siglas en inglés) se encuentra disponible en el mercado de drogas en diferentes formas, entre ellas como líquido y como polvo.

El fentanilo en polvo tiene la apariencia de muchas otras drogas. Con frecuencia se mezcla con drogas como heroína, cocaína y metanfetaminas, y se les da la forma de pastillas que se parecen a otros opioides recetados. Las drogas mezcladas con fentanilo son extremadamente peligrosas, y es posible que muchas personas no sepan que sus drogas lo contienen.

En su forma líquida, el fentanilo fabricado ilícitamente se puede encontrar como aerosol nasal, gotas para los ojos o aplicado en gotas en papel o en golosinas pequeñas. Las drogas ilícitas no vienen con una lista de ingredientes. Muchas contienen dosis mortales de fentanilo

LOS NOMBRES CALLEJEROS DEL FENTANILO FABRICADO ILÍCITAMENTE INCLUYEN:

Apache

Dance Fever

Friend

Goodfellas

Jackpot

Murder 8

Tango & Cash

El fentanilo y las sobredosis

El fentanilo y otros opioides sintéticos son las drogas más frecuentemente involucradas en las muertes por sobredosis. Puede ser mortal hasta en pequeñas dosis. Más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo.

Las drogas podrían contener niveles mortales de fentanilo, y no se puede ver, percibir su sabor ni percibir su olor. Es casi imposible saber si las drogas fueron mezcladas con fentanilo, a menos que analice sus drogas con tiras de prueba de fentanilo.

Signos de sobredosis

El reconocimiento de los signos de una sobredosis por opioides puede salvar una vida. Estas son algunas de las cosas que se deben observar:

Pupilas pequeñas, contraídas, como de punta de alfiler

Quedarse dormido o perder el conocimiento

Respiración lenta, débil o sin respiración

Sonidos de atragantamiento o gorjeos

Cuerpo flácido

Piel fría o húmeda y pegajosa

Manchas en la piel (especialmente en los labios y las uñas)

Qué hacer si cree que alguien tiene una sobredosis

Podría ser difícil saber si una persona está drogada o tiene una sobredosis. Si no está seguro, trátela como si tuviera una sobredosis; podría salvar una vida.

 Llame al 911 de inmediato.

 Administre naloxona, si la hay disponible.

 Trate de mantener a la persona despierta y respirando.

 Coloque a la persona de costado para evitar que se asfixie.

 Quédese con la persona hasta que llegue el personal de asistencia en emergencias.

*La mayoría de los estados tienen leyes que podrían proteger contra problemas legales a una persona que tiene una sobredosis o a la persona que llamó para pedir ayuda.

** La naloxona es un medicamento que puede revertir los efectos de una sobredosis de opioides y salvar vidas. Está disponible en la mayoría de los estados y se puede comprar en una farmacia local, y en la mayoría de los estados no se requiere una receta.