No podemos estirar más la liga: Heriberto Grijalva, rector de la Unison

Por Rigo Gutiérrez e Imanol Caneyada/

Entrar al campus Hermosillo de la Universidad de Sonora es como encontrar un pequeño mundo aparte de la cotidianeidad citadina, salpicado por el vaivén de inquietos estudiantes con mochila a espalda, abrazando bultos de papeles. Con bancas inundadas de cuadernos y sonrisas. Con los emblemáticos arcos del edificio de rectoría y sus escaleras, donde convergen jóvenes en tertulias y debates. Precisamente este edificio, alberga la oficina del rector Heriberto Grijalva Monteverde, quien ya se encuentra en su segundo periodo al frente de la institución.

En entrevista, Grijalva Monteverde habló sobre los retos que enfrenta la Unison, los logros académicos, el crecimiento en las regiones sur y norte, además de la relación con los sindicatos de maestros (STAUS) y de empleados (STEUS). También reveló el déficit presupuestal con el que trabajan y adelantó la posibilidad de recortes de recursos especiales que enviaba el Gobierno federal.

Camina ya sobre el segundo periodo al frente de la Universidad (2013-2017), nos podría platicar cuál es su balance, de estos casi cinco años en el cargo y los retos.

Pareciera que no hiciéramos nada, como que estoy viendo lo que falta en lugar de lo que se ha hecho; quiero aclarar que en los primeros cuatro años hicimos mucho, el haber obtenido el premio ANUIES y ser la primera universidad en refrendar este premio, en este caso en 2012, en lo que toca al fortalecimiento de la calidad. La universidad no es la misma, es más cercana a la sociedad, tiene mejor imagen,  todavía está el aspecto laboral que es en donde ha tenido sus principales desencuentros, pero en general es una institución bien vista, hemos mejorado mucho los indicadores: el personal con grado de doctor, la infraestructura en bibliotecas, laboratorios de cómputo, pero eso no basta, hay que pasar a indicadores de otro nivel; tenemos nuestros programas acreditados en nivel uno, y está bien, estamos contentos, pero ¿cuál es el nivel de nuestros egresados? ¿Cuáles son nuestros números de trayectorias escolares? ¿Cuántos desertan en el primer año? Esos son los problemas que nos atañen y que hemos logrado que mejoren. En el examen de admisión ya hay un mínimo, ya restringimos las opciones, a diferencia de antes que según el puntaje entraban a una carrera para la que no tenían vocación. Eso mejoró, hay un mínimo de calidad. Esos son los retos que tenemos ahora. Pero creo que avanzamos en muchas cosas, crecimos en presupuesto, contrario de lo que se piensa; la matrícula creció de 22 mil estudiantes a 30 mil, un aumento del 30%, si bien el presupuesto lo hizo en un 15 o 16%. ¿Qué hicimos? Tomar medidas para racionalizar el gasto y poder ofrecer una educación de calidad. Para que se den una idea de lo que hemos crecido, en estos últimos cinco años, el aumento de matrícula equivale a la mitad de toda la matriculación del Tecnológico de Sonora, la segunda institución más importante, y es casi como haber creado una UES, prácticamente con el mismo presupuesto. A lo mejor no se ve, pero son oportunidades educativas con calidad que estamos creando para los sonorenses.

¿Ya no se concentra todo en Hermosillo?

 Tenemos modelos de desarrollo regional; en Cajeme no está cualquier carrera, están las del área de la salud, porque Cajeme tiene una infraestructura hospitalaria muy importante, es sede del Noroeste del Seguro Social, es hospital de III nivel, tiene todas las especialidades existentes en México. Por eso abrimos el área de la salud. En el caso de Comercio Internacional, lo hicimos en Nogales.

Hay aspectos que se han dicho acerca del trabajo de la Universidad, hay quienes opinan que se ha desligado de la sociedad y sus problemáticas; ¿cuál es el trabajo de vinculación con la sociedad que hace la Unison?

Son problemas de apreciación. Casi no hay proyecto importante en este estado en el que no esté presente la Universidad; a lo mejor nos ha faltado divulgarlo más, tal vez porque no tenemos suficientes recursos para publicitarlo. En el periodo pasado desarrollamos un eje de vinculación en el que la comunidad universitaria colaboraba con el exterior y viceversa. Todos los planes de estudio tienen una parte de su crédito que tienen que ver con las prácticas profesionales. También nos vinculamos con el exterior a través del servicio social, más de dos mil jóvenes todos los años participan en el servicio social, el cual, hemos trasformado para evitar que sea en oficinas de gobierno nada más y hemos fomentado el servicio social comunitario; nuestros nutriólogos, enfermeras recorren los pueblos de Sonora; no hay medicina en los pueblos de Sonora sin la Universidad, lo que pasa que eso no sale en los medios. Nos vinculamos día a día con la comunidad a través de la cultura y el arte, no hay cartelera cultural en la que la mitad de los eventos no sea de la Universidad y el 80% de la otra mitad, con artistas egresados de la Universidad. Tenemos que vincularnos más, es de los retos que tenemos importantes.

¿Se puede considerar a la universidad como un semillero de patentes, de investigación aplicada? ¿Qué es lo que se ha trabajado en ese aspecto?

Toda la investigación es importante. Toda investigación es finalmente aplicada. La universidad ha desarrollado mucho la investigación básica, ahora se ha preocupado por tender a la investigación aplicada. La otra parte, la del desarrollo tecnológico, ya hemos empezado y estamos siendo exitosos; tenemos en proceso alrededor de 10 patentes, y en el número de solicitudes de patentes somos novenos en todo el país. Mira, en los países desarrollados la investigación básica está al cargo de las universidades y las empresas tienen áreas de investigación que llevan a la práctica la investigación básica; aquí nos invadimos terreno, no está muy claro. Nosotros tenemos que educar a 30 mil jóvenes, la investigación es una forma de educar no es un fin de la universidad. De aquí han salido excelentes egresados que están compitiendo en el terreno de la investigación en muchas partes del mundo.

En otro orden de ideas: ¿qué tanto aguanta la liga en este cotidiano estira y afloja entre rectoría y sindicatos?

Creo que hay que cambiar los paradigmas, no puede ser que la universidad dé más de lo que le autorizan, ya se llegó al límite. El año pasado, el 96% del subsidio se fue a nómina. Todo lo que tiene que ver con mantenimiento en aulas, etcétera, lo concursamos. Pero ahora viene otro problema, el año que viene se está planteando el recorte a algunos programas, como el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional, es del Gobierno federal, y a nosotros nos ha ido muy bien con ese tipo de apoyos, pero si se cae, estaremos en problemas, no se puede estirar más la liga; cierto que buscamos avanzar en las condiciones laborales de los trabajadores universitarios, pero hay que decir que son muy buenas sus condiciones. Casi dos meses de vacaciones al año, una prima vacacional de quince días, un aguinaldo de 50 días, también hay que subrayar estas prestaciones, y también cuál es nuestra razón de ser, y nuestra razón de ser es formar a los jóvenes, tenemos que estar conscientes de eso como maestros, como sindicalizados; la sociedad cada vez se molesta más cuando la universidad para. Tenemos que trabajar esa parte, tenemos que ver cómo optimizamos el recurso para que mejoren las condiciones de nuestros  trabajadores, pero no puede ser que la principal preocupación de la universidad sea la nómina.

¿Ya tiene prevista la universidad la petición que año con año hace al Congreso?

Nosotros esperamos cerrar con 850 millones de pesos, esa es la petición; el problema es que el Ejecutivo y el Congreso lo calculan con base al presupuesto anterior. El año pasado cerramos con 800 millones de pesos y nos dieron un presupuesto de 760 millones de pesos, eso no es lógico. Cada vez nos falta más. Esperemos que nos escuchen, damos nuestros argumentos a la Comisión de Educación del Congreso, vamos a tener una reunión con el secretario de Hacienda, estamos haciendo nuestro trabajo, una, para salir este año, porque tenemos un déficit importante, el estado o la federación debe igualarnos. Tenemos un déficit de alrededor de 50 millones de pesos.

¿Cuál es el panorama para el año que viene entonces?

Soy optimista, todos los años debo ser optimista; además, tengo que reconocer que el Gobierno del estado, batallando como todos, ha respondido a las necesidades de la universidad. Todos los años ha realizado las ampliaciones presupuestales necesarias, como ahora que se acerca el aguinaldo y son cerca de cien millones de pesos para un mundo laboral de cinco mil personas. La perspectiva es que mejore la propuesta de presupuesto.