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Nobleza obliga, amiga Natalia

Por Feliciano J. Espriella/

La apoyé una y mil veces como amiga y como colega. Sin embargo, en la pasada contienda electoral, fui uno de las decenas de periodista que criticó a su hijo como candidato a la presidencia municipal de Hermosillo

Conozco a Natalia Vidales desde hace varias décadas, mucho tiempo antes de mi ingreso al periodismo. La consideré desde siempre como una buena amiga y así la he tratado tanto de manera personal como profesional.

En mis 20 años en esta actividad he escrito cualquier cantidad de notas en apoyo a sus inquietudes. Recuerdo que en mis inicios, hará cerca de veinte años, la apoyé sin cortapisas en un proyecto que inició y encabezó de nombre «Basta Ya», el cual pretendía convertirse en contrapeso a los abusos de autoridad de gobernantes y cuerpos policiacos.

La apoyé también cuando a veces se ha erigido como cabeza de alguna organización, especialmente con connotaciones de género.

Estuve en el lanzamiento de su revista así como en varios de los aniversarios e invariablemente le dediqué un comentario elogioso en cada una de las ocasiones.

Busqué entre mis archivos algunas notas al respecto. Nada más en el año 2009, encontré tres publicaciones de apoyo para Natalia en este semanario. Las transcribo:

Edición 1957: 13 de marzo de 2009:

«Cuando todo parecía indicar que al polémico asunto del impuesto a la tenencia de automóviles (reconocido como inconstitucional desde su implementación hace 4 lustros y supuestamente por un año) sería derogado en un inusual acto de justicia al pueblo mexicano, los legisladores le dieron reversa.

Me llegó un correo de la colega y buena amiga Natalia Vidales invitando a que exijamos al presidente Felipe Calderón que cumpla con su promesa de campaña de derogar este impuesto. Eso se le ha dicho en infinidad de ocasiones y se ha publicado en muchísimas más, pero los políticos ven y oyen (jamás escuchan) sólo lo que les conviene.»

Curiosamente su hijo, como diputado de la LIIX Legislatura del Congreso Local, unos años después votó a favor de reactivar en Sonora dicho impuesto. Aunque fue con tasa cero, él fue uno de los que lo revivió.

Edición 1982: 9 de septiembre de 2009:

«Seguramente para cuando esta edición entre en circulación ya se conocerán todos o la mayoría de quiénes habrán de acompañar a Guillermo Padrés en la ardua labor de sacar al buey de la barranca, aunque como suele suceder no faltará quien intente hundirlo más. Nunca he intentado hacerla de politólogo ni voy a empezar ahora. No tengo por lo tanto la menor idea de quiénes designará el todavía el pasado martes gobernador impugnado, pero sí me dio mucho gusto el escuchar los nombres de gente a la que conozco bien. Entre ellos Natalia Vidales, a quién se le concedían posibilidades de ocupar la dirección del Instituto Sonorense de la Mujer (ISM) y, en mi opinión, sería una acertadísima decisión.

El puesto le quedaría a Natalia como anillo al dedo y viceversa….»

Edición 1984: 25 de septiembre de 2009

«Durante varios años he visto (y no estoy hablando en sentido figurado) cómo Natalia Vidales se ha pronunciado públicamente a favor de cualquier cantidad de mujeres en sus aspiraciones por alcanzar algún puesto de importancia. Y lo ha hecho en todos los foros en los que ha podido, utilizando en este tenor sus propios espacios y abriendo una buena cantidad de otros en diversos medios de comunicación».

Mas adelanté agregué:

«Olga Armida Grijalva, María Elena Carrera, Hilda Benítez, Alma Vucovich y Leticia Bojórquez, son algunos de los nombres de conocidas mujeres sonorenses que recibieron apoyo total e incondicional de Natalia Vidales en Alguna ocasión. Hilda Benítez acaba de conseguir la presidencia del Consejo Estatal Electoral y las demás aunque de momento no ubico dónde se desempeñan, si sé que su voz y sus opiniones tienen bastante peso en el ánimo de quienes toman las decisiones importantes en el estado. Sin embargo, han estado muy calladitas en los últimos tiempos, cuando pudieron alzar la voz y pronunciarse para apoyar (ya no por cuestiones de género sino por un elemental sentimiento de gratitud) la designación de Natalia Vidales para la dirección del Instituto Sonorense de la Mujer (ISM), posición para la que se le ha mencionado insistentemente desde el triunfo de Guillermo Padrés».

La apoyé una y mil veces como amiga y como colega. Sin embargo, en la pasada contienda electoral, fui uno de las decenas de periodista que criticó a su hijo como candidato a la presidencia municipal de Hermosillo.

No le consideré que tenía patas para caballo y punto. No lo ofendí ni me referí a él con alguno de los peyorativos apodos que le endilgaron algunos colegas. Sólo critiqué a quien consideré un mal candidato y a quien no le debo ni el saludo.

El pasado martes, Natalia Vidales interrumpió descortésmente una charla que sostenía con el colega Javier Villegas y me ignoró olímpicamente. Al retirarse soltó una frase peyorativa para los periodistas sonorenses.

Amiga Natalia, las groserías sólo degradan y exhiben la calidad moral de quién las hace, no de quién las recibe y te recuerdo que respirar por las heridas nunca ha sido una buena manera de asimilar las derrotas.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.