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Nueve bebés sonorenses, víctimas del horror

Por Rigo Gutiérrez E./

Los crecientes casos violencia intrafamiliar e infanticidios en Sonora, tienen raíces entre otros factores, en la falta de comunicación en las familias actuales y el nulo compromiso legal y moral de los padres con los hijos; el Subprocurador del menor en Hermosillo pone en contexto la problemática

Casi era media noche del domingo, Juan Pérez entró a prisa a una clínica de Hermosillo cargando en brazos a su hijo de dos meses. Los médicos advirtieron la ausencia de signos vitales en el paciente. Los ojos del bebé se habían cerrado horas antes al recibir un violento impacto en su cabeza.

Juan Ricardo Pérez Paz
Juan Pérez Paz, es señalado como presunto responsable de la muerte de su hijo de dos meses.

Pérez Paz, de 26 años y con largo historial delictivo, explicó a la Policía que dejó a su bebé dormido mientras se bañaba. Al salir, no vio respuesta en el menor y lo sacudió para reanimarlo. En algún momento cayó de la cama, argumentó. El frágil cuerpo del pequeño tenía diversos hematomas, reportó la autoridad.

El presunto agresor pasaba un momento de euforia o un ataque de ansiedad, efecto de la metanfetamina, sustancia encontrada en el examen toxicológico practicado por la Policía Estatal Investigadora.

Se trata del noveno infanticidio que registra en Sonora. La novena vida marchita a manos de un familiar.

Para Miguel Ángel Encinas, Subprocurador de la Defensa del Menor en Hermosillo, los problemas de alto impacto como infanticidios o los crecientes casos de violencia intrafamiliar tienen profundas raíces en un desgaste en las familias actuales. Los nulos canales de comunicación. La falta de responsabilidad legal, pero aún más, no existe compromiso un moral de los padres con los hijos.

Para que nos ponga en perspectiva sobre la violencia intrafamiliar en Hermosillo, según sus informes ¿cuál es la evaluación que tiene la autoridad municipal de la problemática?

Nosotros como DIF municipal contamos con la responsabilidad de atender la ciudad de Hermosillo y sus comisarías, comunidades y delegaciones. Para ello contamos con esta unidad la Subprocuraduría de la Defensa del Menor y la Familia y aparte contamos con otra unidad en Poblado Miguel Alemán. Son dos unidades que se encargan de atender de manera estrategia asuntos como violencia intrafamiliar y conflictos, a pesar de que no lleguen a ser problema de violencia.

Además contamos con un Centro de Apoyo Psicológico Familiar en la Colonia Olivares; ahí damos tratamiento e impartimos talleres a los pacientes que recibimos.

La función de nosotros es atender el problema de fondo para dar seguimiento idóneo para resolver, pensaríamos que una sanción penal puede ser una solución del problema pero no, no es el objetivo principal. Primero tratamos ―si se puede― buscar una solución, si no, tomamos las medidas cautelares, dando aviso al Ministerio Público dependiendo de la gravedad del asunto.

En el 2012 en lo que respecta a DIF Hermosillo, específicamente de violencia intrafamiliar, se recibieron 791 denuncias sobre situaciones de maltrato. De los cuales el 56 por ciento corresponde a la ciudad de Hermosillo y el 44 por ciento al Poblado Miguel Alemán, corroborando el semáforo delictivo de la Secretaría de Seguridad Pública, que establece siempre al Poblado como foco rojo en delitos sicosociales.

Para entender el alcance de este tipo de violencia, ¿cuáles son las clasificaciones que hay y en qué momento interviene el DIF Municipal?

Antes que nada, como se trata de una conducta que pude ser tipificada como delito, nos enfocamos inicialmente a lo que establece el Código Penal: violencia intrafamiliar es cualquier acción u omisión que va dirigida a dominar, someter, agredir, física, sicológica, verbal, patrimonial o sexualmente a una persona integrante de una familia. Esos son los tipos de violencia que se atienden ante un Ministerio Público.

Pero entendiendo que la problemática puede ser más amplia, nos damos a la tarea de trabajar más integralmente y contemplamos algunos tipos de violencia como negligencia, omisión de cuidado y abandono.

Una omisión de cuidado, por ejemplo, puede ir desde no darle de comida a un hijo hasta no llevarlo a la escuela, si bien eso pareciera no ser un delito (no lo es), nosotros lo vemos como un ilícito que va enfocado a una desatención al menor.

Si nos pudiera abundar sobre los procedimientos que se sigue el DIF, para determinar qué casos atender ¿cómo funciona?

Hay una teoría que establece ¿cómo podemos disminuir los índices delictivos? Primero, hay que contar con una Ley reforzada y definida, frente a los problemas. También tener instituciones fuertes. Pero especialmente debemos trabajar en lo referente a la ideología de quien da el servicio y quien lo recibe, porque nosotros trabajamos en base a denuncias anónimas.

El reglamento de Atención a la violencia intrafamiliar, dice que como DIF debemos tener un mecanismo de denuncias anónima para promover la cultura de la denuncia. Mi intención es estar en todos los lugares donde existen problemas, pero como no podemos estar tocando puertas, tenemos que buscar que la gente sea sensible para reportar los casos.

El proceso inicia cuando se pone la denuncia. Nosotros pasamos al departamento de trabajo social e investigan los hechos en el lugar donde están pasando. Primero visitando domicilios aledaños, los vecinos ―con el compromiso de proteger el anonimato―, cuestionamos si en ese domicilio existe alcoholismo, drogadicción, violencia, si dejan a los niños solos, vamos a las escuelas, hacemos una investigación previa del entorno social. Una vez que tenemos corroborado hacemos una visita directa y entregamos un citatorio para que la persona venga a presentarse para tratar de encontrar una solución que la finalidad es modificar la atención a los niños.

Esto es en el caso de denuncias anónimas, pero mencionaba también las que se generan ante Ministerio Público ¿Qué pasa en esos casos?

Miguel Encinas
Durante 2012 se presentaron 791 denuncias por maltrato a niños: Miguel Ángel Encinas, Subprocurador de la Defensa del Menor en Hermosillo.

La ley nos dice que la denuncia puede ser anónima o personalizada (casi nadie lo pide porque no quieren que se sepa del denunciante), pero hay casos que por su gravedad merecen ser presentados ante la Agencia del MP, en esos casos si viene uno de los tutores estableciendo una situación que merece denunciarse como delito se canaliza a quien viene ejerciendo la patria potestad, para presentar la denuncia.

En el caso específico de la investigación nuestra, si encontramos delitos corroborados, nosotros mismos y en mi calidad de Subprocurador firmo la denuncia correspondiente ante la AMP porque los delitos que se tratan de menores se investigan oficiosamente, y cualquier persona está obligada a denunciar, dice el Código Penal que cualquier persona que conozca de un delito, tiene que denunciarlo ante el MP.

Una vez que se establece la denuncia formalmente ante la Subprocuraduría, ¿Qué tipo de atención reciben las víctimas?

Contamos con el área jurídica y de trabajo social, que se encarga de las gestiones jurídicas, pensiones alimenticias, ayuda para menores que no estén registrados, cumplimiento de obligaciones.

Como en todos los casos el problema deriva de una situación emocional, ese vínculo roto entre familiares, contamos con un departamento de sicología, que es el Centro de Apoyo Psicológico Familiar en la Colonia Olivares. Tenemos 10 psicólogos encargados de brindar atención a las víctimas para reforzar y resolver las problemáticas; en muchos de los casos se canaliza a los menores y a los papás y las mamás, porque reitero, los problemas que atendemos se canalizan para modificar esa situación. En el proceso habrá una trabajadora que los visitará al domicilio.

Damos un aproximado de 500 sesiones terapéuticas mensuales en el Centro de Apoyo Psicológico, siempre está lleno el Centro (de gente que canalizamos y de los que acuden voluntariamente). Próximamente se graduarán personas que durante tres meses acudieron a talleres como: Escuela para Padres, Empoderamiento de la mujer, Formación adolecente, Derechos y deberes de los niños.

De acuerdo a lo que señalan algunos expertos, la problemática de violencia intrafamiliar está relacionada con factores de pobreza, la educación y las adicciones, pero desde su punto de vista, ¿qué ocurre en la sociedad hermosillense para que estos problemas, que se presentan primero como agresiones, después deriven en delitos más brutales como los infanticidios?

La misma forma de vida que nos lleva en una ciudad como Hermosillo, de estar todo el día en el trabajo, se va perdiendo esa relación familiar que debería ser obligatoria, la comunicación diaria que tendría con nuestros hijos. La convivencia, que genera comunicación y a su vez que te lleva a que sepas cómo está tu hijo.

En muchos de los casos, se pudieron haber detectado por un familiar, pero si no tienes comunicación con tus hijos, hermanos, mamá, abuelos, se va degenerando esa relación que está en la Ley, pero que más allá de la Ley, la relación de convivencia tiene que ser más moral. El desvincularte de tu familia, se presta a que esa desatención se vaya acrecentando y como no hablas, no preguntas cómo está, no se alcanza a detectar cuando hay problemas, y ante ese tipo de situaciones también generan familias desintegradas, y en un futuro divorcios o separaciones de concubinato, obviamente se van presentando familias reconstituidas y no es lo mismo tener un núcleo familiar donde hay una mamá, un papá y un hijo que puede ser más directa la comunicación, a tener que vivir (sin estar capacitado) en una familia donde la madre tiene una nueva pareja, hay un nuevo hermano que no es hijo de papá, el papá no lo visita, este tiene una nueva mujer y también tiene otros hijos que también son sus hermanos.

De alguna manera, cómo aceptar que un niño va tener buena comunicación cuando tiene una mamá, tiene otro papá, hay otros hermanitos. Entonces, esa misma forma de vida a la que hemos llegado ha generado primero esa desinformación, falta de comunicación, falta de valores.

En este sentido ¿hasta dónde pude llegar la autoridad municipal, para involucrarse y disminuir los efectos?

Las leyes tienen establecidas y definidas las obligaciones para casi todas las secretarias y dependencias para con la ciudadanía, así como la SEC tiene procedimientos para detectar casos de bullying, la Secretaría de Salud tiene obligación de tener programas de prevención de adicciones, hacer investigaciones, es decir tenemos amplias facultades para trabajar primero en la prevención, y se deben reforzar en las instituciones, el personal.

Hay situaciones que pueden ser atendidas de manera más idónea, solamente que merece que el estado implemente políticas efectivas y no minimice por ejemplo a la hora de definir recursos. Tal es el caso de los Centros CAVF es algo que va revolucionar la atención, porque es en las mismas colonias problemáticas a donde entras. Por ejemplo en la cancha deportiva de la Colonia La Choya, que para poder entrar te tienes que dar de alta, te hacen un estudio social, tienes que recibir talleres y tus papas tienen que recibir la Escuela para padres.

¿De cuánto es el presupuesto que asigna la autoridad municipal para atender este tema tan sensible de la violencia contra los niños?

DIF cuenta con un recurso que cada año se presupuesta según los estándares establecidos en reglamentos, nosotros somos una parte integradora de DIF y no cuento con los montos económicos que derivan, pero la Subprocuraduría es una de las áreas que cuenta con mayor personal, obviamente como me dedico a esto, nunca es suficiente el apoyo que se brinda, además de que la Dirección de Seguridad Pública también acceden a fondo federales como SUBSEMUN, que son rubros nacionales para atender estas problemáticas, incluso se trabaja para poder bajar recursos y seguir trabajando.

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