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PAQUÍN ESTRADA: LA MEMORIA HISTÓRICA

Bulmaro Pacheco

Conocí a Francisco Estrada Soto, “El Paquín Estrada” en 1966 a la entrada del viejo estadio Revolución construido por Don Rodolfo Elías Calles, en Navojoa (que por muchos años cuidó su abuelo el Zácale) derruido, donde ahora se encuentran las oficinas del DIF municipal.

El Paquín andaba ya en los 18 años de edad y había iniciado su carrera de beisbolista a los 16. Con algunos compañeros de la primaria y en grupo, acudíamos de aventón a los partidos nocturnos para apoyar a los Mayos de Navojoa. No batallamos para aprender a valorar al joven Estrada que ya por esas fechas daba muestras de su talento y sus habilidades deportivas. Eran épocas donde en los juegos se daban cita puro alto calibre: el Zurdo Alfredo Ortiz, Jesús Lechler, Agustín Enríquez, Isidoro Sáinz, Miguel “Becerril” Fernández y el “avestruz” Rivera entre otros.

Cuando el Paquín tenía 20 años por ejemplo, Ronaldo Camacho impuso el récord de 27 jonrones en la liga del pacífico que en la historia, nadie ha podido derribar, y tan solo empatar por el ex naranjero Bob Darwin.

Con mucha modestia, en ese tiempo Estrada llegaba solo y a pie al estadio dada la cercanía de su domicilio con el viejo inmueble del Revolución ya uniformado con los “spikes” y el guante de cátcher debajo del brazo.

El Paquín Ya le pegaba duro a la pelota y eran comentadas sus jugadas como cátcher, sobre todo, aquellas de tirar a segunda base en cuclillas y en la mayoría de los casos sacar al corredor en su intento de robo. Nadie imaginaba entonces los alcances del Paquín y las epopeyas históricas que le habría de dar al beisbol; su pasión, su vida, su entrega total.

Con el tiempo, muchos fuimos testigos de su crecimiento. El legendario “mánager”  Tomás Herrera “el sargento” que en verano manejara a los Diablos rojos del México y en invierno a los Mayos, fue precisamente el que habló personalmente con Don Pancho, el padre del Paquín, para que le diera permiso para firmar en el beisbol profesional de la liga mexicana con los Diablos Rojos. El padre del Paquín después de mucho pensarlo, aceptó con la condición de que Herrera lo cuidara, porque apenas rebasaba los 16 años. Fue así como se inició la gran carrera deportiva de Francisco Estrada Soto, el legendario “Paquín”, tanto en el estadio del Seguro Social de la Ciudad de México como en el Revolución de Navojoa.

Hablar de Paquín Estrada no es hablar de una leyenda (“relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos”) sino de una realidad y un proyecto de vida que en la carrera profesional triunfó en todos los órdenes de la existencia.

El Paquín ha sido hasta hoy—sin duda–, el mejor mánager del beisbol profesional que ha dado México en su historia.

Hablan las cifras: Manejó en 20 temporadas y lo avalaron 7 campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico, dos Campeonatos en la compleja Serie del Caribe (1996, 2002) Y tres campeonatos en la Liga Mexicana de verano como mánager, y otros tres como jugador. Todo un récord.

Todavía ocupa el quinto lugar en hits y séptimo en dobles conectados de todos los tiempos en la Liga Mexicana del Pacífico. Jugó brevemente en ligas mayores  1971 con los Mets de Nueva York y los Angelinos de California.

El Paquín demostró siempre con hechos, –en una carrera que duró 54 años–, una voluntad transformadora e innovadora dentro del Béisbol.

Como profesional del deporte se actualizó y aprovechó como nadie, las experiencias del contacto diario con una realidad cambiante, exigente, de intenso trato humano y fogueado en el trajinar que impone una labor que conjunta vocación, profesionalismo, capacidad de sacrificio y entrega total.

Vida y carrera profesional fueron para él una síntesis de perseverancia, constancia, humildad, seriedad, aprendizaje, actualización, tolerancia conocimiento de la condición humana, y mucha paciencia para adaptarse al incierto, efímero y complejo mundo del deporte. Fue un profesional por los cuatro costados reconocido por Tirios y Troyanos. Una garantía como ser humano y hombre de palabra.

El Paquín combinó magistralmente la experiencia con la innovación, y el pasado con el presente y el futuro; no se ancló en el pasado, pero aprendió de él y con esas herramientas supo consolidarse como un buen manager en el béisbol y en su vida personal. Prueba de ello, es que siguió vigente por muchos años, también admirado y consultado por quienes a través del tiempo valoraron su capacidad, experiencia y sobre todo su nobleza y calidad de ser humano comprometido con sus orígenes.

Nació un 12 de febrero de 1948 en Navojoa, donde vivió la mayor parte de su vida. Se nos fue hoy 9 de diciembre del 2019, a las 6:45 de la mañana.

Con algunos amigos comunes ya andábamos pensando en los preparativos de su cumpleaños 72 como los que le celebrábamos en algunas ocasiones. No cabe duda que la muerte sigue siendo un misterio y le llegó al Paquín a casi dos meses de su cumpleaños.

A sus familiares nuestras condolencias. Descanse en paz el gran mexicano, gran sonorense, gran Navojoense y gran amigo que fue siempre el GRAN PAQUÍN ESTRADA.

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