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Que hablar de México siempre me inflama el pecho

Por Alfredo Guzmán Contreras

Las palabras que titulan este artículo, las retomo de una canción del gran trovador mexicano Fernando Delgadillo y me resuenan en la cabeza con frecuencia, en especial en cada septiembre, y no es para menos, estamos en el mes de la patria el cual suele ser motivo de festejo para el mexicano, ya que celebramos el inicio y consumación de la independencia de nuestro querido México.

Una buena manera de conmemorar el mes de la patria es reflexionar sobre nuestra mexicanidad, es decir, sobre lo que nos distingue y nos hace únicos. Seguro que al lector ya le han venido varias cosas a la mente, unas tantas positivas como otras negativas.

En esta reflexión surge la pregunta ¿qué es México? Una respuesta sencilla sería que es nuestro país o nuestra patria, y, al mero estilo socrático, aparece una nueva pregunta ¿qué es patria? Y de ahí otras más: ¿qué significa patria en nuestro tiempo? ¿esto es igual que tiempos pasados? ¿por qué cambia el sentimiento de patria? ¿qué lo cambia? No pretendo hacer aquí un tratado exhaustivo del concepto de patria, sino hacer unas breves reflexiones.

Primero, la patria es un concepto que, desde mi punto de vista, puede estar perdiendo un poco el sentido o la importancia, sino es que ambos, ante la tendencia internacionalista del fenómeno globalizador de los últimos siglos. No considero negativo que adquiramos el sentimiento de la ciudadanía global y entendamos que hay problemas, como los ambientales, que enfrentamos como humanidad y no como pertenecientes a tal o cual nacionalidad. Pero está claro que podemos desarrollar tal sentimiento sin tener que sustituir, necesariamente, el de nuestra patria.

Entonces ¿por qué no sentirnos muy mexicanos? El patriotismo parece haber perdido parte de su relevancia social y esto puede ser perjudicial, más en tiempos de crisis como los que vivimos actualmente (y los que viviremos con la prospectada crisis económica derivada de la crisis sanitaria). Parece que como mexicanos nos estamos volviendo indiferentes ante la situación del otro, ante lo que le ocurre a otro coterráneo. Una característica del mexicano era la unidad, que salía a relucir en la tragedia, pero no solamente en ella, sino que era parte de nuestra cultura, el bien de mi compatriota me preocupaba y ocupaba. Ahora cuando debemos enfrentar una pandemia se nos complica actuar como sociedad mexicana con responsabilidad y cuidarnos entre todos, de ahí que somos uno de los países que más duro ha golpeado el Covid-19. Cierto es que hay mucho que criticar a nuestros políticos por la mala gestión de la crisis que incluye frases y acciones, cuando menos, contradictorias, sino es que contrarias a lo que marcan los protocolos con eficacia probada en otras partes. Pero México siempre ha sido un pueblo unido que logra mantenerse hermanado por su propio bien. Con esto no digo que no debamos tener diferencias, si es imposible encontrar a dos personas iguales, cómo esperar encontrar más de 120 millones de mexicanos que piensen igual, sino que a pesar de las múltiples diferencias debemos encontrar la forma de unirnos para salir adelante como país, que nos siga uniendo el amor a la patria, que nos distinga la alegría de estar juntos, que nos mantengamos laboriosos en la construcción de nuestro país y que seamos siempre solidarios con nuestros compatriotas para que hablar de México siempre nos inflame el pecho.

 

*Mtro. Alfredo Guzmán, integrante de la Asociación Sonorense de Filosofía.