Es el verano época apropiada para festivales de todo tipo en el País. De Tijuana hasta Chiapas. Hoy quiero referirme a este Festival cuya concepción, diseño y patrocinio millonario en dólares y euros me dejó con la boca abierta y un shock en mi experiencia cultural de más de siete vueltas al sol.
Corría el año de 2000, presidencia de Vicente Fox, recién terminados mis tres años de estudios de maestría en Derecho Internacional Privado y Comparado
¡Dejemos que hable, otra vez, la voz de los jesuitas, y con ella, entre rencoroso y agradecido, el eco y murmullo inédito y subterráneo de nuestros ancestros!