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Tic-Tac, Los Enanitos Verdes al ataque

Por Imanol Caneyada/

La nueva producción de la emblemática banda ochentera, tres décadas después, demuestra la vigencia y la fuerza de una propuesta musical que ha sabido ser fiel a sí misma   

Deben tener una fórmula, una poción secreta para perdurar, para reinventarse a pesar de los años en un mundo en el que los egos y el vértigo de la fama han acabado con muchas y muy buenas propuestas.

Deben ser de otro plantea para estar aún ahí, en los escenarios y en el gusto del público, a pesar de que uno vive en Sonora, México, y el otro en Mendoza, Argentina.

Ni la revolución digital ni esta era de música plástica han logrado vencer a una de las bandas emblemáticas del rock en español ochentero, Los Enanitos Verdes, que traen nuevo disco, Tic-Tac.

El bajista y vocalista, Marciano Cantero, asegura que el sonido es bárbaro, que es lo mejor que han hecho hasta ahora.

Marciano Cantero, habla sobre su último material discográfico.

Rejuvenecido, se planta en su café preferido con un CD bajo el brazo. La portada es totalmente sicodélica, muy retro, muy locos años 60. Del contenido, el líder fundador de la banda nos habla largo y tendido con la pasión de un artista que acaba de lanzar su primer éxito.

El secreto de estas más de tres décadas de permanecer en primera línea lo revela al final de la entrevista: hacer esto por pasión, no por la fama ni el aplauso.

Los 13 cortes de Tic-Tac son originales e inéditos, nos explica de entrada Marciano Cantero; tenían al menos cuatro o cinco años de estar guardados, esperando a que llegara el momento, y el momento es este.

Sorprende que con esta movida del iTunes y las descargas, traiga un disco físico. Aclara que Tic-Tac está disponible en iTunes, pero para los nostálgicos que todavía prefieren el formato tradicional, produjeron un tiraje de CDs.

Esta nueva producción de Los Enanitos Verdes la grabaron en Los Ángeles, California, por una cuestión muy concreta: querían repetir la experiencia de trabajar con Gustavo Borner, un eximio ingeniero y productor musical con quien ya habían colaborado anteriormente, por ejemplo, en Lamento boliviano; la intención era repetir esta experiencia, así que Felipe Staiti, el nuevo baterista Jota Morelli y Marciano Cantero se mudaron a Los Ángeles y se encerraron en el estudio hasta que nació Tic-Tac.

Fue un proceso muy enriquecedor, recuerda Marciano, en el que ensayaron los trece temas durante dos semanas antes de grabar, y en el que Gustavo fue aportando su toque personal.

De la banda original se mantienen Felipe Staiti y el propio Cantero; hace como cinco años, Picollo, el baterista, abandonó el barco.

En su lugar entró Jota Morelli, un baterista que Marciano califica de increíble, virtuoso, un Maradona de la batería, insiste, considerado como uno de los mejores del mundo.

El disco mantiene el espíritu original de la banda, su sonido peregrino: guitarra, bajo y batería, y tiene algunos arreglos para teclado y metales.

El resultado, asegura Marciano Cantero, es muy, muy, muy bueno: “Es importante que lo escuchen para que todo embone”.

Ya está sonando el sencillo promocional, “No me dejes caer”, cuyo correspondiente video circula en la red.

Tic-Tac es ―le decimos a Cantero durante la entrevista―, la prueba viva de que tanto Los Enanitos Verdes como otros grupos contemporáneos, treinta y tantos años después, tienen una vigencia y una fuerza extraordinaria, incluso entre las nuevas generaciones.

¿Significa esto que desde el boom del rock en español ha pasado muy poco en el panorama musical?

Asegura que sí han pasado muchas cosas, pero también nos confiesa con una sonrisa satisfecha en el rostro que la música es como el vino: con los años se pone mejor.

Y ejemplifica con Paul McCartney o los Rolling Stone, que siguen tocando y que a pesar de que los años hayan mermado sus facultades físicas, tienen toda la experiencia, se saben todos los trucos y garantizan shows fantásticos.

“En la medida en que yo pueda seguir tocando, voy a seguir haciéndolo”.

Este es pues un disco de madurez en el que se condensa la experiencia de tantas décadas en la escena musical; también es un disco, dice Marciano, que refleja su realidad actual, como por ejemplo el desierto sonorense, donde habita feliz desde hace ya algunos años.

De igual forma, en algún corte subyace ese terrible sentimiento que nos quedó después de la tragedia de la guardería ABC, “es un disco en carne viva en el que hay muchos sentimientos y que pasa por diferentes momentos y estados de ánimo”.

Una anécdota fantástica que enriquece el disco, rememora Marciano, es cuando interrumpió la grabación de uno de los temas para ir al baño del estudio y al salir se encontró con Cristian Castro, quien estaba grabando en otra de las muchas cabinas del lugar.

De este encuentro fortuito surgió la colaboración en uno de los temas, el tercero, “Besos violentos”.

A decir de Marciano Cantero, Tic-Tac es un disco muy actual, pero no por ello traiciona el sonido que ha caracterizado a la banda, y a pesar de la invasión tecnológica que sufre en la actualidad la música, Los Enanitos Verdes se han mantenido fieles a su estilo, “eso es lo que hace la diferencia; la tecnología te da cosas fantásticas en la actualidad, pero de ahí a que toda tu música esté toda corregida por la computadora, hace que sea inodora, un híbrido, música de ingenieros y productores; y es respetable, pero esa dista mucho de ser una banda tocando”.

Ya han probado el material en vivo en la provincia de Mendoza, en Argentina, de donde son originarios, compartiendo el escenario con Fito Páez y Charly García, un reencuentro emotivo; también en Perú.

Pero la gira grande inicia en julio, por Estados Unidos, en donde permanecerán dos meses, y luego bajarán a México y al resto de Latinoamérica.

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