Un espectáculo llamado Taibo

Por Imanol Caneyada/

En opinión de muchos escritores, el mejor Paco Taibo II no es el del Che, Villa, Hidalgo, Juárez o los yaquis, sino el de Héctor Belascoarán, el entrañable detective protagonista de las mejores historias del neopoliciaco hispanoamericano, del que es fundador.

Pero el mejor Taibo, para muchos, renunció a la literatura para inventar una fórmula (sus defensores consideran que un género) que abreva de la historia y la novela, del ensayo y la crónica; un híbrido que, a pesar de ser cuestionado por historiadores, antropólogos y críticos literarios, tiene multitud de adeptos, lectores incondicionales dispuestos a perdonarle todo al nacido en Gijón, España.

En su paso por la Feria del Libro de Hermosillo, PIT II demostró ser un fenómeno editorial y político con una capacidad de convocatoria que ningún otro intelectual vivo tiene en México. Alrededor de mil personas abarrotaron el auditorio Rosario Castellanos en la presentación de “Yaquis”.

Desde que se dio a conocer la presencia del autor en la Feria del Libro, los admiradores de Taibo inundaron las redes sociales celebrando la venida de un novelista que se ha convertido en un espectáculo, un acontecimiento en sí mismo que sobrepasa los alances que una publicación, cualquier publicación, puede tener en este país, sobre todo, en esta región.

Era difícil escaparse a la atmósfera de adoración que se creó el pasado 26 de octubre en el auditorio de la Feria del Libro. Los rostros de la mayoría de los asistentes expresaban una veneración y una incondicionalidad rayanas en la idolatría.

Por supuesto que la presentación de “Yaquis” terminó convirtiéndose en acto político, en la elevación de un pueblo (el yaqui) a los altares de la utopía; su lucha, el resumen de todas las luchas de los oprimidos.

Porque más allá de las imprecisiones históricas que algunos expertos han señalado al libro, la obra de Taibo responde, sobre todo, a la articulación de una ideología que el autor abraza sin tapujos, sin medias tintas, abiertamente.

Y tal vez esa sea la clave de su éxito: en un país en el que los intelectuales suelen expresarse con demasiada tibieza, o bien, encerrarse en una torre de marfil sin comprometer su privilegiada posición, las consignas y la abierta militancia de Taibo, su ideología monolítica y hasta cierto grado maniquea, se convierte en un bálsamo, sobre todo, entre los jóvenes, encandilados por la figura de un hombre sin matices, simplificador en sus exposiciones: estos son los buenos de la historia y estos los malos. Ustedes, lectores, pertenecen a los buenos y el resto a la estirpe de los villanos que nos tienen como nos tienen.

PIT II dejó Hermosillo el domingo 27 en el primer vuelo rumbo a la Ciudad de México. Debía estar en el mitin que Andrés Manuel López Obrador celebraría en el Zócalo ese día.

El autor de “Yaquis” es secretario de Arte y Cultura de MORENA.

No sólo eso, en gran medida, si AMLO pudo llevar a cabo el mitin del 27 de octubre fue gracias a la capacidad de movilización y convocatoria de Paco Ignacio.

Cuando los maestros de la CNTE abandonaron el zócalo capitalino para dejar espacio a la Feria del Libro, el Gobierno federal y el del DF (presionado por el primero), trataron de evitar que se instalara la Feria so pretexto del centro de acopio por los damnificados de los huracanes.

Taibo y MORENA le hicieron ver a Mancera las consecuencias de suspender un evento del arraigo y la popularidad de la feria del Zócalo.

Finalmente, el Gobierno de la Ciudad de México cedió con la condición de que durara hasta el domingo 27, de forma que AMLO no pudiera celebrar la masiva concentración.

Sin embargo, el sábado 26, mientras el novelista presentaba su más reciente libro en Hermosillo, los libreros se retiraban del Zócalo y daban paso a los integrantes de MORENA, que en una noche dejaron todo listo para la llegada de Andrés Manuel al lugar más emblemático de su andadura política.

PIT II ha creado un personaje mucho menos complejo y entrañable que el detective Belascoarán, un personaje sin claroscuros, sin contradicciones, sin crisis. Un personaje que sube a un templete y arenga a los asistentes con lemas como que somos un pueblo que desciende de los Villa o los yaquis (lo mismo da), cuando se trata de resistencia y lucha contra los poderes fácticos.

Entonces la gente se pone de pie y aplaude, lo vitorea; luego se forma en una interminable fila para sacarse una foto con el ídolo y le firme uno, dos, tres ejemplares.

Paco Ignacio Taibo segundo es un buen negocio para la editorial Planeta, ningún otro autor en México vende tanto; también es un buen negocio para las causas que representa.

No hay contradicción en esto. Taibo se ha convertido en un personaje capaz de conjugar cualquier incongruencia y salir bien parado.