Héctor Rodriguez Espinoza

Historia de la radiodifusión comercial en Hermosillo

4 testimonios (II/IV)

Proclamado en 2011 por la UNESCO y adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012 como Día Internacional, el 13 de febrero se convirtió en el Día Mundial de la Radio

Por Héctor Rodríguez Espinoza

DE JOSÉ REMIGIO AGRAZ N. En su ponencia Inicio de la radiodifusión en Hermosillo, completa el relato:

 “Mi afición a la radio me hizo hacer contacto con radioaficionados de Hermosillo (yo vivía en Navojoa, 1931-1933), como Francisco Vidal, Carlos Balderrama y Luis Hoeffer. Al venir a radicar a Hermosillo en octubre de 1934, contratado por la Compañía Mexicana de Aviación, entablé pláticas con el señor Luis Hoeffer, entusiasta empresario recién llegado de Los Ángeles, donde empezaba el auge de la radiodifusión y me platicaba sus inquietudes de establecer una radiodifusora en Hermosillo, cosa que nos pareció a todos un proyecto formidable. Luis tenía un amigo en Los Ángeles, un radioaficionado, Ed Gilbert Wygat, dispuesto a construir el transmisor tan pronto como fuera necesario. Entonces comenzó a hacer planes para el establecimiento de la mencionada difusora y se empezó por construir un local tipo cabaña, ubicado en las calles Veracruz y Revolución.

Pedro Infante.

Al solicitar la concesión para operar la estación radiodifusora, descubrimos que Luis Hoeffer no podía ser el concesionario, porque era ciudadano norteamericano. Entonces recurrimos a Carlos G. Balderrama, viejo empleado de la Cervecería, a cuyo nombre la solicitamos. Se llamó X.E.B.H., y empezó operando con la frecuencia de 1000 kilociclos y posteriormente de 920. Tenía dos torres de madera y una antena L invertida, cortada a la frecuencia de operación de la difusora; de contra-antena enterramos debajo unos alambres de cobre, en un área de 200 metros.

Un 20 de noviembre de 1935 fue inaugurada por el señor gobernador, Ingeniero don Ramón Ramos; al acto inaugural concurrieron algunas otras personalidades de la localidad. Se ofreció un programa con cancioneros locales y como locutor oficial se encontraba Antonio Baltazar Montero, alias Rasputín.

El primer horario de trabajo fue de 20 a 22 horas; luego mejoraron de 14 a 15 horas y de 20 a 23 horas. A pocos meses de operación, incluimos la transmisión de la mañana, de 7 a 12 horas. Estábamos afrontando un problema muy serio: no teníamos discos; los que usábamos eran prestados, algunos en mal estado y de distintas clases. No se podían organizar programas completos por falta de material discográfico. Empezamos a conectarnos con casas de México y de Nogales, para que los surtieran mensualmente; también comenzamos a formar locutores porque con la ampliación de horarios se requerían más voces. Entraron Francisco Vidal, Guillermo Núñez, Jorge Le Brun, Savoy Encinas, Enrique Aguilar y algunos otros más.

En los inicios de las transmisiones de X.E.B.H. se presentaron artistas de fama nacional, como Las Hermanitas Águila. Los sábados y domingos, en programas vivos patrocinados por clientes locales, tomaban parte conjuntos formados por las señoritas Adelina Aguilar, Amparo Aguilar y Ernestina Salazar. Había otro programa patrocinado por la empresa de luz Espempsa, manejado por la señora Rosario Paliza de Carpio. En algunos de estos programas tomaban parte la señorita Lupita Ortega y su hermana Amalia, el pianista de entonces era Armando Portugal; poco después apareció “El Chacal” Estrada. Hubo también un programa llamado “Jueves Social”, conducido por la señora Anita Camou de Tapia.

Los domingos teníamos al cuarteto famoso de “Los Viejitos”, dirigido por Pedro Noriega, que amenizaba los programas de la Cervecería de Sonora a las 13:00 horas. En otros programas participaron las cantantes Conchita Zavala y Lupe Mejía “La Yaqui”, entre otras. Había un narrador de cuentos, el señor Roberto Rojas, “Tío Panchito” y una declamadora, la niña Meche Torres (1937). Empezamos a hacer teatro, radionovelas que el profesor Heriberto Aja nos escribía; los artistas eran Enrique Aguilar, Bernardo Reyes, Enrique Loustaunau y otras personas que escapan a mi memoria. Las hermanitas Romandía, Delia y Alicia, formaban un famoso dueto con la canción “Cisne”. También tuvieron mucho éxito las hermanas Cázares Valenzuela.

Dr. Alfonso Ortiz Tirado.

Guillermo Núñez, que fue locutor nuestro y que por razones de familia tuvo que trasladarse a la capital, llegó a formar parte del elenco de los locutores de X.E.W., de la talla de Pedro de Lile, Álvaro Gálvez y Fuentes, Luis Farías, Alfonso Sordo Noriega. Locutor de carácter, José Alcocer, fue un artista de reconocido prestigio, recientemente fallecido, que también trabajó en esta difusora.

El inicio provocó un alboroto increíble en Hermosillo. La gente se agolpaba en las instalaciones para presenciar cómo se transmitía un programa de radio y para conocer de cerca a un locutor.

Las cadenas nacionales aparecieron en los años 1941-1942, siendo la más importante Radio Programas de México; los programas se enviaban en discos de 18” y posteriormente en cintas magnéticas.

En 1948 transmitimos a control remoto y con enlace nacional un evento de trascendencia nacional, la inauguración de la presa “Abelardo L. Rodríguez” por el presidente de la República, licenciado Miguel Alemán Valdés, siendo gobernador del Estado, el general Abelardo L. Rodríguez y Secretario de Irrigación, el ingeniero Oribe de Alba.

El primer anunciante fue el señor Delfino C. Espinoza, que regenteaba la peluquería más famosa de la localidad y que en su interior tenía, por primera vez en la historia de Hermosillo, una sala de belleza para damas.

La administración de la radiodifusora estaba a cargo del señor Agraz, que fungía como responsable técnico ante la Secretaría de Comunicaciones y administraba la empresa con entera libertad y amplias facultades concedidas por el señor Hoeffer.

La radiodifusora cambió tres veces de potencia; de 500 watts en el inicio de sus operaciones, a 1000, lo que originó su cambio de ubicación al cerro del Mariachi; y posteriormente, con 5000 watts, se ubicó frente a la presa Abelardo L. Rodríguez. Estos cambios eran obligados por tecnicismos de la Secretaría de Comunicaciones, que exigía que entre la altura de las antenas y potencias de las difusoras, mediara cierta distancia al aeropuerto local.

Los turnos de los locutores eran de dos horas, dos veces al día y un día de descanso semanario. La situación económica de la empresa era buena; se pagaba puntualmente a todos los trabajadores y escasamente recurríamos a préstamos bancarios para hacer compras de equipo, así como las mejoras y el mantenimiento necesario.

Tuvimos un cliente nacional que exigía que sus anuncios de productos de belleza fueran leídos por una voz femenina. Recurrimos a la señora Beatriz Güereña de Agraz, la primera voz femenina anunciante de nuestra difusora.

Pedimos una concesión a la Secretaría de Comunicaciones para la instalación de una estación de onda corta, que trabajaba en la frecuencia de 11820 Kcs., con una potencia de 150 watts, operando simultáneamente con la X.E.B.H. El propósito era llevar nuestra señal a lugares lejanos, donde no llegaba, sin más propósito que el de informar de la existencia de Hermosillo, Sonora, en los confines de la radio.

La radiodifusora tenía un tema musical con el que abría y cerraba sus transmisiones, el vals de Juventino Rosas, “Sobre las olas”.

La ubicación de las oficinas fue, al principio de su larga vida, en Serdán no. 144, luego en Hidalgo no. 110 (hoy Pino Suárez), después, en lo que fue el Hotel Arcadia, acondicionamos oficinas y estudios; al construirse en ese lugar el Hotel San Alberto, nos regresamos a la calle Serdán por unos meses, para quedar definitivamente en el Hotel San Alberto con oficinas y estudios construidos con planos proporcionados por la R.C.A.

Para 1942 surgió la radiodifusora X.E.H.Q. en 590 Kcs., filial nuestra. Ya estaba en el aire la X.E.D.L. de Francisco Vidal; más adelante la X.E.D.M. del ingeniero Rodríguez y la X.E.P.B. del doctor Hugo Pennock Bravo.

En las reuniones de radiodifusores se veía venir la necesidad de tener una concesión de frecuencia modulada. Solicitamos una y se nos concedió en 90.2 megahertz, que funcionaría simultáneamente con la de X.E.B.H.

El concurso de aficionados Radio Torneo Montecarlo fue un programa muy famoso, donde salió triunfante un muchacho llamado Abelardo Rodríguez, de la escuela de ´Nachita´ de Amante.

Artistas famosos que ocasionalmente llegaron a esta difusora: Alfonso Ortiz Tirado, Pedro Infante, Emilio Tuero, Mario Ruiz Armengol, Joaquín Pardavé, Fernando Fernández, Nagulás, Marquesita Radel, Hermanas Santillán, Miguel Aceves Mejía, Mario Moreno “Cantinflas”, Rosita Fornés, Lupita Corazón, Chucho Martínez Gil, Alejandro Algara, el ´Chino´ Herrera y muchos más; también el locutor Alfonso Sordo Noriega.

Personas que colaboraron en estas difusoras en diferentes épocas: Ingenieros José Gálvez y Carlos López Cuéllar, Gilberto Becerra Ramírez, José Jesús Romo, Francisco Gutiérrez, Gabriel Vejar, Víctor Manuel Payán, Heriberto Navarro, Doroteo Guevara, Ricardo Hernández, Cristina Sors, Flora Gilda Vega, Estelita Jiménez, Dorita Álvarez. Los pianistas Profesores José Sosa Chávez y José Roberto Gastélum y Ana Bertha Esquer. Locutores: Ricardo Valencia, Rafael Arias Córdova, Raymundo Miranda, Víctor Manuel Álvarez, Guillermo Turnbull, Manuel Botello Ramírez, Alfredo Bernal Cubillas, Gilberto Soria, Benjamín Godínez, Eliseo Ramírez, Jesús Tapia Avilés y Manuel Pesqueira.

El radio auditorio casi no existía. Con la llegada de la radiodifusora, se desarrolló un interés en radios pequeños de bulbos; todavía no había de transistores. Algunos comerciantes locales hicieron su agosto vendiendo radios pequeños. Con el tiempo tuvimos programas en que ofrecíamos radios de 5 bulbos a $ 100.00, con el fin de aumentar el auditorio.”