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¿Qué tanto conoces a los Seris? Recorrido por su historia y tradiciones

Por Enrique “Kiki” Vega Galindo/

Existen santuarios ancestrales escondidos por la naturaleza a los ojos del hombre común con arte rupestre seri, cuevas con pedernales, canastas tejidas, restos fósiles y huecos finamente labrados en la piedra de los cerros donde celebraban sus sacrificios humanos

Una sociedad determina su forma de vida en base su alimentación. Según la política oficial y la enseñanza tradicional los hombres primitivos sobre vivieron en regiones que invadieron por el occidente poblando América del Norte, quienes se dividieron en grupos dedicados a la caza mayor con trampas e instrumentos rústicos de piedra, y que otros caminaron por las zonas áridas sustentándose de semillas silvestres, raíces, bulbos y pequeños roedores, esta supuesta idea irrebatible sostenía que entraron por el Estrecho de Bering en una era glacial hace aproximadamente 14 mil años.

Gracias a los actuales inventos científicos y tecnológicos ha sido posible demostrar que los pobladores de América procedían de Asia y se asentaron en Nuevo México, pero que también la vida surgió en Sudamérica con rasgos fisiológicos diferentes a los de América del Norte y que estos llegaron navegando a través del Océano Pacífico y el Océano Atlántico hace 35 mil años. La cuestión es tal y el debate de opiniones diferentes, que aseguran el hemisferio se pobló con inmigrantes allegados de distintos destinos.

Los Seris provinieron del mar tal vez de Polinesia y poblaron la vasta región costera del Estado de Sonora desde Guaymas hasta Caborca. Jamás se acercaron a las frías montañas. Su hogar fue el desierto, el monte, la pradera y su fiel aliado el mar. Se apegaban a abrevaderos, cauces de arroyos y ciénagas. Su alimentación con venados, liebres, conejos, pequeños roedores, frutos y ramas silvestres, así como productos del mar.

Los Seris de la era arcaica se dividieron y subdividieron en grupos o bandas quienes peregrinaban siguiendo sus presas a cazar, algunos lograban asentarse temporalmente en raquíticos campamentos donde construían chozas de ocotillo, torote y sangren gado, solían adornarlas con plumas de gaviota y carapachos de tortugas y caguamas. La pequeña enramada tenía forma de bóveda. Para poder introducirse en ella era menester hacerlo de cunclillas. Sabrosamente el recinto mitigaba el calor. Las cuevas y cañones de los cerros fueron su refugio. Los Seris que lograban plantarse en un terreno prontamente entraban en conflicto con la gente de su misma raza por el dominio de la región y la escases de alimento.

La organización social Seri fue extensa y compleja. Los periodos largos de sequía y las largas caminatas constantes fueron diezmando paulatinamente las subdivisiones tribales menores, hasta reducirlas y asimilarlas por la más fuerte y poderosa. De ahí el porqué de su carácter recio, antisocial, hostil, agresivo y violento. Al unirse al grupo mayor procedían atacar a las tribus sedentarias amantes de la paz y la tranquilidad.

7 1 SerisHablar de Los Seris es un tema complicado que no está enmarcado en este parámetro pero se mencionan algunas generalidades tradicionalistas. Los Kunkas no dejan de ser el grupo cultural más interesante que pueda existir en Sonora, como lo hemos mencionado, esta raza caminó por la orilla del mar y habitó la Isla del Tiburón y San Esteban. Sus andanzas las encaminó por las márgenes de los ríos San Miguel y Sonora. Llegaron a vivir en la boca del Río Colorado y lo más lejano que se introdujeron en Sonora fue hasta San Miguel de Horcasitas. Su escondite predilecto lo fueron las montañas de Cerro Prieto.

Lo sobresaliente de esta tribu fueron las variantes lingüísticas de su dialecto dependiendo de su división y subdivisión social a la que pertenecían denominadas BANDAS. Una de las subdivisiones de la Banda III se llamó: HAX IPAC. Que significa: “el otro lado del agua” o “los que viven al otro lado del agua” este grupo habitó lo que actualmente conocemos como Villa de Seris y sus alrededores.

Cada banda era un gobierno con clan totémico quienes adoraban a un ser místico que los protegía y al cual le brindaban pleitesía, dominando dentro del consejo tribal la voz de los ancianos. Sobre todo el de las mujeres. La herencia del poder familiar, el padre lo heredaba al hijo mayor. Estaba prohibido matrimoniarse con gente de su misma sangre. La relación sexual era con familias de distinta consanguinidad, con el propósito fundamental de mejorar la raza y evitar el nacimiento de hijos deficientes y malformados. La Banda o Clan era propietaria de una extensión limitada de terreno por el cual peregrinaba y hacían sus correrías en busca de alimento. El violar este estatuto sagrado ocasionaba la muerte del invasor. En sus festividades y rituales cosmogónicos de la etnia Seri era plural, sobresale mencionar el pago por la novia para el matrimonio, el rito de la pubertad, la cooperación y repartición equitativa en la caza y pesca, la asistencia mutua en el sepulcro mortuorio y la ceremonia fúnebre.

7 SerisSon rasgos fisiológicos característicos de Los Seris su estatura, el caminar, dialecto silbante, larga cabellera, pintura facial, habilidad artesanal, vestimenta multicolor, excelentes pescadores y nadadores.

Existen santuarios ancestrales escondidos por la naturaleza a los ojos del hombre común con arte rupestre seri, cuevas con pedernales, canastas tejidas, restos fósiles y huecos finamente labrados en la piedra de los cerros donde celebraban sus sacrificios humanos. Los HAX IPAC fueron los dueños de los mejores y ricos terrenos con agua y tierra fértiles de Sonora. A su vez los más difíciles de dominar. Esta banda fue terrible e indómita.

El hombre a caballo con la espada y la cruz de madera procedente del reino español, ávido de riqueza y poder, procedió a una cacería inmisericorde aniquilando a familias enteras de estos Seris. Los cronistas militares y los santos misioneros argumentaron que eran unos herejes hijos del demonio y que por lo tanto debían de ser ejecutados. Y así de esta forma se quedaron con sus tierras. Surgiendo pequeños feudos sacros conocidos como Presidios y Misiones para esclavizarlos, además se adueñaron del mar para dedicarse a la pesca mayor, agricultura, ganadería y minería. Obteniendo gracias a su osadía todo tipo de congratulaciones, premios, condecoraciones, títulos y nombramientos nobiliarios ridículos del decadente sistema barroco español.

Pero a pesar de todas las artimañas de los gobiernos subsecuentes hasta el actual, en el cual persisten en quitarles sus tierras para construir complejos turísticos, y todo tipo de vandalismos psicológicos para transculturalos y destruir su tradicionalismo totémico, los Seris siguen siendo un grupo comunitario que no pierde sus expectativas de vida y se siguen sobreponiendo. Trascienden cada etapa del desarrollo económico, político y social con todas y cada una de sus adversidades y calamidades, para imponerse como grupo cultural autóctono independiente y mostrarse al mundo en general tal y como son en la actualidad.

El autor es Sociólogo, Historiador, Escritor e Investigador.

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