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Reforma Penal sería un paso atrás: Guillén

De acuerdo a supuestos proyectos filtrados sobre la reforma al Sistema de Justicia Penal, se ven aspectos que van de la mano a sistemas políticos no democráticos, señala el especialista en Derecho

Por Redacción

Para el Doctor en Derecho, Raúl Guillén, el panorama ante una reforma de Justicia como la que se pretende, es preocupante, considera que es como regresar a la época de la Colonia.

Y es que de acuerdo a los supuestos “borradores” que se han filtrado sobre esta modificación al Sistema de Justicia Penal, el espíritu de la reforma va muy de la mano a sistemas políticos no democráticos, toda vez que pretenden inhibir de forma muy importante los Derechos Humanos y las Garantías Individuales.

Secretario Técnico del Sistema Estatal Anticorrupción del Estado de Sonora

El catedrático e investigador de la facultad de Derecho de la Universidad de Sonora, antes de iniciar a desglosar la propuesta, pone un asterisco sobre los motivos que justifican generar una reforma.

“Por lo general, en la exposición de motivos vienen las razones o justificaciones del “porqué” de una reforma. En este caso, son justificaciones, algunas ellas, parecen muy limitadas, a qué me refiero con esto, no hay una explicación clara, motivada, ni fundamentada sobre el porqué algunos de los cambios que se están dando, que son trascendentales”.

¿Cuál es la justificación? La inseguridad pública

El Dr. Guillén refiere que el escenario de violencia que se vive en México es la principal justificación que mueve a esta reforma. Pero podría ser erróneo el enfoque.

“La iniciativas inquisitoriales como las que se están planteando aquí, es en aras de esa paz, tranquilidad y estabilidad social, lo que se busca es tener un procedimiento penal que dé muchísimas facilidades a la policía y al Ministerio Público en su labor de investigación, restringiendo de forma alarmante los derechos humanos y las garantías individuales de personas involucradas en una investigación criminal. A mí en lo personal no me gustaría enfrentarme a un sistema de esta características por la vulnerabilidad que voy a tener a unas posibles prácticas de tortura, incomunicación, la alteración de pruebas, la fabricación de pruebas, que es lo que se presta con este tipo de esquemas que se está proponiendo”.

En este sentido, el que también fuera responsable de implementar el Nuevo Sistema de Justicia Penal en Sonora (Juicios Orales), explica que el primer impacto sería sobre las garantías. “Vamos a estar muy expuestos a esa posibilidad, a pesar de que en la Constitución está prohibida la tortura y todos los atropellos que te comenté, es muy delicado”.

Lo oscuro del arraigo se asoma

Un aspecto que ha encendido las luces de alerta entre los expertos es que de nueva cuenta se asoma la posibilidad del regreso del “arraigo”. Y lo explica de la siguiente manera:

“Cuando tú te vas al 400, “Valor de las actuaciones, los antecedentes y la investigación, así como los elementos de comisión, datos de prueba aportados y desahogados” —en su caso— en la audiencia que sirvan como base para el dictado de las medidas cautelares se valorarán por el juez la sentencia definitiva, es decir, que ahora muchas de las pruebas —me refiero a los antecedentes de la investigación— presentadas en las carpetas de investigación van a tener la evaluación con certezas. Lo que pase en las audiencias previas al juicio va a tener valor probatorio para efectos de certeza, el juicio como elemento central deja de tener importancia. Para que una prueba tenga valor es ante un juez, ahora ya no sería así, los elementos de comisión, lo que se haga en la MP y en las audiencias previas tendrán ese valor probatorio, todo eso impacta de manera significativa”.

Al darle valor probatorio a los antecedentes de una investigación, abunda el jurista, se regresa a lo que teníamos hace 40 años en justicia. Y es que antes, las primeras pruebas que entregaban las policías tenían valor probatorio. Eran presentadas en secreto y sin la defensa, tendientes a ser manipuladas, a arbitrariedades, abuso de autoridades. Todo lo contrario a lo que actualmente se tiene con los Juicios Orales.

“En sistemas políticos democráticos las cosas se discuten y las autoridades tienen que justificar sus decisiones, en sistemas autoritarios las redes políticas de protección generan condiciones para que temas como el del tema penal, sean instrumentos de control y gobernabilidad, eso ha pasado a la historia, claro que es preocupantes, si me dice que la califique del 1 al 10 yo le pongo cero, en términos de derechos humanos”.

“Vamos hacia atrás”

Para Raúl Guillén el problema de la inseguridad pública viene por la corrupción, viene por otro tipo de problemas que no están relacionados al actual con el Nuevo Sistema de Justicia Penal.

En el fondo, considera que el sentido de esta supuesta reforma, va en contra de la tendencia internacional y va en contra de la tendencia progresiva de modernización de los sistemas judiciales de América Latina, en términos de derechos humanos, de garantías individuales y progreso. “Vamos hacia atrás, un gran paso pero hacia atrás”.

“Las reglas pueden estar perfectas pero también hay factor humano, y no es el ordenamiento jurídico, son las personas. Es decir, no tenemos peritos profesionales, informados, tenemos elementos formados de sistemas arcaicos de la época colonial, eso nos ha costado mucho como país, tuvimos caudillismo, porfiriato, revolución mexicana, presidencialismo, un bono democrático de 20 años y hasta lo que tenemos ahorita, incluso algunos políticos destacados, el propio Muñoz Ledo, ha estado diciendo que hay un retorno a sistemas autoritarios otra vez”.

Gobiernos autoritarios tienden a sistemas de “garrote”

Tomando como referencia la propia historia mexicana, el docente universitario recuerda que la historia es cíclica. Pasamos procesos de fortalecimiento democrático y procesos de debilitamiento democrático.

“Pasamos de caudillismo al porfiriato; del porfiriato a la revolución mexicana, para luego brincarnos hacia un presidencialismo, luego tuvimos un auge democrático y de transición donde se sigue viendo presidencialismo, y, estamos ahorita, según los expertos, en un régimen que tiene una tendencia no muy clara hacia la democracia sino todo lo contrario. Eso mismo le pasa al sistema de justicia penal mexicano, cuando hay sistemas, como por ejemplo, en el porfiriato, pues el sistema se endurece y es muy inquisitivo. Viene la revolución mexicana y empieza a buscar un sistema menos inquisitivo, más de audiencias públicas, más igualdad, más derechos y garantías individuales. Luego caímos en el presidencialismo otra vez hacia atrás, caemos al secreto de las pruebas, a volver a que las pruebas tengan por sí valor probatorio para efectos de sentencia, y donde no hay igualdad procesal. Después al final del siglo XX y principios del XXI alternancia, cae el principio de justicia penal, hay sistema de audiencias, es público. Y luego pues caemos otra vez, tal parece, ojalá me equivoque, con estos intentos de reforma, que van totalmente en contra de sistemas de justicia penal propios de países democráticos y son más propios de gobiernos autoritarios”.

Remata asegurando que en sistemas autoritarios los aparatos penales son represivos; en sistemas democráticos los aparatos penales son procedimientos penales abiertos y públicos, tipo EE.UU., Inglaterra, de primer mundo, y México debe aspirar a esos procesos de ese tipo.

*Raúl Guillén López, Licenciado en Derecho por la Universidad de Sonora. Maestría y Doctorado en la UNAM. Docente e Investigador. Más de siete libros publicados. Responsable de la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatoria en el Estado de Sonora. Actualmente Secretario Técnico del Sistema Estatal Anticorrupción del Estado de Sonora