Acoso EscolarGeneral

Sufro ergo me autolesiono

Por Imanol Caneyada/

La sicóloga clínica Lucía Lomelín afirma que semanalmente, en los diferentes centros en los que ejerce su profesión, el 30% de los casos son de niños y jóvenes que se agreden a sí mismos

No es fácil ser adolescente en estos tiempos de globalización, exaltación del consumo y redes sociales. No terminábamos de asombrarnos de los veinte casos de cutting reportados por una secundaria de Guaymas, cuando un video nos mostraba el acoso y la violencia de los que fue víctima una niña en una escuela de Hermosillo.

Una adolescencia que se ha adelantado, en parte por la ingente cantidad de información disponible a través de la Internet y la televisión, y que se ha prolongado a causa de la falta de oportunidades laborales para los jóvenes, que permanecen en casa de sus padres entrados ya en la madurez.

El bullying, el cutting, anglicismos que encierran comportamientos sociales que los  expertos consideran gritos desesperados.

La sicóloga clínica Lucía Lomelín López labora en la Dirección General de Atención a la Mujer del Ayuntamiento de Hermosillo y colabora con la IAP Enlace Familiar; según su experiencia, en los últimos meses, los casos de jóvenes que se autolesionan han aumentado considerablemente.

 Bullying
En Hermosillo los casos de jóvenes que se autolesionan han aumentado considerablemente.

Afirma que semanalmente, en los diferentes centros en los que ejerce su profesión, entre el 25 y el 30 por ciento de los casos son de niños y jóvenes que se agreden a sí mismos.

La cifra, en comparación con años anteriores, es muy superior, por lo que sí es necesario, plantea, prestar atención especial a lo que está pasando en las escuelas y en los hogares.

La definición de cutting que hace es la siguiente: “El sufrimiento físico provocado para buscar un alivio al sufrimiento sicológico”.

El término cutting (cortar) no expresa todas las modalidades que los adolescentes practican para autoflagelarse, aclara; Lomelín López ha atendido casos en los que se arañan, se muerden, se queman con cigarrillos o cerillos, es decir, cualquier tipo de lesión.

El sufrimiento sicológico que buscan atenuar suele derivarse normalmente del estrés, la ansiedad, la depresión, la soledad, la falta de aceptación, que se desprende de una baja autoestima.

“La incapacidad para manejar sus emociones provoca que busquen autolesionarse para disminuir un poco el malestar que sienten”.

Los padecimientos sicológicos de los niños y jóvenes que abrazan estas prácticas, en opinión de la experta, están íntimamente ligados a los ambientes familiares y escolares en los que crecen.

“Por más que como adultos nos guste creer que los adolescentes se inventan sus malestares, no es necesariamente cierto. Vienen de algún lugar, generalmente de la casa, ya sea por una situación de violencia, de falta de atención, de que lo están haciendo a un lado; en la escuela pasa exactamente igual”.

Si a los jóvenes no los preparamos para que manejen sus emociones, no les fortalecemos su autoestima, si no les damos el acompañamiento y las herramientas, dice Lucía Lomelín, por más sencilla que nos parezca la situación que experimenten, puede provocar que el menor se sienta mal y busque este tipo de alivio.

Autolesionarse se trata una conducta que se da principalmente entre adolescentes de 12 a 16 años que no es forzosamente un ensayo o una antesala del suicidio.

“Tengo muchos casos de jóvenes que se cortan pero que no tienen ninguna intención de suicidarse; también al revés, jóvenes que intentaron realmente suicidarse y que antes no se habían autolesionado; no hay datos que nos lleven a afirmar que una conducta lleve a la otra, pero sí es una señal de alerta que no debemos pasar”.

Si a señales de alerta vamos, la experta consultada por Primera Plana recomienda a los padres de familia y a los maestros que abran muy bien los ojos a cualquier cambio de conducta que tengan los menores, que estén muy atentos a conductas de rebeldía que antes no existían, que se llenen las muñecas de pulseras, que usen manga larga en verano, conductas que se les hagan a los papás extrañas, deben tomar medidas; todo aquello que los papás consideren diferente en el comportamiento de sus hijos, tienen que actuar.

Escuelas
“Es muy importante que los papás les demuestren a sus hijos que están a su lado, que pueden contar con ellos para enfrentar cualquier situación”.

No obstante, desaconseja tajantemente usar el castigo, el regaño y mucho menos la violencia para reprimir estas conductas; “es lo primero que hay que eliminar; si el joven se conduce de esta manera por aislamiento, soledad, porque no sabe cómo manejar las emociones que siente, no debemos castigar, sino enseñar”.

No es fácil, aclara la sicóloga, pues si nunca nos hemos sentado a platicar con ellos, difícilmente podremos abordar un tema tan delicado directamente.

La paciencia, el acercamiento progresivo, el diálogo paulatino, ganarse la confianza son las herramientas con las que los padres de familia pueden enseñar a sus hijos a reconocer sus emociones; “que los acompañen a buscar la solución, si no la encuentran, entonces que busquen ayuda profesional, pero es muy importante que los papás les demuestren a sus hijos que están a su lado, que pueden contar con ellos para enfrentar cualquier situación”.

En Sonora, existen todavía muchos prejuicios en torno a atender la salud mental de las personas, muchas ideas equivocadas.

Al respecto, Lucía Lomelín cree que la ciudadanía en general no ve la salud mental como una necesidad: “Hay muchos dichos, como los pobres no nos deprimimos, o simplemente pensamos que ir con un sicólogo es muy caro o que por ello estamos locos”.

Otra resistencia de los padres de familia a la hora de llevar a sus hijos con un especialista es la que se refiere a la idea de que el experto “les va a decir qué tienen que hacer, cómo educar a sus hijos, porque yo no puedo, yo no sé educarlos, y como necesitamos reafirmar que sí sé cómo, no los llevo con un sicólogo; en estos casos, yo les digo a mis pacientes que un par de oídos extras siempre vienen bien, que el sicólogo pude asesorar ante ciertas situaciones, pero no significa que el especialista va a tomar las decisiones por ti ni que te va a solucionar la vida”.

Por último, la entrevistada señala que en Sonora existen muchos centros gratuitos de ayuda sicológica, por lo que recomienda a la población que enfrenta situaciones como ésta u otras parecidas a que acuda con los expertos para encontrar juntos soluciones.

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