DE PRIMERA MANOPrincipalesSonora

“Testigo de primera mano”

Libro ''Testigo de Primera Mano''
Libro ''Testigo de Primera Mano''

Compartimos con los lectores de “Primera Plana” el fragmento introductorio del libro escrito por Francisco Javier Ruiz Quirrín y que se presentará el martes 26 de septiembre en la Sociedad Sonorense de Historia

A manera de presentación

El mes de septiembre del 2023, Primera Plana y nuestra empresa Editorial El Auténtico arriban a sus primeros cuarenta años de presencia en Sonora, en México y en el mundo.

Este siglo XXI nos ha permitido a todos que los lugares más alejados de nosotros en este planeta estén a nuestro alcance, al instante, gracias a las maravillas de una tecnología que reafirma al ser humano como el gran dominante sobre las máquinas.

Somos los primeros conscientes de vivir en escenarios muy diferentes a los que se dieron hace veinte o más años atrás y, hablando de medios de comunicación, teníamos que adaptarnos a los nuevos tiempos.

Así lo hemos hecho. Primera Plana no sólo es el “Semanario de Sonora” en versión impresa, sino que hemos ampliado nuestros productos a las necesidades de un público exigente en un mundo digital. No sólo ofrecemos servicios de impresión en nuestro taller comercial, también generamos contenidos, porque el periodismo de nuestros días está al alcance de nuestras manos y en cualquier parte donde nos encontremos. Por eso creamos TVD PRIMERA PLANA, un canal de televisión en redes.

Cuatro décadas es toda una vida. Como periodistas hemos construido una vida y, como empresa, una de las grandes satisfacciones es haber construido una escuela en la que iniciaron su trayectoria excelentes reporteras y reporteros que han dominado y continúan imponiendo la agenda del diario acontecer en todos los campos: el político, el económico, el social, el cultural.

Durante mucho tiempo he escuchado a historiadores, a escritores, a colegas periodistas que han tenido la enorme satisfacción de publicar libros, subrayar el enorme compromiso que tenemos quienes alguna vez hemos sido catalizadores de las decisiones que se desprenden del poder, de dejar un legado por escrito de la historia vivida.

En mi caso particular, no podía continuar postergando ese compromiso y una fecha tan especial como septiembre del 2023 ha resultado ser la más oportuna.

Así hemos dado título a esta serie de testimonios que, de primera mano, hemos vivido como reporteros, a lo largo de cuatro décadas de ejercicio periodístico.

Considero que este libro es como una exposición abierta de personajes que han influido en la vida de Sonora y de México.

Porque cada una de sus acciones, de sus decisiones, de sus actitudes, los dibujan de cuerpo entero.

Es un recorrido, de hecho, de los cincuenta años recientes de la vida política del Estado. Porque se abordan pasajes de gobernadores como Faustino Félix Serna (1967–1973) y Carlos Armando Biébrich Torres (1973–1975), los que no viví directamente porque era un niño a fines de los años sesenta y empezaba mi adolescencia en el arranque de los años setenta. Pero años después conversé con Félix Serna, cuando fue mi patrón en el periódico El Sonorense y el episodio escrito sobre Biébrich me lo transmitió un personaje que vivió ese momento en el tiempo que yo cursaba la preparatoria en la Universidad de Sonora.

El apartado sobre la vida y anécdotas del obispo Juan Navarrete y Guerrero se incluyeron por la grandeza del personaje que marcó el siglo XX en la vida espiritual y educativa de Sonora y los sonorenses y porque las anécdotas me fueron transmitidas por sus protagonistas.

Es una serie de crónicas desprendidas de conversaciones con los personajes que fueron y siguen siendo noticia al transcurrir de los años. Como una fotografía, han rebasado la barrera del tiempo y —seguro estoy— es historia que, consultada por las próximas generaciones, les dará la capacidad de abrir los ojos a la comprensión del origen de muchos de los acontecimientos del presente y del futuro. Porque para construir el futuro, debe conocerse el pasado. En nuestro país y en nuestro Estado estamos obligados a no perder el rumbo. El propósito de todo mexicano bien nacido es el avance y el desarrollo de nuestra región, de nuestro pueblo y uno de los elementos esenciales para alcanzarlo es no perder nuestra memoria histórica.

Empecé mi labor como reportero a fines de los años setenta del siglo XX. Empezaba el sexenio del gobernador Samuel Ocaña García. Es decir, me convertí en testigo de primera mano de cada uno de los acontecimientos en estas páginas, a partir de la década de los años ochenta.

Este trabajo también fue inspirado en el reconocimiento obligado a muchos compañeros que hicieron posible el nacimiento de nuestra publicación Primera Plana, primero como un periódico diario y, finalmente, como un Semanario, dentro de una empresa editora.

La semilla para hacer realidad este proyecto se sembró en el movimiento de huelga que llevamos a cabo en el diario El Sonorense, luego del fallecimiento de nuestro director general, Enguerrando Tapia Quijada. El lector encontrará en estas páginas esa historia y, también, la revelación del personaje que ayudó al nacimiento de nuestro medio informativo, que vio la luz primera el 15 de septiembre de 1983.

Es un homenaje también al ejercicio periodístico y a la labor reporteril que durante todo este tiempo se han desarrollado en las páginas del Semanario de Sonora, Primera Plana, y en sus diversas presentaciones dentro del mundo que hoy nos envuelve.

En especial, disfruté al escribir sobre mis conversaciones con los gobernadores y con la primera mujer que ha alcanzado el Poder Ejecutivo estatal. Estoy seguro de que, al exponer sus expresiones, sus actitudes y algunas de sus decisiones, ellos y ella generaron el lugar que merecen en la historia.

Aunque éste no es exactamente un trabajo de investigación —con sus exigentes requisitos y ardua búsqueda—, sí se encontrarán datos y fechas que ayudarán a dar con respuestas sobre temas relacionados con el nacimiento de fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales, con sus principales protagonistas.

Posiblemente, en estas páginas se dibujarán las formas y el fondo con que ejercieron —y continúan ejerciendo— el poder público muchos personajes que se han desenvuelto con una formación y una cultura de velar, no por los intereses de Juan Pueblo, sino que primero se han preocupado por resolver sus problemas personales y los de su familia.

Trascendente es, también, documentar que la clase social ha sido determinante en la construcción del “tráfico de influencias” y que los privilegios en todo este tiempo han encontrado mayores espacios en quienes han tenido la capacidad de contar con relaciones familiares y personales “al más alto nivel”.

Lo anterior no nos extraña como usual práctica en el sistema político mexicano. El problema es pasar por encima del más vulnerable.

Espero que esta lectura permita captar el interés del político, del gobernante, del periodista, del historiador, del maestro y de todos aquellos dispuestos a disfrutar de unas crónicas sobre momentos dignos de compartirse y que nos presentan a sus protagonistas de carne hueso. Como lo somos todos.