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Bono de esperanza (segunda parte)

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Comentábamos la entrega pasada sobre este bono de confianza que la gente le da a los gobernantes y cómo puede llegar a desgastarse con el tiempo, efecto de la falta de resultados.

Algunos dicen que el ejercicio del poder público desgasta, y hay algo de razón en esto, puesto que las figuras públicas están en constante exposición ante medios, ante la sociedad en general, sin embargo, quizá la clave para evitar caer en ese declive radica en tres factores importantes: trabajar, trabajar, trabajar… No hay más, la ruta es clara para las personas que desean desarrollar un trabajo de resultados, porque recuerde que de inicio, la gente confió en que podría hacerlo. Ahora vamos viendo…

En la capital de Sonora, el alcalde Antonio Astiazarán ha decidido echar ‘toda la carne al asador’ y se propuso un ambicioso programa de obra pública en su primer año. En su primer informe aseguró que este 2022 invirtieron 681 millones de pesos en Infraestructura, el 64% fue invertido directamente en pavimentación, bacheo y rehabilitación de calles de Hermosillo.

Las obras son evidentes. Solo basta transitar por calles de la ciudad y uno se topa con cuadrillas de bacheo o tramos de calles cerradas donde está laborando maquinaria.

Y es que como usted recordará, la capital sonorense estaba considerada como la ciudad con más baches en el país, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (INEGI). Ahora, agregue que este año fue muy “llovedor”. Sin duda los baches son un dolor de cabeza. Pues requiere doble esfuerzo de parte de las autoridades para mantener en buenas condiciones las vialidades.

Pero aunque el reto se ve más grande (por todo lo mencionado), es de destacar que se están poniendo manos a la obra… Otra historia fuera si la autoridad se quedara de brazos cruzados.

¿Y LOS DIPUTADOS? La efectividad de los legisladores locales, en su primer año de trabajo deja mucho que desear… Si anteriormente se les criticaba porque solo se la llevaban en “exhortos”, ahora se la llevan presentando “posicionamientos”; para el caso, es lo mismo, ni una ni otra llevan a ningún lado.

A los diputados ya se les fue un año como agua entre los dedos y por lo visto, su labor ha pasado de noche. Aunque algunos presuman que sus iniciativas son las que estaban esperaban con ansias la sociedad sonorense, la verdad es que los hace ver desconectados de la realidad, ajenos a los verdaderos problemas sociales. Ojalá tuvieran interés en sentar un precedente histórico y crearan leyes que impacten en materia de Seguridad Pública (a Sonora le urge paz) o de combate a la pobreza (ojo, no programas populistas)… Pero la banalidad y sujeción al Ejecutivo, reina en la mayoría del Poder Legislativo.