Los centros de recompensa en el cerebro no han cambiado en aproximadamente 50,000 años. La industria alimenticia moderna lo sabe y extiende sus instintos paleolíticos para seguir incrementando el negocio. Una de las metas de la industria alimentaria es crear productos que sean muy atractivos para los consumidores.
De acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la Salud), existen más de 1,300 millones de personas que viven con alguna deficiencia visual y hay más de 36 millones ciegas.
Es muy preocupante el nivel de violencia que está sufriendo nuestro país, los actos criminales llegan a barbarie, deberían ser tema de estudio y prestar atención por parte de las autoridades.
El cristalino tiene forma biconversa y se encuentra encerrado en una cápsula que alimenta el humor acuoso a través de la membrana semipermeable de esa cápsula que sólo permite el paso de algunos elementos nutritivos, pero que no puede desprender células al exterior, por lo que a lo largo de la vida, el cristalino va aumentando de peso. Como su forma y volumen en general permanece invariable, el cristalino está obligado a modificar su interior y conseguir el espacio que necesita para este aumento de peso de dos formas.
Es un hecho, las adicciones están a la orden del día, prohibirlas, castigar a los consumidores, mostrar a los fumadores imágenes de pulmones destruidos, ver a indigentes deambulando por las calles no ha servido para disminuir el consumo.
Los ojos no son una parte aislada de nuestro cuerpo. Todo lo bueno o malo que le acontece se refleja en nuestro organismo y desafortunadamente en la actualidad han sido sometidos a una sobrecarga visual como consecuencia de la alta tecnología y a la cual se han visto afectados todos los seres humanos hasta convertirse en un severo problema de salud visual.
Es un hecho: el ritmo de vida actual, y la pandemia han producido un incremento considerable en el caos de depresión, y las perspectivas del futuro no son alentadoras: de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad será la causa principal de discapacidad en todo el mundo, superada por las patologías cardiovasculares.