Vórtice

Causas del conflicto palestino-israelí

Por Dr. Jorge Ballesteros

En los últimos 73 años, el régimen sionista se ha dedicado a usurpar, asesinar al pueblo palestino y a través de una ingeniería demográfica, pretende llevar a cabo un extenso programa de limpieza étnica contra los palestinos que habitan los territorios ocupados.

Desde que comenzó la ocupación, las implacables políticas israelíes de confiscación de tierras, asentamientos ilegales y desposesión, sumadas a la discriminación  generalizada, han infligido un sufrimiento intenso a la población palestina  despojándola de sus derechos fundamentales.

El régimen militar de Israel altera la vida diaria de los territorios palestinos  ocupados, en todos sus aspectos. Los afecta en si pueden o no desplazarse a su trabajo o escuela, viajar al extranjero, visitar a familiares, ganarse la vida, asistir a un acto de protesta, acceder a sus tierras de cultivo o incluso el suministro de electricidad o agua potable.

Todo ello implica sufrir humillación, miedo, y represión a diario. En la práctica Israel ha tomado como rehenes las vidas completas de estas personas.

Fue en 1948 cuando se crea de forma artificial el Estado de Israel, a través de una injusta resolución de las Naciones Unidas, que destruye un país que ya existía que era Palestina y lo convierte en dos países, Israel y Palestina, lo divide prácticamente por mitades.

Antes del estallido de la primera guerra árabe israelita y en 1948 se produjo el desalojo de poblaciones árabes del lugar en que vivían, por unidades israelíes en ejecución de un plan que previó la ocupación de territorios árabes antes del estallido de un conflicto más que previsible.

Una vez que estalló la guerra, se multiplicó el número de personas obligadas a abandonar sus hogares, en su mayoría fueron palestinos que se vieron obligados a abandonar todo en la parte occidental, pero también hubo judíos que a pesar de que su bando ganó la guerra, salieron de la parte oriental de dicha línea en especial de Jerusalén oriental que sería ocupada por el reino de Jordania.

Los refugiados judíos recibieron compensación por sus tierras y hogares en la mayoría de los casos y a cargo del estado de Israel, por lo que se refiere a los árabes en 1956 el gobierno de Jordania con el respaldo de la Organización de Naciones Unidas los reubicó en parte en Sheij jarrah, a cambio de ese asentamiento estos palestinos renunciaron al estatus de refugiado.

La situación que en apariencia había quedado solventado para ambas partes volvió a entrar en una nueva crisis cuando en 1967 en el curso de la guerra de los seis días el ejército de Israel ocupó Jerusalén oriental al igual que otros territorios árabes

Naciones Unidas aprobó diversas resoluciones que ordena a Israel el abandono de los territorios árabes ocupados, sin embargo Israel con la excepción del Sinaí devuelto a Egipto en 1979 ha mantenido la ocupación de los territorios árabes, de hecho en 1980 el estado de Israel se anexiona a Jerusalén oriental, una decisión que fue denunciada por el consejo de seguridad de la ONU, que no reconoció el acto unilateral del Estado de Israel.

Durante estos años el Estado de Israel ha ido dando diversos pasos para desalojar a los palestinos de la zona Oriental de Jerusalén, sustituyéndolos por población judía.

En los últimos tiempos, uno de esos objetivos ha sido expulsar de su hogar a 87 personas entre ellas 27 menores del barrio de, Sheij jarrah,  situado en Jerusalén Oriental, con la finalidad de entregar ese territorio a colonos judíos; en el caso de cuatro de estas familias, la resolución judicial se anunciaba cercana.

Distintos Tribunales israelíes habían aprobado el desahucio de las familias palestinas, mientras el Tribunal Supremo de Israel que tenía que dictar sentencia en estos días, había instado a los palestinos a llegar a un acuerdo con los israelíes que pretenden ocupar sus hogares.

El acuerdo propuesto por el Tribunal supremo, habría implicado que los palestinos, reconocieran las propiedad de los israelíes y a cambio se les permitiera quedarse en sus casas pagando un alquiler.

La respuesta de las familias palestinas, fue negarse a aceptar la propuesta del Tribunal Supremo de Israel, ya que les resultaba inaceptable renunciar a sus hogares y convertirse en arrendatarios de colonos israelíes de sus propios hogares.

El desahucio de estas familias palestinas no constituye en absoluto, un episodio excepcional, por el contrario durante 2020, los tribunales israelíes han ordenado el desahucio de no menos de 218 hogares palestinos, ubicados en Jerusalén oriental, incluidas las familias de Sheij jarrah

En su mayoría estos casos de desahucio, han sido iniciados por organizaciones de colonos y han situado a 970 personas, incluidos 424 menores en peligro de verse expulsados de sus hogares.

Esa acción es contraria al derecho internacional, ya que la trasferencia de partes de la población civil de la potencia ocupante, al territorio que ocupa, está prohibida taxativamente por el derecho humano internacional y puede incluso constituir un crimen de guerra.

Jerusalén Oriental sigue siendo parte del territorio ocupado palestino e Israel como potencia ocupante, no puede confiscar propiedad privada en el territorio ocupado y tiene que respetar la legislación del país, tampoco puede Israel imponer su propio conjunto de leyes en territorio ocupado para desahuciar a los palestinos de sus hogares ya que es contrario al derecho internacional.

El proceso actual de desahucio en Sheij jarrah, al igual que otros ocurridos en Jerusalén Oriental, se basa en la aplicación de dos leyes israelíes, la Ley de Propiedad de Ausentes y la Ley de Asuntos Legales y Administrativos de 1970. La primera ley ha sido utilizada por Israel, para apoderarse de las propiedades de Jerusalén Oriental, abandonadas por los palestinos desplazados con ocasión de la guerra.

La segunda ley,  por el contrario permite a los judíos israelíes reivindicar la propiedad sobre tierras que supuestamente estaban en manos judías antes de la guerra de 1948 en Jerusalén Oriental y que abandonaron en el curso del conflicto armado.

Apoyándose en ambas leyes, organizaciones de colonos judíos, en este caso Nahayat Simon, empezaron a llegar a acuerdos con propietarios judíos que supuestamente ocupaban esas tierras en 1948, para después recurrir a los tribunales y solicitar la expulsión de las familias palestinas que viven ahí desde hace tres cuartos de siglo.

La organización de colonos israelíes, la Nahayat Simón, que ya logró el desahucio de 67 palestinos, en 2008 y 2009 presentó un plan de urbanismo para derribar los hogares de los palestinos en Sheij jarrah y construir 200 hogares que serían ocupados por colonos israelíes.

La ONU, ha calificado estos hechos como un posible crimen de guerra y ha señalado que todas las resoluciones y medidas administrativas y legislativas de Israel, la potencia ocupante, que han alterado o pretenden alterar el carácter y estatus de Jerusalén Oriental, incluida la expropiación de tierra y propiedades, son nulos, carentes de valor y deben dejarse sin efecto de inmediato.

Igualmente el portavoz de exteriores de la Unión Europea, Peter Stano, afirmó que estas acciones son ilegales bajo el derecho internacional humanitario y solo sirven para alimentar las tensiones sobre el terreno.

Así mismo el cónsul británico en Jerusalén visito el barrio de Sheij jarrah y afirmó que Jerusalén Oriental está ocupada y está siendo anexionada de manera ilegal. Las leyes de Urbanismo y Restitución, no son justas y violan las obligaciones de Israel como potencia ocupante.

Como era de prever el más que posible desalojo de los palestinos ha terminado desencadenando en el último mes un incremento de la tensión.

El 12 de abril coincidiendo con el inicio del Ramadán, se produjeron enfrentamientos en la puerta de Damasco, cuando las autoridades israelíes impidieron a los musulmanes celebrar la fiesta en este punto tradicional de la ciudad, un hecho que para muchos se convirtió en una humillación.

La brutalidad de las fuerzas israelíes se agravó el lunes, cuando las fuerzas de ocupación israelíes irrumpieron en la Mezquita Al-Aqsa, disparando balas de goma, granadas aturdidoras y gases lacrimógenos e incluso balas reales y dejaron un gran número de heridos.

Las protestas continuaron durante el fin de semana y llegaron a un punto álgido al lunes cuando se celebraba el día de Jerusalén, en el que los israelíes celebran la conquista de la ciudad de Jerusalén, durante la guerra de los 6 días.

El resultado fue que los israelíes tuvieron que alterar la ruta de su manifestación y que quedaron más de 300 palestinos heridos.

Un nuevo paso en la tensión se produjo cuando Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, lanzó un ultimátum a Israel para retirar a sus agentes de la Mezquita que es considerado el tercer lugar más sagrado del Islam, después de la Meca y Medina.

La negativa del gobierno de Israel a sacar las fuerzas del orden de la Mezquita, fue seguida por el lanzamiento de varios cohetes por parte de Hamas.

Los potentes y certeros ataques de la Resistencia palestina sorprendieron al mundo, puesto que por primera vez en la historia del conflicto palestino-israelí, los misiles palestinos han sobrevolado más allá de Tel Aviv, llegando hasta las ciudades de Haifa y Al-Nasira (Nazaret) en el norte de territorios palestinos ocupados, entre otros lugares.

HAMAS tiene un enorme arsenal de sistemas de menor alcance como Al-Qassam (hasta 10 km) y Al-Quds 101 (hasta aproximadamente 16 km), reforzado por el sistema Grad y el Sejil 55 (ambos hasta 55 km). También tiene una variedad de sistemas de mayor alcance como el M-75 (hasta 75 km), Fayr (hasta 100 km), R-160 (hasta 120 km) y algunos M-302 que tienen un alcance de hasta 200 km.

Israel reconoció que HAMAS y Yihad Islámica lanzaron unos 4360 cohetes desde Gaza durante el conflicto. El sistema de defensa aéreo de Israel, Cúpula de Hierro, demostró otra vez su ineficacia a la hora de interceptar los proyectiles lanzados por la Resistencia palestina, ya que se saturo el sistema,  ante la gran cantidad de cohetes que fueron  lanzados.

Aunque la mayoría de los cohetes parecen estar dirigidos a centros de población del sur y el centro de los territorios palestinos ocupados por Israel, los cohetes de mayor alcance alcanzaron Tel Aviv y Al-Quds (Jerusalén). Esto es una señal de que la Resistencia no solo ha conseguido reponer su arsenal, sino que ha mejorado sus capacidades.

La respuesta inmediata de Israel fue proceder a bombardear la franja de Gaza, Los bombardeos israelíes destruyeron cientos de hogares y edificios comerciales, afectaron seis hospitales y 53 instalaciones educativas y dañaron carreteras y líneas de suministro de electricidad y de agua, según revela las Naciones Unidas. Empero, Israel sostiene que estaba atacando blancos de HAMAS y Yihad Islámica Palestina.

Durante 11 días de duros bombardeos contra el enclave costero más de 52 000 civiles se vieran desplazados de la zona, y unos 248 personas perdieron la vida y más de 1900 resultaron heridos.

La escasez de electricidad ha creado otros problemas: las plantas desaladoras que proporcionan agua potable y las plantas de tratamiento de aguas residuales están fuera de línea. Aproximadamente 800,000 personas en Gaza carecen de agua corriente, solo, por los ataques israelíes.

Un acuerdo de alto al fuego entre Israel y las milicias lideradas por Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámica,  alcanzado con la mediación de Egipto, entró en vigor a las 02:00 am del viernes, hora local.

En punto de las 02:00 de la mañana, los altavoces de las mezquitas de toda Gaza gritaron “Allahu Akbar” (Dios es grande) celebrando el final de más de 11 días de enfrentamientos entre Israel y Hamás.