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Serie de Caribe: le apuestan a la crispación

 Por Imanol Caneyada/

A partir de hoy, el movimiento contra la tenencia disfrazada podría encontrar a sus peores opositores entre los aficionados que quieren asistir a los juegos que protagonizarán las novenas caribeñas y los Yaquis

Mientras el gabinete de Padrés en pleno disfrutaba del Estadio Sonora en medio de un fuerte operativo de seguridad y ante 5,000 burócratas, la fracción panista en el Congreso impedía la derogación de la tenencia y el diálogo entre las partes moría antes de nacer.

Este es, a tenor de los acontecimientos de los últimos días, el escenario en el que se inaugurará hoy por la noche la Serie del Caribe.

La apuesta es a la crispación, al posible enfrentamiento entre los integrantes del movimiento No Más Impuestos y los aficionados beisboleros que han pagado abonos completos o han pernoctado frente a las puertas del difunto estadio Héctor Espino para conseguir una entrada.

Divide y vencerás. A partir de hoy, el movimiento contra la tenencia disfrazada podría encontrar a sus peores opositores entre los fanáticos que quieren asistir a los juegos que protagonizarán las novenas caribeñas y los Yaquis.

A partir de hoy, la Serie del Caribe desplazará cualquier problema que estemos viviendo en Sonora y las protestas de los liderados por Rebeca Villanueva y Daniel Corvera podrían convertirse en su peor enemigo.

Cuadro 1. Los diputados panistas cierran filas

Si entre aquellos que se oponen a pagar la tenencia disfrazada y las alzas indiscriminadas de los servicios de gobierno hubo cierta esperanza de solución en el Congreso, la fracción panista encabezada por Javier Neblina, a los pocos días de que las comisiones unidas de Hacienda aprobaran la iniciativa del diputado Carlos Navarro, dejó en claro que no iban a permitir que se celebrara una sesión extraordinaria para que se votara.

Parecía que la presión social encarnada en el Movimiento No Más Impuestos y su amenaza de boicot a la Serie del Caribe pesaban sobre el Gobierno del Estado y el Congreso.

Parecía que el buen desarrollo del evento beisbolero más importante de América Latina podría hacer recapacitar al gabinete de Padrés y a los legisladores blanquiazules.

No sucedió, la orden que recibió la bancada panista del Ejecutivo fue que no prosperara la iniciativa que proponía derogar el COMUN y las alzas de los servicios de gobierno.

Neblina endurecía su postura, Navarro se quedaba solo y los priistas, en su mayoría, observaban el pleito desde la grada.

Al mismo tiempo, el Gobernador anunciaba medidas de seguridad.

Cuadro 2. Mucha, mucha policía

Ni el intento de diálogo que hubo la semana pasada entre el movimiento No Más Impuestos y el secretario de Gobierno Roberto Romero, ni la propuesta que, principalmente, Sonora Ciudadana hizo llegar al gobernador Padrés, en la que el dinero que se recaudará por concepto del impuesto, ingresaría a través de recortes al gasto corriente de los tres poderes del estado, terminaron en una negociación que calmara los ánimos crispados de la sociedad sonorense.

No hubo agenda de diálogo ni respuesta a la propuesta de uno de los integrantes del movimiento; al contrario, al iniciar la semana, Guillermo Padrés fijó su postura. Los opositores a los impuestos tienen todo el derecho a expresarse, pero nada ni nadie lastimarán los intereses de la Serie del Caribe.

Después de que la propuesta del Gobierno del Estado de pagar a plazos la tenencia y de aplicar un descuento de 5% al impuesto fuera rechazada por el movimiento, el tema de la salvaguarda del magno evento desplazó la búsqueda de soluciones y la foto de un gabinete de seguridad integrado por militares, PGR, Gobierno del Estado y Ayuntamiento de Hermosillo se convirtió en el discurso del Ejecutivo.

Al menos 3,000 efectivos de los cuerpos policiacos estatales y alrededor de 400 agentes municipales cuidarán el orden durante los siete días que dure la Serie del Caribe.

De esta forma, Padrés respalda con una acción contundente la advertencia que hizo al iniciar la semana.

Los visitantes de Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana aterrizarán en una ciudad sitiada y nerviosa, dispuesta a saltar a la menor provocación.

 

Cuadro 3. Una fiesta particular en la entrega del Estadio

 

Fue el miércoles, pasadas las cinco de la tarde, cuando Guillermo Padrés, su gabinete en pleno y Javier Neblina recibían de manos de la constructora Dynamica el Estadio Sonora.

En las gradas, alrededor de 5,000 trabajadores del Gobierno del Estado coreaban al mandatario y celebraban una fiesta muy particular, a la que retenes apostados a la entrada del estadio impedían el acceso si no era con la credencial que te acreditara como empleado de gobierno.

Estos mismos retenes provocaron que el acceso al nuevo estadio se convirtiera en un caos y las filas de carros duraran más de una hora.

Fue una fiesta y un ensayo del sistema de seguridad. El bulevar Colosio, al llegar al acceso al estadio, al cual dieron por nombre ese mismo miércoles Héctor Espino, se convirtió en un embudo y el tránsito se hizo lento y pesado.

Pero dentro, las nuevas instalaciones lucían imponentes y los discursos apuntaban a lo histórico del evento, al esfuerzo para lograr que una Serie del Caribe se jugara en un estadio recién inaugurado y a la felicidad que debería embargar a todos los sonorenses por el inmueble y la futura competencia.

El miércoles pasado, las voces disidentes no llegaron al Estadio Sonora, pero hoy, al hacerse presentes, la crispación podría convertirse en la noticia.

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